El grupo parlamentario de Ciudadanos se halla afanado en la consecución de un doble objetivo: la búsqueda de un espacio propio y la máxima optimización de los recursos para sobrevivir a su legislatura de las vacas flacas. "Somos 10 diputados, pero tenemos que aparentar ser 57", reseña un dirigente liberal. Y en esa estrategia todavía por sellar, la oposición a Pedro Sánchez será piedra angular.
Los de Inés Arrimadas conciben que la forma más práctica de erosionar al Ejecutivo naciente pasa por demostrar "sus contradicciones". O dicho de otra manera: se trata de poner de manifiesto que -Sánchez dixit- "son dos gobiernos en uno". Esa táctica ya ha empezado. Los naranjas han solicitado la comparecencia en la Cámara del presidente para que explique la postura de Moncloa en torno a Venezuela.
Como la izquierda tiene mayoría en la Mesa -órgano rector del Congreso-, Sánchez podrá evitar la cita si lo desea. En Ciudadanos conciben que tanto una cosa como la otra le pondrán en un brete. Arrimadas hace esta pregunta al candidato recién investido porque el PSOE reconoce a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, pero Pablo Iglesias lo llegó a definir como artífice de un "golpe de Estado".
Desde que Unidas Podemos supo con certeza que entraría en el Gobierno, sus máximos dirigentes han evitado manifestarse -lo hacían principalmente en redes sociales- acerca del envite venezolano. Recientemente, las fuerzas armadas de Maduro intentaron impedir la entrada de Guaidó en la Asamblea Nacional del país latinoamericano.
A principios de febrero, Pedro Sánchez reconoció a Guaidó y dijo: "No daré un paso atrás. España va a estar a la altura. Por la libertad, la democracia y la concordia en Venezuela". Un mensaje radicalmente distinto al que vertió Iglesias en mayo.
"Pero, ¿qué van a decir en Podemos si varios han trabajado para el chavismo? Es lo que tiene firmar con el populismo... España debería liderar la respuesta a la crisis de Venezuela y creemos que no va a ser posible", trasladan fuentes solventes de Ciudadanos a este periódico.
Está por ver si Unidas Podemos, como miembro del gobierno, cambia su parecer. "Imaginamos que se moderarán para no montar una crisis en la coalición cada semana, pero este asunto tiene una parte ideológica importante.... Desgraciadamente, no van a poder aceptar a Guaidó", reseña un portavoz naranja.
Ciudadanos reconoce mantener contactos frecuentes con la oposición a Nicolás Maduro. Desde Alcalá, 253 transmiten que la propuesta sobre Venezuela llega poco después de una de esas reuniones.
"Con un socio así corres el riesgo de romper los grandes consensos. Y el PSOE forma parte de ellos, por lo menos en Europa. Veremos cómo reaccionan", apuntan las fuentes consultadas.
De momento, los partidos de la coalición ya han firmado una especie de protocolo de actuación, según el cual Sánchez e Iglesias prohíben a sus ministros hablar de áreas ajenas a las suyas. Estos papeles hablan de "lealtad, responsabilidad, máxima discreción, coherencia y cohesión".
Los "puntos de encuentro"
Venezuela, detectan en Ciudadanos, es sólo la punta del iceberg. Ese "dos gobiernos en uno" también quedará de manifiesto con las tensiones territoriales y la política económica. "¿Qué votará ahora Podemos cuando se debata en la Cámara la autodeterminación? ¿Se separarán en asuntos tan importantes como ése?", presionan los liberales.
Ciudadanos debe tocar la tecla que le permita combinar la "contundencia frente al Sánchez que cede a los nacionalistas" con la mano tendida propia de "un partido de centro".
"Claro que podremos acordar leyes con el PSOE referidas a la eutanasia, el aborto, las políticas sociales, los derechos del colectivo LGTBI o el fomento de la Formación Profesional, pero probablemente Sánchez pacte su agenda con Podemos y mire hacia otro lado", argumentan en el partido liberal.