En apenas 24 horas, cuando este martes se abran, como de costumbre, las puertas del Parlament catalán, todas las miradas estarán fijas en la misma dirección. Los políticos condenados por el 1-O vuelven a cruzar sus puertas para comparecer dentro de la comisión de investigación sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Desfilarán por la cámara autonómica el ex vicepresidente Oriol Junqueras, así como los exconsellers Raül Romeva, Dolors Bassa, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn. Y, según se deduce de sus últimas declaraciones públicas, todos piensan encarar este “deber inexcusable” —en palabras del Departamento de Justicia de la Generalitat— como un ajuste de cuentas con el resto de fuerzas políticas.
“A ver cómo me aguantan la mirada”, explica Junqueras en una entrevista por carta a Catalunya Radio, concedida también por el resto de sus compañeros. "Tenía que llegar el momento en que nos mirasen a los ojos”.
“Una maquinaria de venganza”
Para el ex vicepresidente todo se reduce a una revancha. ¿Por qué? “No podemos perder de vista que estamos en prisión porque el Estado ha decidido poner en marcha una maquinaria de venganza”, explica.
El presidente de ERC, condenado a 12 de años de prisión por sedición y malversación, cree la tensión se hará patente porque “saben que han sido cómplices de que llevemos más de dos años encerrados en la cárcel por unos delitos que no hemos cometido, por haber hecho un referéndum. Me gustaría ver cómo reaccionan y cómo justifican no haber movido un dedo para acabar con una injusticia como esta".
No es la primera vez que Junqueras se expresa en esos términos. Ya lo hizo en la entrevista a El País, en la que afirmó que el Tribunal Supremo no tenía “razón en nada”. “Será un placer cruzarme con los socialistas catalanes cuando salga de aquí y ver si aguantan nuestras miradas”, adujo hace unos días.
“Rezo por no ser como ellos”
No es el único condenado por el 1-O que así lo considera. Dolors Bassa, exconsellera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, insiste en la idea. "¿Nos podrán mirar a la cara y saludarnos com si nada hubiese pasado?", se pregunta.
También el exconseller de Presidencia y exportavoz del Govern, Jordi Turull. "Cuando oigo a algunos de ellos en los medios, siento pena y tristeza y rezo por no ser nunca como ellos, con tan poca humanidad", indica.
Enfrente se encontrarán al resto de grupos parlamentarias. Esta vez sí estará presente Ciudadanos, fuerza mayoritaria y líderes de la oposición independentista. La líder de Cs en Cataluña afirma que les reclamarán a los sediciosos que "pidan perdón".
"Les diremos lo que Sánchez no les ha dicho ni les dirá nunca: que pidan perdón por haber dado un golpe a la democracia, por haber creado una crisis sin precedentes y haber dividido a la sociedad catalana", asegura Roldán en declaraciones a Europa Press. Así, los naranjas no permitirán que "los actuales socios de Sánchez, y máximos responsables del golpe a la democracia en 2017, vuelvan a usar el Parlament para dar su mitin separatista".