Este miércoles se celebra la primera sesión de control al Gobierno desde que se decretó el estado de alarma. Pablo Casado abría el pleno reprochando a Pedro Sánchez que España sea el país del mundo con más fallecidos por habitantes y con más sanitarios contagiados "por culpa de una nefasta política de compra de material sanitario". En un tono muy serio, el líder del PP fue rotundo ante el jefe del Ejecutivo: "No nos vendas su teatro de guiñoles donde ni sabe cuál es el guion ni quiénes son los personajes para cuando caiga el telón todos seamos responsables de sus errores".
Este era el primer cara a cara del presidente del Gobierno con el líder de la oposición después de que este martes protagonizaran un público desencuentro cuando Casado se enteró de una convocatoria a Moncloa por la prensa. "Hemos hablado cuatro minutos en 24 días, ¿esta era la desescalada política, el espíritu de pacto de corazón que nos ofrece?", preguntó en alto. "Con una mano nos ofrecen lealtad mientras con la otra nos sacan al dóberman", dijo, en una clara alusión a las acusaciones que propinó la semana pasada la portavoz socialista, Adriana Lastra, desde la tribuna de oradores.
Casado acusó a Sánchez de ser alguien de quien "no se fía nadie" y de "engañar". Además, le recordó que la soberanía nacional reside en el Parlamento y le pidió que "si quiere pactar algo, cosa que dudo, hagámoslo con luz y taquígrafos". Sánchez extendió la mano y pidió al presidente del PP "unidad" para poner en marcha un plan de "reconstrucción social y económica".
Sánchez presumió de que las medidas de confinamiento están funcionando poniendo como ejemplo el porcentaje en el nivel de contagio, que al principio del confinamiento estaba en una tasa del 35% y actualmente ronda el 3%. Casado, sin embargo, duda de la efectividad del Ejecutivo. "47 millones de españoles llevan un mes confinados sin más espera que otros quince días de encierro porque es incapaz de hacer test masivos para normalizar la situación".