La montaña rusa de elecciones en la que se ha instalado España está llevando a situaciones insólitas. La campaña del pasado 28-A coincidió con la Semana Santa. Ahora, la repetición electoral del próximo 10-N estará marcada por el puente de Todos los Santos, justo el fin de semana antes de las votaciones (el 1 de noviembre cae en viernes), y también por la Fiesta Nacional del 12 de octubre, día del Pilar, en plena precampaña.
"Son festivos y en los festivos la intensidad comunicativa va a bajar, como ocurrió en la anterior campaña", explica Pedro Marfil, profesor de Comunicación Política y miembro de la junta directiva de ACOP, Asociación de Comunicación Política, sobre las nuevas elecciones generales.
Los españoles tuvieron la sensación de que la campaña del 28-A fue más corta de lo habitual, que los políticos la pusieron en stand by durante el Jueves Santo y el Viernes Santo. Se da la circunstancia de que este año habrá puente festivo el 1 de noviembre. Así pues, el espíritu religioso y el festivo volverán a estar presentes.
Puede darse el caso de que haya mítines durante el día de Todos los Santos y el día de difuntos (2 de noviembre), jornadas dedicadas por muchos ciudadanos a visitar los cementerios para honrar a sus seres queridos. También podría haber mítines en la noche del 31 de octubre, Halloween, una fiesta importada pero cada vez con más adeptos entre niños y jóvenes.
Está por ver cómo Sánchez, Casado, Rivera o Abascal manejan la situación, pero son una fechas que se prestan a la metáfora fácil: del "susto o trato" al día de difuntos.
Desfile militar
En medio de la precampaña, Sánchez se enfrentará al desfile militar del 12 de octubre como presidente del Gobierno en funciones y candidato a las elecciones de noviembre. Esa fecha ha sido elegida, tradicionalmente, por algún sector de los ciudadanos para expresar su descontento con la situación política.
En celebraciones anteriores escucharon silbidos Zapatero y Rajoy. Sánchez tanteará la temperatura de la calle durante la Fiesta Nacional: a menos de un mes de las elecciones podrá escuchar qué piensa el pueblo ante las cuartas elecciones generales en cuatro años.
Tras el desfile se celebra la tradicional recepción en el Palacio Real presidida por los Reyes, a la que están invitadas cerca de 1.500 personas, con presencia de lo más granado de la sociedad. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, viene siendo uno de los grandes ausentes.
Pedro Marfil prevé una campaña complicada: "Por un lado, los políticos tienen el reto de bajar la intensidad para que no haya demasiada polarización, pero al mismo tiempo no pueden permitir qaue baje la intensidad,ya que hay que llevar gente a las urnas, a esos ciudadanos que pasan de ir a votar, los que están hartos, a los que les falta motivación".