"Hispanófobo", "dogmático" y "perverso". La polémica sobre el vídeo contra la violencia doméstica del Ayuntamiento de Barcelona en el que los machistas, dos jóvenes castellanohablantes, son abroncados por un tercer joven catalanohablante sigue coleando.
El Gobierno municipal, formado por Podemos y el PSC, no ha querido decir cuánto ha costado la campaña ni de quién fue la idea de que los machistas fueran representados por dos personajes castellanohablantes y el personaje positivo, por un catalanohablante.
EL ESPAÑOL ha solicitado la opinión de tres académicos para que juzguen desde sus respectivos campos –la Filosofía, la Psiquiatría y el Derecho– el impacto que este tipo de mensajes pueden tener en la sociedad catalana. Especialmente en un momento en que el nacionalismo ha redoblado su apuesta por el choque frontal con el Estado y por el acoso en los medios y en redes sociales a los catalanes castellanohablantes, calificados habitualmente ya de "ñordos" y "colonos".
El vídeo en cuestión incide en una línea muy clara por la que ha apostado el nacionalismo. En Cataluña existen recelos, por ejemplo, hacia una TV3 cuyas producciones de ficción y programas humorísticos suelen reservar el idioma español para los personajes marginales o pertenecientes al mundo del crimen, así como para unos agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado a los que se suele presentar como descerebrados simpatizantes del franquismo.
Quintana Paz (filósofo)
El filósofo Miguel Ángel Quintana Paz niega la mayor, que en este caso es la tesis del descuido. "Ante todo, no se trata de un descuido. Para una ideología como la de la izquierda actual, que considera una grave agresión el hecho de que el camarero sirva a una mujer el TriNaranjus y al hombre la cerveza, o que en su afán paritario computa continuamente la proporción de hombres y mujeres que hay hasta en la cola del frutero, algo así no es nunca un descuido".
Tampoco el argumento de que en los otros dos vídeos de la campaña los protagonistas hablan en catalán convence a Quintana Paz. "Tampoco es aceptable la excusa que ha dado Colau de que en otros anuncios hay 'gente mala' hablando en catalán. El truco está en que el único anuncio con hablantes de ambas lenguas, los que ejercen de malos son los castellanohablantes".
"Ahora que se habla tanto de la España plurinacional, podríamos analizar esta cuestión nacionalmente", añade Quintana Paz. "Está claro que hay un grupo de la sociedad catalana al que se quiere mostrar a menudo como poco apreciable: es el grupo que se expresa con preferencia en español. ¿Se les trata así, tal vez, con el deseo de que acaben largándose? ¿Tal vez para que asuman su inferioridad y estén calladitos, sobre todo ahora que el Gobierno socialista-podemita empezará a enredar con la cuestión territorial?".
"Por fortuna, tras los sucesos de octubre de 2019 hay una parte de la sociedad catalana, la que habla con normalidad el castellano e incluso lo considera su lengua de preferencia, que me resultaría muy extraño que volviese a aceptar su posición subordinada", asegura.
Juanjo Jambrina (psiquiatra)
El psiquiatra Juanjo Jambrina prefiere centrarse en el fracaso que supone poner en marcha una campaña contra la violencia doméstica con un vídeo que ha acabado siendo percibido como xenófobo en una sociedad, la catalana, que él mismo define como "balcanizada". "Se trata de crecer en valores. Sólo la educación puede hacer algo por cambiar el rumbo de las situaciones balcanizadas. Ese vídeo no siembra los valores que persigue. Es perverso. Siembra disvalores".
Para Jambrina, los políticos son producto de la sociedad. Y esta sólo cambia con la educación. "Como dice [el médico y filósofo] Diego Gracia: nuestros políticos sólo cambiarán si cambia la sociedad. Y la sociedad sólo se cambia desde la educación".
La alternativa a un vídeo en el que se distingue entre personajes positivos y negativos en función del idioma es la apuntada también por varios líderes políticos: el vídeo se debería haber rodado íntegramente en catalán, como los otros dos de la campaña, o íntegramente en español.
La paradoja es que en una comunidad en la que el español ha sido barrido de las administraciones y del sector público, este idioma sólo haga su aparición para representar estereotipos negativos. Cualquier duda que se pueda albergar al respecto queda despejada cuando se llega a la conclusión de que Ada Colau jamás habría permitido que los personajes machistas del vídeo hablaran, por ejemplo, en árabe.
"Frente al dogmatismo, deliberación", dice Jambrina. "Ese vídeo es dogmático. Alimenta una conducta extrema para solucionar otra. No nos sirve, necesitamos soluciones centradas, equilibradas. El vídeo presenta el idioma como un disvalor. Lo normal, lo medio, es que todo el vídeo fuese en catalán o en español. Pero los que hablamos español nos sentimos lesionados. Y eso no es una opción".
Chantal Moll, profesora de Derecho
Para Chantal Moll, cuya cara ha empezado a ser conocida en Cataluña desde que algunos medios la grabaran plantando cara a jóvenes nacionalistas que pretendían impedir violentamente el acceso de cientos de estudiantes demócratas a sus clases, el vídeo de Ada Colau "es una nueva prueba de la hispanofobia institucional que hay en Cataluña. Y lo que es peor, es hispanofobia promovida desde las instituciones publicas".
Chantal Moll conoce bien cuál es el papel que las universidades catalanas reservan al español. Nulo. También conoce bien cuál es el efecto que eso tiene entre los estudiantes. "En las universidades catalanas, el español ha desaparecido institucionalmente. En el artículo 6 de los Estatutos de la Universidad de Barcelona se establece que la lengua propia de la Universidad es el catalán. Así pues, si interpretamos a contrario, la lengua ajena es el español".
Y eso tiene efectos en el alumnado, aquel al que, por edad, van dirigidos los anuncios del Ayuntamiento de Barcelona. "El catalán es el idioma del poder institucional. Y los alumnos nacidos después de 1994 se dirigen de manera automática a los profesores en catalán porque consideran que es la lengua académica por excelencia. De hecho están muy sorprendidos al ver que en la universidad hay algunos profesores que imparten clases en español. Les parece algo exótico. Luego descubren que la bibliografía, al menos en Derecho, está esencialmente en castellano. Mi experiencia personal es que donde se habla el español con libertad es en el bar. No sé si eso es una muestra de dónde quieren situar al español".
La asociación SOS Racismo, con la que también ha contactado este diario, ha desechado opinar sobre la polémica con el argumento de que "la entidad no aborda el tema desde la perspectiva planteada y considera acorde no ser parte del artículo".