"El modelo económico de España es el correcto. Lo que es incorrecto es la política económica del Gobierno de Sánchez, que nos aboca a encarar esta crisis con uno de los mayores déficits públicos y con la segunda tasa de paro más alta de Europa". Así reaccionaron este sábado fuentes oficiales del PP.
El Partido de Pablo Casado, de hecho, emplaza al presidente a que le pregunte a su vicepresidente si está dispuesto a una enmienda a la totalidad de su ideología por el bien del país: "¿Firmará Pablo Iglesias unos Pactos de la Moncloa como hizo Santiago Carrillo en 1977?".
Y es que oferta lanzada sin avisar por Pedro Sánchez de unos nuevos Pactos de la Moncloa, para hacer frente a la crisis del coronavirus pareció pillar también a los morados con el pie cambiado, enfrascados en no facilitar esa "unidad y lealtad" que pide Sánchez con acusaciones a "la derecha" sobre bulos e intenciones "destructivas".
Tampoco el PP, Ciudadanos o Vox sabían nada. Abascal porque ni le cogió el teléfono al presidente. Pero Arrimadas le había mandado una carta con esta petición, precisamente. ¿Y Casado? Fuentes oficiales de los populares confirmaron a este periódico que en la conversación telefónica no hubo referencia alguna a la oferta después lanzada en televisión.
Porque pocos minutos antes de salir en televisión a la hora del telediario, en su noveno discurso a la nación desde que el 10 de marzo cayó en la cuenta de que su plan de legislatura se iba al garete por el coronavirus, había llamado a Pablo Casado. Y de invitarle a la sede de Presidencia para empezar a negociar mano a mano, o con el resto de líderes políticos, no hubo una sola palabra.
En la sede de Génova están sorprendidos. "El problema no es el modelo económico español, como sí lo era en 1977", insisten las citadas fuentes. Esta vez, Casado ha conseguido no enterarse de la prórroga del estado de alarma por la pensa, como hace dos semanas. Pero tuvo que esperar al "Aló Presidente", tal como lo calificó Teodoro García Egea, para oír hablar de un pacto que reúna "todo el talento para reconstruir y relanzar" la economía española.
"Orgullo de este gran país"
Así lo invocó Pedro Sánchez, quien quiso dar un paso más en su relación con los españoles. Cambió el usted por el tú y el vosotros. Y reconoció su "orgullo por ser el presidente de este gran país", poniéndose el primero de la fila de los que pasarán por "el pasillo" en que se convertirá la salida del confinamiento "hacia una nueva normalidad".
"Os pedí como presidente que no cedierais al miedo, a las mentiras y bulos, ni tampoco a la rabia", arengó a los televidentes. "Y no puedo estar más agradecido y orgulloso de lo que estáis haciendo y de formar parte de esta sociedad, de este país".
Ahí se emocionó el presidente, y tragó saliva casi a punto de entrecortársele la voz. "Es la fuerza de la unidad, si no te afecta el dolor de los demás, no mereces llamarte humano", dijo, citando un tapiz en la sede de la ONU.
En ese tono trascendente, se refirió a la emergencia del coronavirus como "la crisis de nuestras vidas, no os quepa duda". Una crisis que "no habíamos pasado desde la II Guerra Mundial" y que las futuras generaciones estudiarán... y deberán entender "por qué les hemos detraído recursos". Y es que la deuda pública y el consiguiente déficit crecerán de manera exponencial. "Por eso no renunciaré a los eurobonos, y se lo transmitiré a los líderes europeos en el próximo Consejo extraordinario".
Sin control parlamentario
Esa telerreunión con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se celebrará el jueves, después del pleno para renovar el estado de alarma. Así que los diputados no podrán exigirle cuentas al presidente de su éxito o su fracaso en el empeño.
Tampoco está muy claro si podrán reclamarle aclaraciones sobre el levantamiento de las restricciones reforzadas, el llamado "cierre total", que este sábado dijo Sánchez que sí se acabará a la vuelta de Semana Santa. ¿Para todos? ¿Para la construcción? ¿Para las peluquerías? ¿Para los que antes del fin de semana pasado podían trabajar o no exactamente? Y para los que no... ¿se seguirán manteniendo los permisos remunerados recuperables? ¿Hasta cuándo?
Ninguna de esas preguntas tienen respuesta. Y eso es lo que no termina de comprender el líder de la oposición, mientras les convocan a unos Pactos de la Moncloa por televisión. O mientras la mitad del Gobierno les acusa de crear bulos -como el portavoz morado, Pablo Echenique- y buscar antes destruir al Ejecutivo que al virus.
¿Cambiar de política?
Así que las citadas fuentes populares se preguntan si "algunos miembros del Gobierno ya invocan los Pactos de la Moncloa, ¿es que el Gobierno de Pedro Sánchez y sus socios de Gobierno está pensando en realizar un plan de ajuste fiscal y presupuestario de la economía y una severa contención, si no rebaja, de las rentas de los españoles?".
El PP no cree en la sinceridad de Sánchez con esta oferta, viendo cuáles han sido las decisiones que ha tomado su Gobierno, al dictado de su ala más radical, la de Unidas podemos liderada por Pablo Iglesias, desde que ha estallado la crisis del Covid-19.
"Que nos vaya avisando a todos, porque hasta ahora de lo único que habla este Gobierno es de una salida rápida en forma de uve a un parón económico tras una 'hibernación' transitoria". El PP propuso, incluso un día antes del 10 de marzo, cuando Pedro Sánchez salió en rueda de prensa en Moncloa tras un mes y medio sin dar cuentas de su acción de Gobierno, un decálogo de medidas de choque.
Desde entonces, ha creado una especie de Gobierno en la sombra para la gestión de estas iniciativas y ya ha profundizado en las mismas. La idea general, retrasar los cobros de impuestos, y reducirlos "a la mitad en el caso de Sociedades"; exención de las cuotas de Seguridad Social a autónomos y pymes; "devolver los 2.500 millones de euros adeudados a las comunidades autónomas para que tomen medidas"; un plan de contingencia sanitario y aprobar un fondo de garantía para pymes.
Superado el pico
El presidente dio por superado el peor momento. "Una vez sobrepasado el pico, debemos estar listos para la desescalada", dijo, "la transición" para regresar a la cotidianeidad. Y dijo tener dos equipos trabajando en ello "desde hace semanas". Uno sobre las medidas sanitarias "y de control y contención" que deberán aplicarse -como quién y cuándo puede irse reincorporando a la vida cotidiana- y otro sobre el relanzamiento económico.
"No será más suave el descenso de la curva", advirtió, "debemos mantener la misma disciplina, responsabilidad y tenacidad". Porque relajarnos ahora, "sería peor porque habría una segunda ola y las fuerzas están más debilitadas". Y en ese punto se refería a las fuerzas del sistema sanitario y a las del tejido productivo.
Por eso, y en previsión, el PP pedía ya el 9 de marzo cancelar la "contrarreforma laboral", algo que de hecho ya ha tenido que aplicar la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, asumiendo como bueno el invento de los ERTE, antes denostado por Unidas Podemos.
El portavoz económico del PP en el Congreso, Mario Garcés, lo dejó muy claro en el pleno que sirvió para la primera prórroga del estado de alarma: las decisiones del Gobierno en la gestión de la pandemia las ve el PP cada vez más en el sentido de "una puerta abierta a un cambio de modelo", en detrimento de la libertad de empresa.
Y, en ese mismo sentido, las citadas fuentes oficiales de los populares lanzan la siguiente pregunta: "¿Pretende el señor Iglesias estampar su firma en 2020 en un plan de ajuste económico, presupuestario, fiscal y salarial como hizo Santiago Carrillo en el año 1977?"