La Generalitat de Cataluña tiene previsto aprobar unos nuevos presupuestos pactados con los comuns -ala catalana de Podemos- después de tres ejercicios con las cuentas prorrogadas y, además, tienen acordada una reforma fiscal para este 2020 que pretende subir el IRPF autonómico a las rentas superiores a 90.000 euros.

Pero, ¿qué pasa con los ciudadanos con las rentas más bajas? Los catalanes que se sitúan en los primeros tramos de IRPF, es decir, con unos ingresos anuales de entre 12.450 y 28.000 euros, se ven obligados a pagar una cantidad de impuestos más elevada que el resto de españoles con las mismas rentas que viven en otras regiones.

De acuerdo con el último informe elaborado por el Consejo General de Economistas, titulado Panorama de la fiscalidad local, el tramo autonómico del IRPF para las rentas más bajas se sitúa en un media del 9,8% mientras que, en Cataluña, el Govern de la Generalitat decidió mantenerlo en el 12%.

Anteriormente, el tipo mínimo estaba en un 24% (12% del tramo autonómico y 12% del tramo estatal), pero el anterior Ejecutivo del PP modificó la ley de presupuestos de 2018 y redujo su parte del tramo estatal hasta el 9,5%.

La mayoría de autonomías, en consonancia con la modificación legal del Ejecutivo de Mariano Rajoy, bajaron también sus correspondientes tramos, pero Cataluña mantuvo sus tipos: “El resto de regiones adaptaron la reducción de impuestos del año 2018 y, aunque no bajaron todo lo que bajó el Estado sí que fue significativo”, explica el catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Santiago de Compostela, César García Novoa.

Esta situación en Cataluña se mantiene desde hace años, ya que la cesión de un tramo del IRPF a nivel autonómico se produjo antes que en el resto de autonomías.

No obstante, el nuevo acuerdo del Ejecutivo catalán con la formación de Ada Colau no prevé aligerar el gravamen a los catalanes con rentas más bajas.

Equidad interindividual

García Novoa insiste en la idea de la “equidad interindividual”: “Lo que es la tributación de las personas en este tramo, la Generalitat está dando un tratamiento más desfavorable en relación al conjunto del Estado”.

En la misma línea, los tramos de IRPF más altos en la región también se gravan a un tipo superior. “Pueden aducir que la diferencia es la misma entre catalanes, que los pobres pagan más y los ricos también. Pero en el conjunto del Estado, la equidad horizontal, las rentas bajas son las peores tratadas”.

Cataluña, La Rioja, Cantabria, Valencia, Andalucía y Asturias mantienen el gravamen máximo de este tributo en el 48% (22,5% estatal y 25,5% autonómico).

Cabe destacar que en los niveles de rendimientos más bajos (12.450, 20.000 y 28.000 euros) se hallan el 75% de los ciudadanos españoles.

Corresponsabilidad fiscal

De acuerdo con el estudio Federalismo Fiscal: una propuesta para España, del Instituto Juan de Mariana, solo un quinto de los españoles es capaz de identificar quién tiene las competencias del IRPF o IVA.

“Si los ciudadanos no saben quién sube o baja impuestos no pueden premiar o castigar a los políticos”, explica Santiago Caudillo, coautor del informe.



Uno de los problemas es que el IRPF autonómico está camuflado, ya que con el sistema actual la declaración de la renta es elaborada de manera conjunta y hasta dos años después la Comunidades Autónomas no tienen la recaudación final.



“Una solución es separar el IRPF autonómico y estatal, y obligar a los Gobiernos regionales a ser corresponsables fiscalmente de lo que ingresan y lo que gastan”, abundan desde el Instituto Juan de Mariana.

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