1. "Hay alguna cuestión en la que discrepo con usted" dijo Pedro Sánchez tras la intervención de un Gabriel Rufián que le atribuyó nada más y nada menos que un golpe de Estado a la Junta Electoral y que amenazó con tumbar el Gobierno a las primeras de cambio si este no convoca la mesa de diálogo en el plazo exigido por ERC.
2. "Alguna cuestión" dijo Sánchez. Matices, apenas, frente a un discurso que hablaba del PSOE como si se tratara de un títere en manos de los nacionalistas catalanes. De un discurso que hablaba sin paños calientes de la amnistía de golpistas y de la ruptura "pactada" del orden constitucional.
3. "Si no hay mesa no hay legislatura. Ya lo hemos hecho antes y podemos volver a hacerlo" dijo Rufián. Traducido al español recto: no habrá Presupuestos Generales del Estado si el PSOE no se somete a las exigencias de los republicanos.
4. También dijo Gabriel Rufián, para demostrar que él no odia España, que no renuncia a Machado, a Cervantes, a Rosalía o a Alejandro Sanz. Para ERC, España son Los 40 Principales; Italia, Ferrari y Maquiavelo; y Reino Unido, Shakespeare y los Beatles.
5. Se comprende entonces que un vínculo tan débil, tan frágil, pueda ser roto sin mayores problemas. Siempre nos quedará la FNAC si nos asalta el ataque de nostalgia por la nación perdida.
6. Para Pedro Sánchez, las sentencias y los dictámenes de la Justicia y de otras instituciones del Estado son "zancadillas" y "artimañas" de lo que él llama "la ultraderecha".
7. Nunca antes en cuarenta años de democracia el Gobierno había atacado y deslegitimado con tanta saña al Poder Judicial como el PSOE durante los últimos meses. Pero especialmente durante las últimas 24 horas, a raíz de la decisión de la Junta Electoral respecto a la inhabilitación de Quim Torra y Oriol Junqueras.
8. No resulta extraño que algunas voces hayan empezado a hablar ya de chavismo. La referencia no es exagerada. Los primeros pasos de Hugo Chávez también consistieron en la deslegitimación de las instituciones del Estado que él no controlaba directamente.
9. El resto de la historia venezolana es conocida. La hoja de ruta ha sido estudiada a fondo por Unidas Podemos. Está por ver que sea aplicada en España.
10. Esa será la principal batalla de la legislatura que se nos avecina. El intento por parte del PSOE y de Podemos, con el más que previsible apoyo de los nacionalistas, de modificar las estructuras del Poder Judicial para que este quede totalmente inerme frente a los planes de la coalición de Gobierno y sus socios.
11. Pablo Casado tiene sin embargo un arma en la manga. O, más bien, un escudo. Cualquier intento de reforma del Poder Judicial –y muy especialmente del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial– deberá contar con la aprobación del PP.
12. Dicho de otra manera. Prácticamente ninguno de los pactos a los que se ha comprometido el PSOE con ERC y el PNV tiene la más mínima posibilidad de salir adelante sin el visto bueno de Pablo Casado. Incluido cualquier nuevo Estatuto soberanista que pretenda reconocer a ambas comunidades como naciones.
13. Lo que se avecina durante los próximos cuatro años no es un nuevo Gobierno, sino el intento de imponer un nuevo régimen esquivando la preceptiva reforma constitucional.
14. Un régimen cuyo diseño no es obra del PSOE, y ni siquiera de Pedro Sánchez o de Iván Redondo, sino de Pablo Iglesias.
15. Los 35 escaños de Podemos, uno de cada diez del Congreso de los Diputados, han conseguido imponer no ya su programa, sino su idea de España, a un partido con ciento veinte. Las consecuencias del radical cambio de rumbo del PSOE son terra incognita.
16. El PSOE de Pedro Sánchez se ha situado al margen del pacto constitucional del 78. De esto no cabe duda alguna a la vista de lo vivido ayer sábado en el Congreso de los Diputados.
17. Para Pedro Sánchez, un centímetro más allá de su persona sólo existe ultraderecha. Incluso el Estado de derecho es ultraderecha si este obstaculiza sus objetivos no ya políticos, sino personales.
18. Tan arrolladora, pero sorprendentemente flexible, es esta visión de la realidad, que el mismo Miguel Ángel Revilla, que no tardó ni un solo minuto en ser señalado como "falangista" por los periodistas afines al nuevo régimen en cuanto su partido anunció su no a Sánchez, pasaría a ser considerado de nuevo como un impecable demócrata progresista si hoy domingo cambiara el sentido de su voto y le diera su sí al presidente en funciones.
19. La medida del ultraderechismo es, en definitiva, el interés coyuntural de Pedro Sánchez. El equivalente del kilogramo universal de París en el terreno de la ideología.
20. Tan compleja es la idea del ultraderechismo que maneja Pedro Sánchez que el mismo Pedro Sánchez de hace cuatro semanas sería ultraderechista según el Pedro Sánchez de hoy por su insistencia en negarse a pactar con Podemos y los nacionalistas.
21. Subió Alberto Garzón, probable futuro ministro del Gobierno español, a la tribuna de oradores y se dijo muy orgulloso de defender la ideología más criminal de la historia de la humanidad, la que más hambre, muerte y miseria ha provocado en todos y cada uno de los países en los que se ha impuesto. Con esos mimbres nacerá el nuevo Gobierno.
22. Cuando entrevisté al historiador catalán Enric Ucelay-da Cal este me respondió a la pregunta de qué diferencia a la extrema derecha del fascismo con una sola palabra: "la chulería".
23. Según Ucelay-da Cal, el fascismo no se avergüenza de su ideología ni trata de maquillarla porque su desprecio por las convenciones morales y políticas de la democracia es total. Aplíquese lo dicho a ese Alberto Garzón que se enorgullece sin complejos, en el Congreso de los Diputados, de su ideología totalitaria.
23. "Desjudicializar la política" es sin duda alguna una de las aspiraciones esenciales de todo fascismo. Que en la España de hoy esa "desjudicialización" sea vista como un rasgo de progresismo entra en el terreno de lo sicalíptico.
24. Pedro Sánchez aludió varias veces al "libre desarrollo de las identidades nacionales". El progresismo del PSOE consiste en el retorno a las etnias, a la tribu, a la aldea. ¿Ciudadanos libres e iguales? Alejad de mi esa antigualla. ¡Barro y sangre! ¡Clanes, cabilas y facciones!
25. Empezó Sánchez su intervención rememorando la historia del PSOE. Vamos a dejar de lado su evidente olvido de la mitad de esa historia y el embellecimiento de la restante. Porque tan romántica remembranza no tenía otro objetivo que borrar cualquier tentación de tamayazo que pueda albergar alguno de los 120 diputados socialistas.
26. "Si votas 'no' no me estarás traicionando sólo a mí, sino a ciento cuarenta años de historia socialista" estaba diciendo Pedro Sánchez.
27. Tan frágil es la palabra de Sánchez que resulta 100% imposible hacer la exégesis de su discurso sin encontrar de inmediato al menos media docena de ejemplos en sentido contrario al que defienden sus afirmaciones. Y eso sin hacer una búsqueda exhaustiva en Google.
28. Un ejemplo. Las alabanzas a la cohesión territorial de Pedro Sánchez. El mismo Pedro Sánchez que acaba de concederle al PNV la potestad de expulsar a la Guardia Civil de Navarra o de decidir su política fiscal. O el mismo que ha amenazado con intervenir las comunidades de Madrid y Andalucía. O el que ha apoyado las tentaciones secesionistas de León respecto a Castilla. O el que ha amenazado a Miguel Ángel Revilla si este no vota a favor de la investidura del candidato socialista. O el que ha amenazado a Ana Oramas, de Coalición Canaria, por el mismo motivo.
29. Un respeto exquisito por la cohesión territorial, efectivamente. El mismo que tiene Pedro Sánchez por las formas de la democracia.
30. Dijo Pedro Sánchez que los votantes del PP no se sienten representados por el discurso de Pablo Casado. Luego le reprochó a Inés Arrimadas que esta hablara de los votantes socialistas sin conocerlos. En Pedro Sánchez, las contradicciones afloran con sólo unos minutos de diferencia. A veces, en la misma frase.
31. Pedro Sánchez también reescribió la historia de la Constitución, de la que borró a Manuel Fraga, Gabriel Cisneros o Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, y hasta de ETA, cuyo fin atribuyó a Zapatero y Rubalcaba. En la mente de Pedro Sánchez, el PSOE inventó España en 1936 y el PP se alzó contra ella en julio de ese mismo año.
32. Habló Pablo Iglesias de "los demócratas en prisión y en el exilio" y de su "trabajo" por la investidura de Sánchez, en referencia a los golpistas de ERC y JxCAT. Este hombre será vicepresidente del Gobierno español y decidirá sobre las vidas y las haciendas de 46,6 millones de españoles.
33. España es hoy un país del que se han borrado los ideales de la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad. En su lugar tendremos vasallaje, desigualdad y etnias.
34. No cabe duda. La palanca que Podemos utilizará para "asaltar los cielos" será la llamada "voluntad popular". Poco más que una oclocracia asamblearia. Inés Arrimadas hizo la pregunta correcta a los diputados del PSOE. "¿Es eso progresismo?". No, no lo es. Pero el PSOE no es ya, si lo ha sido alguna vez, un partido progresista.
35. El discurso de Pablo Casado fue magnífico, vibrante. Nadie ha criticado más que yo su inacción de los últimos días. Ayer estuvo espléndido. Sin duda, suyos fueron los mejores discursos de la jornada.
36. Dijo Rafa Latorre en Onda Cero que hacerle oposición a Sánchez es muy fácil. "Sólo hay que soltarle lo que decía Sánchez hace un mes". En esa sencilla afirmación está resumida la liquidez del personaje.
37. "Defendemos y defenderemos la economía social de mercado, tal como lo estipula la Constitución" dijo Sánchez. Otra victoria de Podemos, que no entiende por "economía social de mercado" lo mismo que entiende cualquier demócrata sensato con un mínimo conocimiento de las reglas más básicas de la economía. Entre ellas, la poderosa autoridad de los incentivos.
38. "El dinero no está siempre mejor en el bolsillo de quienes poseen una fortuna. A menudo el dinero está mejor en las escuelas y en las bibliotecas que nos hacen más sabio". De Podemos, a Pedro Sánchez se le ha pegado hasta la cursilería.
39. Sánchez tuvo, sin embargo, su momento cuando le reprochó a Pablo Casado los propios pactos del PP con el nacionalismo. Los ha habido, son innegables y han contribuido sin duda alguna al caos actual. Lo mejor que se puede esperar de Pablo Casado es que haya aprendido la lección de los errores de su partido en el pasado. Alberto Núñez Feijóo, desde luego, no la ha aprendido.
40. Resultó llamativa la insistencia de Sánchez en atribuirse el legado de Zapatero, Rubalcaba y González cuando ninguno de ellos le apoyó en las primarias. De las escasas simpatías de Rubalcaba y González por Sánchez podría escribirse una enciclopedia.
41. Si hay alguien, en fin, que no puede erigirse en continuador de la tradición del PSOE de los años 80 y 90, ese es Pedro Sánchez. Como mucho lo será del PSOE de Zapatero. Y con matices.
42. "Ojalá fuera usted la mitad de patriota que el señor Albert Rivera. No le llega ni a la suela del zapato" le espetó Pablo Casado a Pedro Sánchez, muy insistente en la idea de que el patriotismo de PP y Ciudadanos es un patriotismo de banderita, zarzuela y toros.
43. Dice Xavier Domènech, ex de Podemos, que la primera tarea del nuevo Gobierno será "la modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial y la del Tribunal Constitucional para garantizar algo llamado la 'separación de poderes' y el respeto a la voluntad popular".
44. Es un secreto a voces que esa será, efectivamente, la prioridad del nuevo Gobierno.
45. Que su intención sea "garantizar la separación de poderes" y no su demolición, o "el respeto a la voluntad popular" y no su imposición a los discrepantes, es otro secreto a voces.
46. Nos esperan cuatro años de polarización, de quiebra de la convivencia y de enfrentamiento alentado desde el mismo Gobierno. El señalamiento de ciudadanos particulares, periodistas e instituciones o administraciones discrepantes desde el Consejo de Ministros será constante. Que no quepa la más mínima duda de ello.
47. El objetivo es una España polarizada en la que por puro tensionamiento de la convivencia se empuje a la derecha hacia Vox, y a la izquierda hacia el PSOE, Podemos y los nacionalistas. Una España dividida, sin centro político, amontonada en los extremos. Una España predemocrática.
48. Dijo Santiago Abascal en medio de un discurso muy dirigido a su público: "Con 24 escaños Pedro Sánchez ni nos contestaba, no nos miraba, ni siquiera en ese debate del que quería salir corriendo. Con 52 nos pide que le miremos. Como convoque elecciones otra vez nos va a pedir pactar. Porque todo le da igual". Hay que reconocer que Abascal ha comprendido mejor a Sánchez que muchos socialistas.
49. El pesimismo en la derecha es hoy una evidencia. Pedro Sánchez será investido y la demolición de la actual estructura del Estado empezará en fecha tan temprana como finales de enero, con la mesa de Gobiernos pactada con ERC.
50. Pero existen motivos para la esperanza. La propia debilidad de la coalición de Gobierno. Unos líderes solventes y muy experimentados en la derecha y en el centro. Y unas instituciones del Estado que no se rendirán tan fácilmente como podría parecer a los intentos de control por parte del PSOE, Podemos y los nacionalistas.
51. Toca, eso sí, trinchera ideológica. La guerra de propaganda será descarnada. Y lo de ayer sábado, donde el candidato a presidente no dijo una sola verdad diáfana que no fuera susceptible de corrección o enmienda, fue sólo un avance.
51. Haría bien el PP, eso sí, en comprender que la guerra que se avecina no se gana sólo con gestión, sino también, y muy especialmente, con propaganda. Por suerte para los populares, el PSOE sólo domina una de las dos artes.