Con el reloj en marcha y con la recién nacida campaña electoral en plena ebullición, la agenda política se antoja frenética. En el Partido Popular son conscientes de la proliferación de mensajes y llamadas al voto por parte de todas las formaciones políticas y, por eso, se guardan un golpe de efecto en la manga: el último presidente del PP, Mariano Rajoy.
Según confirman fuentes de la dirección a este periódico, Rajoy participará en “varios” actos electorales estos días. Además, sus mítines no se circunscribirán únicamente a Galicia, su comunidad, en la que siempre ha estado cuando se acercaba la llamada a las urnas. Tampoco hará todas sus apariciones de la mano de la número 2 al Congreso por Madrid, Ana Pastor, que es amiga personal del expresidente, además de exministra de sus gobiernos, pero sí “la mayoría”. “Es lo lógico y normal”, explican las fuentes.
No es el único expresidente del PP que se ha puesto a disposición de Pablo Casado. José María Aznar también ha mostrado su disponibilidad en caso de que así lo requieran, dispuesto a echar un cable. Pero, en esta ocasión, la dirección del partido no piensa recurrir a él. “Aznar no moviliza al electorado que nos interesa ahora”, comentan desde el núcleo de Casado.
Sin embargo, esa posición de Génova no quiere decir que el expresidente del Gobierno no participe en mítines en los territorios que puedan solicitar su participación. La dirección nacional de luz verde: “Nosotros le agradecemos muchísimo que se haya puesto a disposición de Pablo, pero esta vez queremos dar otra imagen”, mantienen. La relación del actual presidente con sus predecesores en el cargo es “excelente”.
Cien escaños como suelo
A Pablo Casado le ha costado, en ocasiones, desprenderse del legado de hijo político de Aznar y la etiqueta FAES. Por eso, de cara al 10-N, el comité de campaña está potenciando el perfil más centrista, moderado y, sobre todo, autónomo del actual presidente popular. “Este es el verdadero Pablo”, afirman en público y en privado.
La última en hacerlo ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una entrevista con EL ESPAÑOL: “Esto es el PP de Pablo Casado y lo otro era un ensayo, porque no daba tiempo a poner en marcha muchas políticas. Era una antesala”. Las agendas de los expresidentes aún están por cerrar, de todos modos, matizan desde la dirección del partido.
De momento, las encuestas disparan al Partido Popular, a excepción de la del CIS de Tezanos. La media de la demoscopia privada sitúa a Pablo Casado y a los suyos en torno a los 90 diputados, en mayor o menor medida, y sus propios sondeos internos dan por consolidados el centenar.
Tras el batacazo de abril, en el que los populares se dejaron más de 70 escaños por el camino, la remontada la ven más que asegurada. El PP vuelve a lucir músculo y, por eso, el candidato a la Moncloa ha diseñado una campaña vertiginosa centrada en un mensaje: él es la única alternativa real de gobierno a Sánchez. Así lo demostró en la apertura electoral en Sevilla. "Sólo hay una casilla para decirle a Sánchez que no siga en el Gobierno: la del PP, el único partido que ha dicho que no va a facilitar su investidura", clamó Casado.