Alucinando, con los ojos como platos al decirlo, Pablo Casado abría a mediodía de este sábado la Convención Económica del PP en Córdoba. "No es ya que Pedro Sánchez reconozca por fin que los datos económicos están anticipando una crisis, que lo ha estado negando en todos los debates parlamentarios, ¡es que se confiesa incapaz de pararla!".
La reunión de todos los populares que en el mundo han sido, los de cuando Aznar, los de cuando Rajoy, los de ahora en las Comunidades Autónomas, los asesores, portavoces, los cercanos desde la industria, y hasta líderes sindicales... se hizo en Córdoba por una razón muy sencilla: "En 10 meses de Gobierno del PP en Andalucía, hemos hecho lo que el PSOE no hizo en 40 años: converger con el resto de España".
Casado estaba al mismo tiempo didáctico, exultante, esperanzado y harto. Didáctico en su discurso inaugural, cuyas transparencias hacían que más pareciera un estudio de la situación económica actual desde la perspectiva histórica. Exultante porque a cada argumentación le añadía una coletilla: "Sabemos hacerlo y lo volveremos a hacer". Esperanzado porque las encuestas le acercan ya al centenar de escaños y en las gradas y pasillos se olía que "hay partido". Y harto porque todo eso pasa "porque el desgobierno de Sánchez nos ha llevado a unas elecciones que no queríamos y a la frustración de la recuperación económica".
En el inicio del día, así, Casado esbozaba los puntos fuertes que después, en cuatro mesas distintas desarrollaron los ponentes. Y daba por hecho que gobernará tras el 10-N, porque la clave es que "creando riqueza es la única manera en que se puede financiar el Estado de bienestar... y los españoles lo saben".
Diálogo social
Así, la mesa "Diálogo social y sostenibilidad del Estado del bienestar" fue moderada por el portavoz de Economía del PP en el Congreso, Mario Garcés, y en ella participaron el director de Economía de la CEOE, Gregorio Izquierdo; la vicepresidenta de ATA, Celia Ferrero; el secretario general de UGT-FICA, Pedro Hojas, y el secretario institucional de la Ejecutiva Confederal de CCOO, Francisco Carbonero.
En dicha mesa expuso que la sociedad pasa por "un momento de absoluta transformación", y por ello esta Convención era clave "para mirar y pensar a 30 años". La presencia de los líderes sindicales no era baladí, era una "apuesta" visual por "el diálogo social" y por la creación de "empleos en condiciones para el crecimiento de la natalidad". Como apunte, Garcés señalaba la paradoja de que en estos momentos "nacen más niños que se llaman Mohamed que Fernando en la tierra de Fernando el Católico", algo a lo que cree que "habrá que buscarle una explicación".
Todos los participantes en la mesa coincidían en que el diálogo social no es una opción, sino un hecho, dados los timepos que corren, con un Parlamento fragmentado en seis grandes fuerzas, y una sociedad que apuesta por gobiernos de coalición. Y ya que es así, la clave es superar "la moda de la confrontación", a la vez que reclamaban "afrontar la digitalización que produce cambios en el mundo del trabajo"; que haya "una transición energética justa", y actuar ante la España vacía.
Financiación autonómica
La portavoz del PP en el Parlamento Europeo y exministra de Sanidad, Dolors Montserrat, y consejeros del PP de distintas comunidades autónomas reclamaban al socialista Pedro Sánchez que cumpla su promesa del pasado miércoles y abone las entregas a cuenta pendientes a las regiones y no mantenga "el bloqueo" actual.
Así lo expusieron en la mesa sobre "Políticas de crecimiento en la Europa de las regiones". En este sentido, Montserrat advertía del "enfriamiento" de la economía y, por contra, ensalzaba que "España siempre ha salido adelante por las reformas del PP", así como con el valor de las personas, elogiando en este caso "el modelo de solidaridad generacional" de las pensiones y que ponen de ejemplo otros países.
Fue Montserrat la que dijo que el PP "ha hecho en diez meses lo que el PSOE no había hecho en diez años" en Andalucía, de forma que la comunidad es "uno de los grandes motores económicos" frente a las comunidades autónomas gobernadas por los nacionalismos, "que están asfixiadas". Por tanto, ha enfatizado que "a la región le faltaba un gobierno del PP"... lo que Casado decía -unas horas antes- que necesita España "porque no aguantará otra crisis gestionada por el PSOE".
Por su parte, el consejero de Hacienda de la Xunta de Galicia, Valeriano Martínez, manifestaba que las entregas a cuenta pendientes es "una situación sin precedentes" debido a la actitud del Gobierno, con "su chantaje", que lleva, en su opinión, a "una emergencia financiera que se traslada al tejido económico y social".
De hecho, fue la Xunta gobernada por el PP de Albert Núñez Feijóo la que elaboró un informe jurídico que decía que actualizar las entregas a cuenta no era sólo posible -pese a las alegaciones de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero- sino "la única opción constitucionalmente posible".
Tanta era la claridad del documento y la necesidad financiera de las CCAA que hasta la portavoz de Unidas Podemos Yolanda Díaz esgrimió ese informe para afearle al Gobierno "el chantaje irresponsable" a las autonomías... hasta que Sánchez hizo esa promesa en Valencia, ya comenzada la precampaña.
En las palabras del consejero gallego Martínez, "hay un bullying financiero por parte del PSOE", que "retiene el dinero de las comunidades que es para prestar los servicios", al tiempo que "secuestra" el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y "utilizan de manera torticera con informes fantasmas" a la Abogacía del Estado, "con una gran deslealtad", con la que consideraba que el Ejecutivo provoca "una crisis total".