Pedro Sánchez lanzó este sábado la propuesta de convocar "unos nuevos Pactos de la Moncloa para reconstruir y relanzar la economía" española tras la "brutal crisis" del coronavirus. Pidió que "todo el talento unido" reme en la misma dirección para salir "de la que es la crisis de nuestras vidas, no tengamos ninguna duda".
E insistió en ello al menos tres veces en su intervención inicial, antes de que su secretario de Estado, Miguel Ángel Oliver, abriera el turno de preguntas pidiendo una aclaración: "Presidente, ¿contempla la reedición de los Pactos de La Moncloa para superar las consecuencias de esta crisis?". "Sí, sin duda".
Este domingo, Sánchez transmitía a los presidentes regionales que cuenta con ellos para ese gran acuerdo nacional, algo que era imposible en 1977, cuando aún no existía el estado autonómico.
Todo buenas intenciones, grandes palabras, ninguna negativa. Pero en el fondo, nadie termina de creer que vaya a ser posible. Aunque lo mismo pasaba en la Transición, era inimaginable ver sentados a Carrillo y a Fraga, con Felipe y Suárez, a la misma mesa sacando el país adelante.
Incredulidad en los partidos
Este domingo, el ministro José Luis Ábalos, a la sazón secretario de Organización del PSOE, daba largas al asunto fiándolo sólo a la reconstrucción económica, "cuando estemos todos sanos". La oposición ha recibido la oferta recordando que se hizo por la tele, cuando sólo media hora antes había llamado a Pablo Casado e Inés Arrimadas y no les anticipó el asunto. Abascal ni le dio la ocasión, porque no le descolgó. Y Podemos no quiere oír hablar del asunto.
Para el entorno de Pablo Iglesias es una quimera imaginar que "las derechas" quieran sentarse a una misma mesa con él y Sánchez cuando "se dedican más a intentar destruir al Gobierno que a derrotar al virus".
El propio vicepresidente segundo se parapeta en la Constitución, cuyos "artículos sociales" fueron la base de su campaña electoral y que hoy ha convertido en el "escudo" para los "más vulnerables" y contra las críticas a la gestión de la emergencia provocada por el coronavirus.
No nos han llamado
Los agentes sociales, por su parte, advierten de que no han recibido por ahora ninguna llamada de Moncloa para reeditar unos Pactos de La Moncloa. En cualquier caso, sí reconocen que es una buena noticia que Pedro Sánchez se esté planteando un gran acuerdo nacional para que la economía se recupere tras la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.
Además, empresarios y sindicatos recuerdan que si alguien tiene tradición de pactos son los agentes sociales por lo que piden ser escuchados para poder avanzar en la búsqueda de soluciones.
Presidentes autonómicos
En la teleconferencia de presidentes autonómicos, la cuarta desde el inicio de la crisis, Sánchez ha ampliado el círculo de negociadores de esos eventuales acuerdos. Lo que el sábado parecía una idea basada en la de "un país que buscaba consolidar la democracia con bonanza económica", en palabras de Ábalos, se convirtió en algo mucho más profundo. Si el jefe del Gobierno y líder del PSOE recibió incredulidad de sus pares del PP, Cs y Vox, en el foro regional la cosa le fue mucho mejor.
De hecho, en la propia reunión se le adelantó el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, pidiéndole hueco para el Estado autonómico dentro del planteamiento de los nuevos Pactos de La Moncloa. Sánchez, satisfecho, "lo asumió", como "la mayoría" de líderes de las Comunidades.
El propio Page sugería después que el foro regional puede incluso ser más propicio para estos acuerdos. Para el líder socialista manchego "será difícil" que estos Pactos blinden acuerdos entre partidos políticos "del arco parlamentario". según Page, las autonomías "son las que comparten responsabilidad sanitaria, administrativa y económica".
El socio incómodo
Y es que la incomodidad del centro y la derecha viene de los socios elegidos por Pedro Sánchez en su investidura. Ya este sábado, fuentes oficiales del PP emplazaban al propio presidente a preguntarle al líder de Podemos si estaría dispuesto a renunciar a gran parte de su ideología "como hizo Santiago Carrillo en 1977".
Pero Iglesias tiene claro que él no va a ser la excusa, si puede evitarlo. De hecho, en una entrevista que publica este mismo lunes eldiario.es, el secretario general de Podemos califica de "necesarios" estos acuerdos ofertados por el presidente del Gobierno. "Si esto significa que todos asumimos que los artículos sociales de nuestra Constitución son el mínimo común denominador", el vicepresidente dará la bienvenida a la oposición.
Nadie imaginaba cuando en enero se dieron el abrazo que tan pronto tendría el Gobierno de coalición la oportunidad de demostrar si iba a ser cierto que "ante una nueva crisis, la factura no la pagarán los de siempre", y que "los recortes vendrán por arriba, no por abajo". Y la prueba de ello en este primer mes de medidas excepcionales -"sin diálogo, imponiendo un esto es lo que hay", apuntan las fuentes parlamentarias consultadas en el PP- y además escudándose en la Carta Magna, dificulta mucho los Pactos.
Por mucho que Iglesias diga que aunque haya "ruido", el Gobierno tiene que "ser responsable y tender la mano a todo el mundo". Porque, como se ha visto, por ahora es sólo de palabra.
Los agentes sociales
Y es que empresarios y sindicatos aún están esperando saber qué sustancia tiene el monotema mediático del fin de semana. En el entorno de la patronal se muestran cautelosos y esperan todavía a ver en qué se concreta la oferta de diálogo que ha puesto en marcha el presidente del Gobierno. En cualquier caso recuerdan que, por ahora, ha habido muchas conversaciones y pocos acuerdos (en referencia a la decisión unilateral del Gobierno de poner en marcha el permiso retribuido recuperable) para "hibernar la economía".
También los sindicatos se muestran satisfechos por la iniciativa. De hecho, la pasada semana el propio Pepe Álvarez (UGT) se mostraba partidario de poner en marcha un gran acuerdo de Estado porque es “absolutamente necesario” recuperar la unidad.
Los empresarios catalanes también han recibido la noticia con prudencia, después de la decepción que han supuesto decisiones como la "prohibición de los despidos por decreto", entre otras medidas.
Ya antes de que el coronavirus provocase una crisis sanitaria, social y económica, desde Foment del Treball se venía reclamando un Gobierno de concentración, diálogo y consenso con los agentes económicos. En este contexto, ante la emergencia que se vive en estos momentos, la patronal que preside Josep Sánchez Llibre celebraría una búsqueda de acuerdo para la recuperación.