Si hubiera que destacar una única certeza con la que comenzado el PP esta nueva etapa postelectoral es la satisfacción del trabajo bien hecho. Aunque la remontada fue significativamente menor de lo esperado, los 22 escaños que recuperó la formación de Pablo Casado y, especialmente, el tono que empleó el presidente popular durante toda la campaña ha sido motivo de gran satisfacción entre toda la dirección de Génova, así como en la totalidad de los barones.
Así ha quedado claro durante el Comité Ejecutivo Nacional —que cita al equipo del presidente y a los líderes territoriales— celebrado este martes, en el que se preveía únicamente analizar los datos electorales, aunque después el anuncio del pacto de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos ha pillado por medio. Así, la cúpula del PP ha mostrado “unanimidad”, según fuentes presentes en la reunión, en que “la línea que hemos marcado, la moderación, es la línea correcta”.
“Ha sido muy alabado el estilo, en forma y fondo, de la campaña electoral”, han detallado desde el entorno del presidente Casado. “Somos un partido serio, con lealtad institucional”. Pase lo que pase: a pesar de no haber recibido una llamada del presidente del Gobierno en funciones, a pesar del auge de Vox a su derecha. “Las prisas de Sánchez con este acuerdo con Iglesias son para evitar presiones para la gran coalición”.
"En la moderación es donde se crece"
A sus ojos, “el problema principal es Sánchez: ha demostrado que le da igual España y todo. No el PSOE”. Quizás, de haber gestionado los tiempos de otra manera, los populares se habrían abierto a explorar la abstención patriótica o la coalición a la alemana, como reclamaban dirigentes como Cayetana Álvarez de Toledo o José Manuel García-Margallo.
Con todo y con eso, el foco del PP estaba puesto en esta ocasión en otro lugar. Fuentes de la dirección popular detallan a este periódico que la “satisfacción” con los resultados hay que ponerla en contexto: “Ha estado bien, hemos hecho una subida importante. Pero no puedes darle la vuelta al marcador por completo en cuatro meses”, afirman.
Por eso, la estrategia del partido continúa en la senda actual: no alterarán sus planes de conseguir Sánchez la investidura —lo que significaría “un drama para España”, en su opinión—. Los miembros presentes en el cónclave popular han coincidido en que “en el terreno de la moderación es donde se crece”.
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"Vox es una moda"
“No ha habido tacticismo, sino más bien un ambiente de reflexión. Mucha serenidad en todas las intervenciones”. Atrás quedó el nerviosismo y la tensión de antaño, cuando los barones reclamaban a su líder un giro al centro y él seguía anclado en el discurso de derecha pura.
Tampoco preocupa ni el crecimiento de los de Santiago Abascal, ni la fuga de votos hacia el partido de extrema derecha. “El votante que nos abandonó no ha votado a Vox contra nosotros: no es un voto revanchista”, analiza una dirigente popular en conversación con este diario. “El que se ha ido a Vox, no se ha ido contra el PP. Es un voto de tripas, de cabreo, pero contra Sánchez, no contra Casado”.
Y para muestra, un botón: “Nada que ver con otras épocas. Esta vez no es fruto del abandono como en el auge de la corrupción del partido”. “Vox es una moda, mira a los jóvenes. Poco a poco, ese es parte de nuestro terreno a trabajar”, opina. “Pero Ciudadanos también tuvo 57 escaños, y mira ahora”.