Si las elecciones autonómicas vascas -previstas para el 5 de abril- se celebraran hoy, Iñigo Urkullu reeditaría su victoria. Además, sumaría mayoría absoluta con quien ya se ha convertido en su socio natural: el PSE. Así se desprende del último sondeo realizado por SocioMétrica para EL ESPAÑOL.
En 2016, el candidato del PNV tuvo que ser investido en segunda votación y con mayoría simple -también con el apoyo de los socialistas-. Esta vez, según los datos de esta encuesta, el auge del PSE le permitirá revalidar su presidencia a la primera.
Urkullu obtendría, por tanto, un dulce decrecimiento. Perdería un escaño y en torno a un 0,3% del voto, pasando de 28 a 27 parlamentarios. Le seguiría EH Bildu, que mantendría los 18 de la última vez. El PSE crecería de 9 a 12 y Elkarrekin Podemos disminuiría de 11 a 10.
Tanto en 2015 como tras las últimas municipales, PNV y PSOE ya acordaron apoyarse en todos los consistorios donde sumaran mayoría. De ahí que la negociación tras las autonómicas se antoje suave y sin estridencias.
A tenor de este pronóstico, la coalición PP+Cs sería un experimento fallido. Hace cuatro años, los naranjas no lograron representación parlamentaria y los conservadores se hicieron con 9 escaños. En caso de que hoy fueran las elecciones, la suma de ambos conseguiría 7.
Para más inri, la ineficacia de la entente pactada entre Casado y Arrimadas permitiría a Vox -que compite por un mismo electorado- entrar en la Cámara vasca. Lo haría gracias a la lista de Álava. En el País Vasco, el suelo mínimo para obtener representación parlamentaria es de un 3%. Ya en las generales, los de Abascal sumaron un 3,8% en esta misma provincia.
El territorio vitoriano es, según esta encuesta, el más proclive al constitucionalismo. Aunque también se imponen PNV y EH Bildu, lo hacen con menor distancia. Vizcaya, como viene ocurriendo desde hace años, sigue siendo el gran feudo de los de Urkullu.
Como puede verse en este gráfico de evolución temporal, la trayectoria del PNV, desde el pasado enero hasta hoy, es descendente. No obstante, su hegemonía es tan amplia que ni siquiera se resienten sus posibilidades de gobernar. EH Bildu, por su parte, vive en una especie de balsa de aceite. En el último año, su electorado apenas ha sufrido altibajos.
La matriz de transferencia de voto consolida a los abertzales -debido a esa mencionada estabilidad- como el partido con el electorado más fiel. Según esta encuesta, mantendría a un 87,8% de los suyos y sólo perdería un 3,1% en dirección al PNV. Urkullu conservaría al 85% y sería EH Bildu quien más le robaría, con un 2,3%. Elkarrekin Podemos movilizaría al 72,5% de los suyos, pero perdería un 8,7% a costa del PSE y un 5,8% camino de los de Otegi.
El PSE, que contendría al 67,3% de quienes le apoyaron en 2016, se quedaría sin un 10,9% que abrazaría al PNV. Quizá el dato más reseñable sea que un 22,2% de aquellos que apostaron por Ciudadanos otorgaría su voto a Vox.
Ficha técnica
Se han realizado 900 encuestas en Euskadi, proporcionales a los censos de las tres provincias. Multifuente aleatoria telefónica (fija y móvil) y panel online fusionando dos proveedores. Campo del 26 al 28 de febrero (a.i). Análisis de datos: equilibraje muestral según cuotas de edad, y situación laboral según censos INE. Para voto, posponderación por recuerdo en las elecciones generales y autonómicas. SocioMétrica es miembro de Insight Analytics.