La Bolsa acaba de registrar su peor caída del año. Este septiembre, en términos de creación de empleo, ha sido el peor desde 2013. El Ibex también se resiente. Son algunos de los datos, recién conocidos, que denotan el enfriamiento de la economía española. Pedro Sánchez, ya en precampaña, ha prometido afrontar la desaceleración de esta manera: un "reparto de la crisis" entre los que "más tienen". Y esa receta solivianta a Partido Popular y Ciudadanos. En Génova, por ejemplo, se habla con alarmismo del "antídoto de Robin Hood" que fabrica Moncloa.
Rivera y Casado, que mantienen un criterio similar en lo que se refiere a la economía, ya asimilan la "ingenuidad" de Sánchez a la "ceguera" de Zapatero. Aunque el actual presidente no niega la evidencia como hizo su predecesor, "el resultado será muy parecido": "Cuando la política presupuestaria es inadecuada, acaban pagando las clases medias". Así razona un importante dirigente del PP, que augura un empeoramiento de las cifras del paro.
La batería de medidas socialistas -está por ver si el Ejecutivo en funciones la adapta al recrudecimiento de la situación- entraña un aumento del gasto público y una subida impositiva. Dos pilares con los que sostener el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o el "blindaje de los derechos sociales".
Los populares reiteran que Sánchez pretende recaudar 95.000 millones de euros para posibilitar un incremento del gasto de 40.000 millones. "Esa cantidad no se puede recoger sólo de las rentas altas, tendría que afectar también a la clase media. Si no, es imposible. Que lo expliquen", relata Mario Garcés, su portavoz económico en el Congreso.
Ciudadanos coincide con el PP en que el PSOE, de cara a la crisis y en tono electoral, pretende convertir el debate en una suerte de "dialéctica ricos-pobres". Los de Rivera concluyen que Sánchez está abordando su política presupuestaria con la "calculadora en la mano". Y eso se traduce -detectan estas fuentes- en una parálisis fruto de la promesa de medidas muy populares, pero de "imposible" sostenimiento.
Las exigencias de Podemos
Para más inri, Podemos cree que la receta Sánchez "se queda corta". Una postura que preocupa más si cabe a Rivera y Casado. Ambos advierten de que el autodenominado "gobierno progresista" deberá "ceder" ante Iglesias si quiere prosperar.
Los de Iglesias no se creen esa promesa de Sánchez de recortar a los de arriba: "Cuando el PSOE está en el Gobierno, recorta a los de abajo". Y exigirán, entre otras cosas, la creación de una empresa pública que baje las facturas de la luz o subir diez puntos el impuesto de sociedades a los bancos. La formación en el extremo izquierdo del tablero también quiere cobrarse su influencia con una "intervención en el mercado de alquiler".
El otro eje de ese "antídoto de Robin Hood" que preocupa a PP y Ciudadanos es el empleo. "La merma del mercado laboral evidencia la falta de dinamismo de las políticas de Sánchez", coinciden.
Fuentes de Ciudadanos avisan: "Las empresas ya no contratan al ritmo que lo hacían antes. Los autónomos tampoco están dándose de alta, por no hablar de la precariedad laboral que afecta a los jóvenes, uno de los colectivos más damnificados con un incremento de 23.000 parados respecto al mes anterior".
Sánchez todavía dispone de varios días para actualizar su programa electoral. Si no lo hace, critica la oposición, el resfriado de la economía española se agravará antes y castigará el empleo con mayor virulencia.