"Si de verdad viene una nueva crisis, hay que saber que la única garantía para la gente somos nosotros". Ponga esta frase en los subtítulos bajo la imagen de cualquier portavoz de Unidas Podemos estos días. No se equivocará, nadie le podrá afear que eso no lo ha dicho Yolanda, o Pablo, o Rafa, o Irene, o Ione... Hasta ahí, bien, estamos en precampaña electoral. Pero entonces, y sobre todo a partir del 10 de noviembre, eso ¿en qué se traduce?
Unidas Podemos se está presentando ante el electorado como esa única opción de que "los recortes se hagan por arriba", porque aunque esa misma frase, acuñada por Pablo Iglesias, ahora esté siendo utilizada también por Pedro Sánchez, en la formación morada no se la creen: "Entonces, ¿por qué no quiso pactar con nosotros un gobierno que lo garantizara?". Más allá de que una fuente parlamentaria de la formación morada muestre su hastío con la "tradición" socialista de "copiar todos los mensajes" de Unidas Podemos, "los hechos son los hechos, y Sánchez no ha dejado de pedir el apoyo a los partidos de la derecha".
El caso es que este domingo Unidas Podemos presenta su programa electoral. No hay grandes novedades en él, porque según confiesan desde la dirección, las necesidades de los españoles siguen siendo las mismas. "Los poderosos han salido más poderosos de la crisis y los desfavorecidos, la gente trabajadora de este país, llega a esta nueva crisis sin haberse recuperado". Sólo hay un cambio, y es esa "desaceleración que todos los expertos ya nos anuncian", explicaba este miñercoles Yolanda Díaz en el patio del Congreso, tras una reunión con representantes de los sindicatos CCOO y UGT.
Pero los de Iglesias tienen un plan para no sólo "proteger a las gentes de este país", sino para favorecer la creación de empleo, "y con ello, la inyección de dinero en el tejido productivo y un refuerzo de las cotizaciones a la Seguridad Social, que está en mucha peor situación para afrontar una nueva recesión que cuando llegó la anterior en 2008", explican las fuentes parlamentarias.
Horizonte verde
El pasado lunes, Noelia Vera, portavoz del Consejo de Coordinación de Podemos, presentó una de las propuestas del partido para las próximas elecciones generales del 10-N. Una especie de Plan E de inversiones en viviendas que podría generar, según calcula la formación de Iglesias, hasta 600.000 puestos de empleos fijos en los próximos años, imbricado dentro del horizonte verde que recogía su programa del 28-A.
Dentro de esa economía verde que plantea la formación de izquierdas, Podemos quiere que cambiar el modelo productivo con una serie de medidas de enorme impacto en la generación de energías -con una nueva empresa pública, por ejemplo-, hasta el menor consumo -optimizando los recursos y el punto final de destino-. Así, la idea es que si el Estado invierte en la rehabilitación de pisos unos cientos de millones de euros anuales, se podrán "rehabilitar al menos 500.000 viviendas" cada ejercicio "para promover la eficiencia energética y la reducción de la factura de la luz".
El planteamiento parece el círculo económico virtuoso de Podemos. "Incluirá el aislamiento térmico, la instalación de sistemas de calefacción y agua caliente eficientes y la iluminación de bajo consumo". Y con ello, a la vez que se logra "reducir en un 50% el consumo de energía" en esos hogares "y ahorrar un promedio de 400 euros anuales", se crearán "miles de empleos en un sector tan castigado como es el de la
construcción".
Puestos de trabajo, recuerdan desde la Secretaría económica de Podemos, que "cotizan a la Seguridad Social, que pagan impuestos", con lo que refinancian el sistema, "pero que sobre todo dan seguridad a quienes se benefician de su creación para afrontar la crisis", añade una fuente parlamentaria. Además, según el docuemnto de Podemos para las pasadas elecciones, "las empresas también se beneficiarían de este plan de rehabilitación a través de una línea de subvenciones para la adopción de tecnologías más eficientes".
Con fondos públicos
¿Y quién pagará la fiesta? Los impuestos de todos. El partido morado admite que un plan como éste necesita de una inyección de nuevos ingresos para las arcas del Estado, porque pretende pagarlo con fondos públicos. "Pero por eso nuestro programa recoge también un plan de justicia fiscal que cierre el diferencial de ingresos por PIB que tiene España respecto a la media europea", que Podemos cifra en ocho puntos menos.
Esa subida de impuestos "empieza, por ejemplo por el impuesto específico a la banca". Una figura impositiva que prevén como un recargo de 10 puntos en el impuesto de sociedades para las entidades bancarias con el objetivo de que "devuelvan los 60.000 millones que les regalamos todos los españoles en el rescate". Pero hay más impuestos y tasas, como los recargos en el IRPF de hasta el 55% a quienes ingresan más de 300.000 euros anuales, la eliminación de "los beneficios caídos del cielo" a las eléctricas...
Los 13.000 millones de ZP
Hoy, Unidas Podemos acusa a PSOE y PP de haber afrontado la crisis de 2008 de la misma manera los dos: sólo con recortes en los derechos y servicios públicos, "llegando a cambiar la Constitución con nocturnidad y alevosía para darle preferencia a los intereses de la banca alemana frente a los de los españoles".
Pero a pesar de que hoy los candidatos de Unidas Podemos igualan a unos y otros, esa caída del caballo de Zapatero no llegó hasta que vio fracasada su "salida social a la desaceleración económica" que no se le desprendía de la boca al entonces presidente socialista porque no quería nombrar la palabra crisis. Las presiones de la Unión Europea le hicieron reconocer que en lugar de crear empleo, sólo había crecido el déficit y la deuda pública.
Entonces se llamó Plan E: hasta 13.000 millones de euros en dos fases, la primera de casi 8.000 millones y la segunda de otros 5.000, lanzadas ne noviembre de 2008, cuando el Ejecutivo aún no pronunciaba la palabra maldita -crisis- pero ésta ya estaba aquí. Hasta 30.000 proyectos impulsados por Ayuntamientos, que fueron regados con estos fondos para obra pública, que crearon hasta 410.000 empleos... pero todos temporales.
Las características locales de las inversiones sirvieron en un primer momento para atender necesidades puntuales, que dada la brutal recesión, no había otro modo de financiar. Pero esa misma característica conllevó que no había coordinación entre las actuaciones, ni un plan para que éstas generaran nuevas economías para que la creación de empleo se mantuviera. Finalmente, España se llenó primero de rotondas y carteles promocionales del plan, y después de una enorme deuda pública y de nuevos desempleados con más derecho a subsidio.
Y lo curioso es que el argumento de "garantizar que no sean los más desfavorecidos los que paguen la crisis" que hoy lanza Podemos acompañado de estas medidas se parece mucho a aquella "salida social" de hace una década. Eso sí, la Secretaría económica morada, con Nacho Álvarez al frente, lleva meses estudiando su plan. Aquel fue de urgencia.