EH Bildu ha registrado una iniciativa parlamentaria exigiendo que los líderes del PP, Ciudadanos y Vox no pisen el País Vasco durante la campaña electoral del 10-N. La coalición abertzale pide a los demás partidos el veto público del Parlamento vasco a Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal porque su presencia “tensiona la convivencia” y solo “usan Euskal Herria para sacar votos en España”.
Para la formación de Arnaldo Otegi, el hecho de que estos tres partidos “apenas” tengan “apoyo social, político e institucional” en el País Vasco es motivo más que suficiente para que no puedan pisar suelo vasco. Su implantación es “prácticamente nula”, insisten.
“El Parlamento vasco, teniendo en cuenta la libertad de expresión de la ciudadanía, las asociaciones, y los partidos políticos, exige a los partidos que apenas tienen apoyo social, político e institucional en el País Vasco que no utilicen durante la campaña el territorio vasco con el objetivo de obtener votos fuera de aquí, y que no tensionen la convivencia causando incidentes o momentos violentos”, dice el texto presentado por los herederos de Batasuna.
Campañas del 28-A y 26-M
La iniciativa hace mención a los mítines de Vox y Cs que tuvieron lugar durante las anteriores contiendas electorales. En concreto, Bildu menciona los acto de Vox en San Sebastián y Bilbao, donde los simpatizantes de la formación de Abascal sufrieron ataques por parte de los radicales del entorno de Bildu. También se hace referencia al mitin de Renteria y Ugao-Miraballes por parte de Ciudadanos, en los que también se registraron altercados.
“En los últimos tiempos se está imponiendo en el Estado español una manera perversa de hacer política y comunicar que toma el País Vasco como objetivo y excusa para obtener votos fuera del País Vasco mediante la provocación y la tensión social”, prosigue la proposición no de ley de los abertzales.
Asimismo, se cita también el acto de la plataforma España Ciudadana que tuvo lugar en Alsasua –municipio navarro- el 4 de noviembre de 2018, donde también se sumaron PP y Vox.
“Estos actos no son un ejercicio de libertad de expresión, sino una provocación malintencionada que pervierte el significado de ese derecho fundamental, y todo ello con el único objetivo de trasladar una imagen falsa de Euskal Herria a partir de la cual luego poder justificar maniobras ilícitas que atacan la convivencia y la normalidad política".