El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dedicado menos tiempo al nuevo estado de alarma por la crisis del coronavirus que a dar cuenta de sus participaciones en el Consejo Europeo. Pero las tres patas de su comparecencia han ido en una misma dirección: pedir al Congreso de los Diputados un acuerdo de "reconstrucción".
En ese sentido, el jefe de Gobierno ha evocado unos acuerdos en todas las instituciones "gobierne quien gobierne", vinculando los nuevos Pactos de la Moncloa con el acuerdo europeo que buscará este jueves en el Consejo para poder financiar el enorme programa de gasto en el que se ha metido el Gobierno por causa de la emergencia del Covid-19.
Y en un intento de crear buen ambiente en el hemiciclo, su discurso soñaba con que "la política esté a la altura de la ciudadanía", y agradecía a aquellos partidos y agentes sociales que se han mostrado a favor de unos "pactos para la reconstrucción social y económica".
Pedro Sánchez subía al atril del Congreso acumulando, pues, tres obligaciones: la tercera prórroga del estado de alarma por el coronavirus y dar cuenta de dos consejos europeos acumulados. Y lo ha hecho anunciando que estos nuevos 15 días de "escenario de extrema gravedad" son los primeros que afronta con "prudente esperanza". Porque servirán para "abrir el escenario de la desescalada".
¿Nuevo clima?
Pero, sobre todo, era un primer examen para el nuevo clima que pareció abrirse el lunes, tras su teleconferencia con Pablo Casado, líder del PP. El acuerdo entre ambos, que provocó la inquietud de los nacionalistas y separatistas por el cambio de planes en los nuevos Pactos de la Moncloa, debía refrendarse en una sesión menos bronca que todas las anteriores celebradas desde el inicio del confinamiento, el pasado 14 de marzo.
Una de las novedades del nuevo decreto de estado de alarma es que Salvador Illa podrá "modificar, ampliar o restringir las medidas, lugares, establecimientos y actividades" en los que aplicar las medidas de restricción. Ésa es la clave de la desescalada, según ha explicado Pedro Sánchez. Aunque esa ventaja de la agilidad en las decisiones es también una vía para ir cambiando las condiciones del estado de alarma sin tener que dar cuentas en el pleno del Congreso.
Eso se lo afeó Casado en su intervención: "¿Qué pasó ayer con el desconfinamiento de los niños? Va a dejar a un ministro limitar nuestras libertades sin pasar por un Consejo de Ministros. Están pecando de incompetencia y con nuestros hijos no se juega. Los españoles han cumplido con todo que le han pedido. Ahora le toca a usted, señor Sánchez".
Y es que esa nueva facultad de la autoridad delegada competente que ostenta el Ministerio de Sanidad ya se inauguró -al menos de anuncio- este martes pasadas las 20.40 horas, cuando Illa anunció que emitirá el domingo una orden que rectifique lo que dice el decreto que aún no se había votado, el de este miércoles. El texto dice que los niños de hasta 14 años podrán acompañar a sus padres sólo a las actividades ya permitidas. Es decir, al supermercado o al banco... pero él decidirá que "puedan dar paseos cortos".
Una enmienda previa que se aplicará en diferido, cuando habría sido más fácil transaccionarla con los grupos durante el debate en el Congreso. De hecho, Más País, el partido de Íñigo Errejón, la registró para su votación.
Pactos aquí y allí
El presidente del Gobierno ha pedido acuerdos a nivel nacional y pactos a nivel continental, porque "los pactos en España serán los pactos en Europa". Y tras mostrar su decepción con la UE, explicaba su propuesta en el Consejo Europeo de este jueves. El Gobierno pide un volumen de presupuesto comunitario para los próximos siete años más "ambiciosos" para responder a los "desafíos de futuro".
Ha asegurado que España sigue luchando para ampliar estos presupuestos ya que sin ellas, admitía, "no podremos responder a los enormes retos que tenemos por delante". Y es que Sánchez ha mostrado su "enorme decepción" con la Unión Europea, al menos con el primero de los consejos de los que daba cuenta: el de "hace sólo ocho semanas, aunque a ustedes les parezcan años".
Decepción, dijo, por "el fracaso" en la reclamación de un presupuesto común para hacer frente a la emergencia del Covid-19 y por la nueva Política Agrícola Común (PAC), que "cambia políticas buenas por nuevas"; además de por las "nuevas políticas de cohesión", que resultaban "inaceptables" para España.
Muy parecida fue su referencia al segundo consejo del que debía dar cuenta. Ése al que hace un mes acudió con una carta firmada por los jefes de Estado y de Gobierno de nueve estados miembro reclamando la mutualización de la deuda de los países de la UE, lo que entonces llamaban "coronabonos". Y del que se fue de vacío.
Estas consideraciones sirvieron a Sánchez para mostrarse ante la Cámara firme frente a la Unión Europea: "Es inaceptable", "es decepcionante", "no lo podemos aceptar", "sería un error estratégico para España y para Europa", "es imprescindible que la Unión Europea se merezca ese nombre, y no sea una agrupación de intereses mercantiles".
Petición de ayuda al PP
Todo este discurso tenía un solo objetivo: abonar la unidad con el PP en la fijación de "una posición común" ante Europa. Y es que este mismo jueves el presidente tiene otra cumbre extraordinaria con los jefes de Estado y de Gobierno. Justo una semana después de que su socio de Gobierno, Unidas Podemos, no apoyara en el Parlamento Europeo los eurobonos que son la base de su posición negociadora. Ya lo diagnosticó hace unos días José Luis Ábalos: "Es muy difícil ir a Europa con una discusión interna en estos temas".
Esa posición tiene varias patas: para empezar, "un Plan Marshall Europeo" que financie una salida ecológica de la crisis. Un plan que está liderando Teresa Ribera, al frente de 13 ministros del ramo en la UE, que reclaman basar en el Green New Deal europeo la salida de esta crisis socioeconómico causada por el Covid-19.
Después, la mutualización de "una nueva deuda perpetua" para crear "transferencias directas, no nuevos créditos", y con una bolsa de hasta 1,5 billones de euros. "Así sólo se pagarían los intereses y se financiaría con nuevos impuestos verdaderamente europeos", a las transacciones financieras y "al CO2 en frontera".
El tercer puntal de la propuesta de Sánchez será la renegociación del marco financiero plurianual, el presupuesto comunitario que ya se discutía antes de la crisis, y que llega hasta 2027. "Eso demostraría la intención real de la UE de apagar el incendio", ha dicho.
Según el presidente, "nuestros planteamientos se muestran imprescindibles" y son pragmáticos, pues "no requieren cambios legales con engorrosos trámites parlamentarios".
El tono del jefe del Ejecutivo era muchísimo más calmado que en las semanas anteriores, buscando la complicidad del líder del PP. Lo cierto es que Casado subió al estrado dispuesto a votar sí a 15 días más de confinamiento, pero repleto de reproches. A cómo se han hecho las cosas y a la poca confianza que inspira la sinceridad del Ejecutivo. Aún queda para que haya un clima real de "acuerdos en todas las instituciones".