La legislatura echa a andar y nuevos rostros de la política nacional tratan, con mayor o menor fortuna, de hacerse un lugar. En la primera sesión de control al Gobierno cinco diputadas de la oposición poco conocidas para el gran público intentaron poner contra las cuerdas a Pedro Sánchez y a sus ministros.
Con la pasada legislatura fallida, una mayoría de diputados de la oposición no pudieron ejercer sus funciones de control al Ejecutivo, y no ha sido hasta este miércoles que cinco artilleras de PP y Vox han intercedido en el hemiciclo para disparar contra el Gobierno en la que se espera que será una de las legislaturas más broncas de los últimos tiempos.
Ana Belén Vázquez es diputada del PP por Ourense (Galicia) y dirigió su pregunta, directa y breve, al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. “¿Por qué no fue usted a Barajas en lugar de enviar al señor Ábalos?”.
Tras la respuesta del titular de Interior, Vázquez volvió a la carga con gran gestualidad para afearle que no “defendiera” a los cuerpos y seguridad del Estado de las declaraciones de Ábalos: “No defendió a la Policía Nacional cuando el señor Ábalos en un programa de televisión culpabiliza a la Policía Nacional de que esa señora [Delcy Rodríguez] pisara territorio nacional”.
Vázquez, portavoz de Interior en el Congreso, tiene el mérito de haber sido la candidata más votada en Ourense en las últimas elecciones generales. Antes de dedicarse a la política fue inspectora de policía. Se distingue también por su profusa actividad en Twitter, red social en la que cuenta con más de 10.000 seguidores.
A tenor de su declaración de patrimonios y bienes, es una amante de los automóviles. Esta soltera y oriunda del pequeño municipio de Bande ostenta tres coches, dos de ellos modelos de alta gama (Opel Vectra; Audi A4 y Mercedes GLA).
La encargada de dar el relevo a Vázquez en la bancada de la derecha fue María de los Reyes Romero, diputada de Vox, que también interpeló al ministro Marlaska. Romero se desmarcó del asunto Ábalos para preguntar por la inmigración, una de las causas que trata de capitalizar su formación.
La diputada por Sevilla vinculó el aumento de la criminalidad en España en el último periodo con la llegada de los conocidos como menas, menores inmigrantes no tutelados. “Los españoles tenemos derecho a saber qué grupos de población son los que cometen más delitos”, añadió.
Romero, que exhibía un colgante con una cruz cristiana, es madre de familia numerosa. A sus 53 años tiene cuatro hijos y, según se observa en su perfil oficial, trabajó de comercial antes de integrarse en las filas de Vox.
Vehemencia y tensión
Valentina Martínez, diputada del PP por La Coruña, es la responsable de Relaciones Internacionales de su formación y la portavoz de Exteriores en el Congreso. Cumpliendo con sus funciones encomendadas, fue la primera de las diputadas en dar en la diana contra Ábalos.
“Cuéntenos una verdad, que a veces hace libre”, le espetó al ministro. Martínez logró ser la primera diputada en borrar del rostro de Ábalos su tan característica sonrisa sardónica que exhibía ante sus otras interlocutoras.
La vehemencia arrolladora de Martínez solo pudo ser frenada por el reloj, cuando la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, le indicó que había agotado su tiempo de réplica.
Gritos de “dimisión” se escucharon en la Cámara baja antes de que Belén Hoyo, diputada del PP por Valencia, pudiera tomar la palabra. Hoyo protagonizó el mayor rifirrafe con Ábalos, cuando esté lamentó que su “estreno” en el Congreso no fuera para hablar “de los problemas” de los valencianos, donde ambos han nacido.
“Lamento que su estreno en esta nueva legislatura como representante valenciana igual que yo sea para un tema como este. Tenemos tantos problemas en nuestra tierra”, sostuvo el ministro de Transportes cuestiona por el caso Delcy Rodríguez, la vicepresidenta chavista de Venezuela.
El nivel de tensión se visualizó en el pequeño balbuceo de la diputada popular que, sin embargo, también arrancó un gran aplauso por parte de su bancada. Ábalos aprovechó su nerviosismo para atacar: “Si a usted le pagan por lo que acaba de decir, estamos que derrochamos”.
La última de los nuevos rostros en tomar la palabra fue Macarena Olona, diputada de Vox por Granada. Esta Abogada del Estado divorciada fue premio extraordinario de fin de carrera y ganó visibilidad en la pasada legislatura también por su avanzado embarazo.
En la recién estrenada legislatura volvió a demostrar su habitual contundencia así como sus conocimientos de Derecho para “denunciar la infracción” que, a su juicio, se produjo durante la intervención del diputado de EH Bildu, Jon Inarritu.
“Con la venia señora presidenta, al amparo del artículo 72.1 del reglamento de la Cámara, para denunciar la flagrante infracción del artículo 103 apartado primero, que se ha producido con ocasión de la intervención del señor Iñarritu”.
Apelaciones
Olona hacía referencia a la afirmación del diputado abertzale sobre “la existencia de una práctica sistemática de torturas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.
Pese a los amagos de Batet de dar por entendido su apelación, la diputada de Vox finalizó su intervención asegurando que “nunca vamos a permitir que blanqueen la historia del terrorismo”.
Su duro y a la vez emotivo discurso de oposición a ETA y a sus herederos políticos se explica, en gran parte, por su reciente pasado. Olona ejerció abogada jefe del Estado en el País Vasco entre 2013 y 2018.