“Tensionan la convivencia provocando altercados y situaciones violentas que todos rechazamos”. Este es el argumento que ha utilizado EH Bildu para exigir el veto de PP, Ciudadanos y Vox en el País Vasco durante la campaña electoral del 10 de noviembre.
En una iniciativa parlamentaria registrada este viernes en la cámara autonómica vasca, los herederos de Batasuna alegan que Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal “usan Euskal Herria para sacar votos en España”.
“Estos actos no son un ejercicio de libertad de expresión, sino una provocación malintencionada que pervierte el significado de ese derecho fundamental, y todo ello con el único objetivo de trasladar una imagen falsa de Euskal Herria a partir de la cual luego poder justificar maniobras ilícitas que atacan la convivencia y la normalidad política", dice el texto.
Para la formación de Arnaldo Otegi, el hecho de que estos tres partidos “apenas” tengan “apoyo social, político e institucional” en el País Vasco es motivo más que suficiente para que no puedan pisar suelo vasco. Su implantación es “prácticamente nula”, insisten.
“El Parlamento vasco, teniendo en cuenta la libertad de expresión de la ciudadanía, las asociaciones, y los partidos políticos, exige a los partidos que apenas tienen apoyo social, político e institucional en el País Vasco que no utilicen durante la campaña el territorio vasco con el objetivo de obtener votos fuera de aquí, y que no tensionen la convivencia causando incidentes o momentos violentos”.
"Totalitarismo"
Las reacciones por parte de PP, Cs y Vox no se hicieron esperar. Los líderes de las tres formaciones publicaron tuits en sus cuentas personales censurando la “propuesta totalitaria” de Bildu. “Bildu es un grupúsculo totalitario y heredero del terrorismo que habría de ser inmediatamente ilegalizado. A mí ni me impidieron ni me impedirán estar en mi patria chica ni a tiros ni a bombas. ¡Gentuza!”, escribía el presidente de Vox, Santiago Abascal, procedente de Amurrio (Álava).
Rivera también publicó un mensaje similar en el que recordaba a los “totalitarios de Bildu” que “toda España es de todos los españoles”. “Ciudadanos jamás permitirá que os apropiéis ni de un solo palmo de nuestra nación. Lo que hay que vetar son vuestros homenajes a etarras. ¡Viva la libertad!”, señalaba el líder de los liberales.
Casado, por su parte, exigió al PSOE que “se sitúe del lado de los constitucionalistas y rompa con Bildu”. “Seguiré yendo al País Vasco a enarbolar la bandera de la libertad y a denunciar que Bildu sigue sin condenar el terrorismo”, censuraba el presidente del PP.
Rechazo de PSOE y Podemos
Podemos, PSOE y PNV también han mostrado su rechazo a la propuesta de Bildu. El portavoz socialista en el Parlamento vasco, José Antonio Pastor, ha asegurado este sábado que "en ningún caso apoyaremos" la iniciativa de Bildu ya que es "absolutamente peligrosa en un país en el que hemos tenido 'apartheid' político y nos han amenazado de muerte".
Pastor también ha criticado que se quiera "patrimonializar la patria vasca y otros, patrimonializar la patria española". Asimismo, aunque le viernes ningún dirigente socialista había denunciado la propuesta, desde Ferraz explicaron en conversaciones con este periódico que "el PSOE rechaza cualquier veto antidemocrático, venga del partido que venga".
El parlamentario de Elkarrekin Podemos, Joserra Becerra, ha rechazado una propuesta que afecta a "derechos básicos" e "infantiliza a la ciudadanía vasca, que sabe que (Vox o Ciudadanos) vienen a crispar".
"Provocación malintencionada"
La iniciativa de los abertzales hace mención a los mítines de Vox y Cs que tuvieron lugar durante las anteriores contiendas electorales. En concreto, Bildu cita los actos de Vox en San Sebastián y Bilbao, donde los simpatizantes de la formación de Abascal sufrieron ataques por parte de los radicales del entorno de Bildu. También se hace referencia al mitin de Renteria y Ugao-Miraballes por parte de Ciudadanos, en los que también se registraron altercados.
A juicio de Bildu, que dirigentes del PP, Cs o Vox visiten el País Vasco supone una "provocación malintencionada". Esa tesis de la izquierda abertzale, convertida ahora en una proposición no de ley, no es nueva: ya fue utilizada antes por los socialistas vascos. Cuando la plataforma España Ciudadana, apadrinada por Rivera, organizó un acto en Alsasua (Navarra) en noviembre de 2018 para homenajear a la Guardia Civil, Ander Gil, portavoz del PSOE en el Senado, acusó a "las tres derechas", en referencia a PP, Cs y Vox, de "alentar los conflictos" al celebrar un "acto de grave irresponsabilidad".
"Fueron a agitar el odio a Alsasua los que nunca tuvieron que mirar bajo su coche", dijo Gil, obviando que en aquella concentración participaron víctimas del terrorismo como José Antonio Ortega Lara o Beatriz Sánchez Seco.
A pesar de ello, sus palabras nunca fueron censuradas en Ferraz. Ciudadanos pidió entonces la dimisión de Gil, pero la dirección del PSOE no reprochó a su portavoz. Es más, el secretario de Organización de los socialistas, José Luis Ábalos, apoyó públicamente a su compañero de partido y lamentó que PP, Cs y Vox se entregaran a "la estrategia de la crispación".
Propuesta "manipulada"
El parlamentario del PNV, José Luis Tellería, ha calificado la iniciativa como "un poco delirante" para presentarla en el Parlamento vasco. También ha opinado en un debate en Radio Euskadi, que la propuesta de EH Bildu ha sido "manipulada" porque en ningún momento habla de "vetar" a partidos a la hora de hacer campaña en Euskadi.
En este sentido ha señalado, en referencia a la izquierda abertzale, que también "algunos de aquí buscan la crispación" como hizo Ciudadanos y Vox, "que vinieron conscientemente a crispar para sacar réditos electorales en el Estado".
Por su parte, Iker Casanova, parlamentario de EH Bildu, ha apoyado estas afirmaciones destacando que la iniciativa "en ningún momento se dice que ningún partido no haga campaña" en Euskadi y que se ha creado una polémica no sobre su texto, sino sobre "lo que algunos han inventado" del mismo.
Ha insistido en que se refieren únicamente a aquellos actos que se hacen dentro de una "estrategia de provocación, que vienen a insultar a los del pueblo al decir que son una sociedad enferma o podrida" y que no se refiere a los actos que se hacen con "normalidad", como los del PP