Pablo Iglesias ha pisado el acelerador de su exposición mediática en la semana "esperanzadora" en que empieza a doblegarse la curva de nuevos infectados y de muertos a causa del coronavirus. Pero lo ha hecho para boicotear la iniciativa del presidente del Gobierno de convocar unos nuevos Pactos de la Moncloa. El vicepresidente segundo ha exigido que todo lo que se haga con la oposición sea bajo su versión de "pacto por lo público".
En una entrevista en TVE, en horario de máxima audiencia y de apenas seis minutos de duración, el secretario general de Podemos ha podido colocado los mensajes que quería cuando la opinión pública y los partidos de la oposición se empiezan a volver en contra del Gobierno.
Que España sea el segundo país en infectados del mundo (135.032) y con más muertos (13.055) en proporción a su población del mundo pesa ya más de las medias socioeconómicas impulsadas desde el Ejecutivo y que tanto se ha empeñado su Vicepresidencia segunda en promocionar.
"Sí hay un gran consenso en España", ha dicho Iglesias en el Telediario, "un pacto por lo público: necesitamos una sanidad pública más fuerte con profesionales que no trabajen en condiciones precarias y que tenga más capacidad de enfrentar situaciones como éstas". Para Iglesias, "eso sí es transversal a todas las fuerzas políticas".
El caso es que el movimiento de Pedro Sánchez de este sábado pilló a Iglesias con el pie cambiado. El presidente quiere abrir sus puertas a un acuerdo amplio con la oposición, "unos nuevos Pactos de Moncloa".
Pero el líder de Podemos los ha recibido con prevención. "Esos pactos son necesarios siempre que todos tomemos como común denominador el constitucionalismo social", ha afirmado el líder morado. Y eso es precisamente lo que le reprochan desde el Partido Popular y lo que lo aleja del posible consenso que pide Sánchez: la lectura sesgada e interesada de la Carta Magna que hace Iglesias, que interpretan los de Pablo Casado como una vía a "un cambio de régimen".
Y es que el vicepresidente dejó claro que no iba por ahí el discurso que él quería llevar a los salones de España saliendo a las 21.15 en sus televisores: "Ahora estamos rescatando familias, no a los bancos, como se hizo hace 12 años", ha remarcado. "El Gobierno está trabajando en un Ingreso Mínimo Vital que ya era necesario antes de esta crisis", y es que Unidas Podemos lo llevaba como bandera en su campaña electoral, "porque estábamos a la cola a nivel europeo en desigualdades".
Iglesias ha olvidado que el promotor de la idea es el ministro de Seguridad Social José Luis Escrivá, socialista, y que la defendió en su comparecencia en el Congreso para presentar sus planes de legislatura. Ha preferido argumentar que "el virus no entiende de territorios, pero sí entiende de clases sociales, y esa gente no puede permitirse que el Gobierno no dé la cara".
Contra el "mercado especulativo"
Iglesias ha sacado pecho de la gestión del gabinete "ante una epidemia que ninguno esperábamos y para la que ningún Gobierno estaba preparado", ha dicho. Su única autocrítica ha sido para admitir que el coronavirus "nos ha superado a todos".
En ese sentido, ha reincidido en el discurso autárquico que ya exhibió en la entrevista del pasado miércoles en Telecinco. "No se puede consentir que no tengamos una industria capaz de producir lo que necesitamos y que eso nos haga depender de un mercado especulativo", ha apuntado. La idea del vicepresidente segundo es que el estado de alarma sirve para que el Gobierno recurra al artículo 128 de la Constitución y ordene a las empresas privadas poner la "riqueza nacional" al servicio de "lo público".
Y es que a la hora de admitir errores, el líder de Podemos ha pronunciado la palabra "humildad" al lado de la de "orgullo" cuando ha recordado que "el representante europeo de la la Organización Mundial de la Salud ha elogiado cómo se está luchando en España contra el Covid-19". Para Iglesias, "somos referencia de cómo hacer las cosas, y los datos de estos tres últimos días son esperanzadores".
Aquí no, en Europa sí
Sin más preguntas concretas alusivas al desafío político de mayor calado que se ha planteado en España, la reedición de los Pactos de la Moncloa de 1977, Iglesias no ha vuelto a ellos. Pero sí se ha sumado a la andanada de Sánchez contra los jefes de Estado y de Gobierno europeos que no dan su brazo a torcer con los coronabonos: "Hace falta una Europa solidaria, que el Eurogrupo de este martes no busque la salida en el egoísmo".
Y es que la formación del líder morado no apuesta por la "unidad y lealtad" que tanto ha venido reclamando Pedro Sánchez a la oposición hasta que la ha concretado en unos Pactos que "reúnan todo el talento". Pero, metido en un gasto enorme que hará crecer la deuda pública y el déficit de manera exponencial, sí la reclama en la UE para financiar una salida de la crisis "contraria a la que se diseñó en 2008".
Así las cosas, con el PP reticente mientras la apuesta incluya a Iglesias, con Vox autoexcluido y con Ciudadanos reducido en números parlamentarios al poco peso de sus 10 diputados, los nuevos Pactos de la Moncloa parecen cojos de nacimiento.
La apuesta lanzada por Sánchez y defendida por su mano derecha en el Partido Socialista, José Luis Ábalos -al que se le han dado ruedas de prensa dos días seguidos precisamente para alimentar de argumentos políticos el envite- no tiene el apoyo de su socio de Gobierno. Aunque Iglesias boicotea la idea desviándola para no decir un no rotundo.