La opinión es unánime entre los funcionarios de prisiones catalanas consultados por EL ESPAÑOL. Los permisos concedidos por la Junta de Tratamiento de sus prisiones a Jordi Cuixart, Joaquim Forn, Jordi Sànchez, Carme Forcadell y Dolors Bassa, y los que se prevé que se concedan a partir de la semana que viene a Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Turull y Josep Rull, podrían provocar un efecto dominó entre los presos de las prisiones catalanas. Presos que han visto como los líderes del procés han obtenido permisos difíciles de imaginar en el caso de otros internos menos mediáticos.
"¿Tú te crees que los gitanos no tienen madre? ¿Y que no querrían salir a cuidarla? Date una vuelta por la prisión en la que trabajo yo y se lo preguntas a ellos" contesta uno de los funcionarios consultados en referencia al permiso concedido a Dolors Bassa, en base al artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, para salir de la prisión de Puig de les Basses tres días a la semana, ocho horas por día, para cuidar de su madre enferma.
"No, no es lo normal que te den un permiso para cuidar a un familiar" añade el mismo funcionario. "¿Tres días a la semana para cuidar a una madre enferma? ¿Y quién no tiene un padre, o una madre, o un abuelo enfermo? Y si no lo tiene se lo inventa. A un preso normal le dejan ver a un padre o a una madre agonizante un solo día, el de su muerte, y punto" dice luego. "El artículo 100.2 plantea una excepcionalidad, pero a los presos del procés se les ha aplicado con normalidad, como si fuera una opción a la que tiene derecho cualquier preso".
El de Bassa no es el único caso llamativo. La Junta de Tratamiento de la prisión de Lledoners también ha permitido a Jordi Cuixart salir de prisión cinco días a la semana, nueve horas y media al día, para trabajar en la empresa de la que es propietario y director general, la Aranow Packaging Machinery, dedicada a la fabricación de maquinaria industrial para envasado. A Cuixart le ha sido concedido también un permiso extra de setenta y dos horas de duración del que todavía no ha hecho uso.
Expresión de ideología
El pasado martes, la jueza del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 5 de Cataluña María Jesus Arnau Sala desestimó la petición de la Fiscalía para que se le negara el permiso de salida a Jordi Cuixart. El argumento de la jueza para negarse a la petición de la Fiscalía fue el de que la expresión "lo volvería a hacer" no refleja un deseo de un nuevo alzamiento tumultuario sino, simplemente, "la mera expresión de una ideología política" tolerada por la Constitución.
Junto a Cuixart y Bassa ha obtenido un permiso de salida de cinco días a la semana, doce horas y media al día, Joaquim Forn. También Carme Forcadell ha obtenido de la Junta de Tratamiento de la prisión de Mas d'Enric un permiso de tres días a la semana, nueve horas al día, para cuidar de su madre, enferma como la de Bassa, y para otro tipo de tareas de voluntariado. Jordi Sànchez tiene, por su parte, un permiso que le permite salir de prisión tres días a la semana, once horas al día.
En la práctica, los permisos concedidos a los presos del procés, clasificados todos ellos en segundo grado, equivalen a un tercer grado encubierto. "Si se pueden aplicar a los presos medidas de un grado que no les corresponde, entonces mejor concederles el tercer grado y evitar polémicas" dice otro funcionario consultado por EL ESPAÑOL. "Pero claro, si se les concediera el tercer grado los jueces de Vigilancia Penitenciara anularían la decisión de inmediato, porque no ha lugar. Es un fraude de ley evidente".
Un Gobierno sin reacción
Otros funcionarios son menos drásticos que el anterior. "Me extrañan dos cosas. Lo de los permisos para cuidar a sus madres y sobre todo, la prontitud. Les han dado los permisos a la velocidad del rayo. Han esperado a cumplir el plazo mínimo y no han tardado ni un minuto más de lo necesario. Esto es algo muy infrecuente".
"Ahora ellos ganan por la mano" dice un cuarto funcionario. "Hasta que ERC no apruebe los Presupuestos Generales del PSOE, los separatistas van a hacer lo que les dé la gana en sus prisiones. Y ahora que ya han sacado a cinco de golpe y han visto que no pasa nada y que el Gobierno no reacciona, la semana que viene sacarán al resto. Apuéstate algo".
La duda en la prisión de Lledoners es qué ocurrirá en el caso de Oriol Junqueras. "Junqueras va a decidir cuándo le conviene más salir de prisión" dice uno de los funcionarios consultados. "El aura de mártir del procés le conviene de cara a las elecciones, pero las ganas de salir de prisión también pesan. En cualquier caso, será él el que decida cuándo se va fuera. De eso que no te quepa duda. Todo lo que dijo en Lo de Évole es mentira: los privilegios existen, son habituales y siguen a día de hoy".
Presos pragmáticos
Los permisos de Cuixart, Forn, Sànchez, Forcadell y Bassa corren el peligro de crear precedente y no han pasado desapercibidos en unas prisiones donde las noticias corren de celda en celda en menos tiempo del que tardan en llegar a la portada de los diarios. "Los presos más normales lo van a pedir de inmediato. Tonto será el que no pida un permiso ahora para cuidar a sus padres supuestamente enfermos".
Otros trabajadores de los Servicios Penitenciarios de la Generalidad dudan sin embargo de que se produzca una avalancha de reclamaciones. "Los presos son más bien pragmáticos. La mayoría de ellos entiende que esta gente es el poder y prefieren no protestar, por lo que pueda pasar. Saben que no sólo es imposible que les concedan lo mismo que a los presos del procés, sino que es posible incluso que se pillen los dedos y salgan peor de lo que han entrado".
"Puede haber alguno que se queje puntualmente", añade un último funcionario, "pero no será lo normal. Es el fatalismo del pueblo. 'Estos son los que viven bien' dicen, y vuelven a sus cosas. Tienen asumido que los presos del procés son unos elementos extraños en su mundo y que lo que les ocurre y se les permite a ellos no rige en su caso particular".