Inés Arrimadas y sus nueve diputados aplaudieron a rabiar la intervención de Ana Oramas. La líder de Coalición Canaria, en contra de lo sellado por los órganos de su partido, anunció que votará en contra de Pedro Sánchez. Una circunstancia que estrecha la mayoría del presidenciable e insufla "un mínimo de esperanza" a los autodenominados constitucionalistas.
La sucesora de Albert Rivera, llamada a los barones mediante, es quien impulsa la misión de quebrar la disciplina de voto en la bancada socialista. Necesita que uno de los 120 parlamentarios del PSOE pase del "sí" al "no" o que dos de ellos se abstengan. Esas dos posibilidades trazarían un empate y el consecuente fracaso de Sánchez.
"Sabemos que es muy complicado, pero no vamos a dejar de intentarlo hasta el final", especificaban fuentes solventes de Ciudadanos a última hora de la noche de este sábado. De momento, las conversaciones que Arrimadas mantuvo con Page -presidente de Castilla-La Mancha- y Lambán -su homólogo en Aragón- no parecen haber surtido efecto.
La táctica es más complicada si cabe debido al tipo de votación: a rostro descubierto. El socialista que osara a posicionarse contra su secretario general estaría firmando su sentencia política.
"¿Esto no les remueve ni un poquito? ¿De verdad no hay ningún valiente entre ustedes?", interpeló directamente Arrimadas a los diputados de Ferraz. Fue una pregunta constante en el discurso de la política jerezana. Antes de formularla, repasó al dedillo todas las "cesiones a los nacionalistas".
"Han escuchado hablar de los países catalanes, de los presos políticos... ¡Y el presidente, en sus respuestas, no ha rebatido, se lo ha tragado todo! Estoy segura de que queda entre ustedes algo de dignidad", aseveró Arrimadas.
Sánchez acudió al Congreso este sábado con la investidura prácticamente atada -faltaba por conocer la confirmación de Esquerra tras el mandato de la Junta Electoral-, pero la sorpresa de Oramas apretó el resultado. En este momento, el presidenciable se encuentra al borde del abismo.
No obstante, conviene destacar que la unidad del PSOE nada tiene que ver con la de la anterior etapa de Sánchez al frente de la secretaría general. Una vez alcanzado el poder se disiparon las rencillas internas. Por eso Arrimadas inquirió: "No hay sueldo ni cargo que justifique esto".
Confirmada la connivencia de Unidas Podemos, Esquerra Republicana, PNV, BNG, Nueva Canarias, Teruel Existe, Compromís y Más País, el único riesgo que afronta el candidato se encuentra dentro de su partido.
Arrimadas llegó a decir a Sánchez que "muchos" votantes socialistas "prefieren el discurso de Ciudadanos al del PSOE": "La prueba es la diferencia de tono con la que trata a nacionalistas y constitucionalistas".
"Ustedes ríen o lloran en función de lo que diga Sánchez porque quieren cobrar", concluyó la portavoz de los liberales. Según ha confirmado este diario, los naranjas ya han movido "todos sus hilos territoriales" en busca de ese diputado socialista que vote contra su líder. "Es casi imposible, pero no lo sabremos hasta el final", relatan desde Alcalá, 253.