La carta desgarradora de una doctora en la que explica cómo su madre murió después de que ella misma la contagiara tras tratar a “60 pacientes diarios” sin ningún tipo de protección ha conmocionado al Parlamento valenciano. La carta la ha llevado y leído visiblemente emocionado José Juan Zaplana, portavoz del PP en materia de Sanidad.
“No hemos tenido EPI, ni protectores oculares. El abandono que hemos sufrido ha sido total”, dice en su escrito la doctora, que vivía con su hijo menor de edad y sus padres. Contagió a ambos.
Ella era la única que salía de la vivienda para ir a trabajar. No le llegaron los test para poder saber si estaba contagiada, y ahora pide a las autoridades políticas que “tengan la dignidad de no pedir perdón para liberar sus conciencias” si esa disculpa no va acompañada de una asunción de “responsabilidades”. De dimisiones que nunca se producen: "Nadie dimitirá. En política ya sabemos lo que pasa".
La doctora, de la que sólo ha trascendido el nombre, Ana, pero que acompañaba a su escrito su identidad y número de colegiada, explica también cómo ella, junto a la “totalidad” de sus compañeros, llevaba varias semanas “doblando turnos sin apenas descanso” antes de contagiar a sus padres.
Según explica, el motivo que la empujó a trasladar estas palabras a Zaplana fueron las desafortunadas palabras de la consejera de Sanidad, Ana Barceló, de que muchos médicos se habían infectado por estar con sus familias.
“Después de haber estado peleando contra este maldito bicho como un gladiador romano con las manos desnudas hace unos días tuvieron que enterrar a mí madre y no no pude estar a su lado”, explica.
“Ha muerto sola”
La doctora relata cómo solo supo después de la muerte de su madre que fue ella quien la contagió. “A mi madre la contagié yo, mi madre, la persona que me dio la vida, yo se la he arrebatado. Esa increíble mujer que me cuidó de pequeña y de mayor, le fallé. He sido incapaz de cuidarla como se merecía y ha tenido que pasar sus últimos días y morir sola”.
“Comprenderá que no quiera aplausos, no quiero reconocimiento ni pagas extras, quiero tirar el reloj atrás y exigir que me dieran una EPI para atender a esos 60 pacientes que veía. Quiero poder volver a atrás para plantarme delante de la Consellería con mi madre y no irnos de allí hasta que nos hicieran este test que el señor Puig y la Consellería decían que estaban haciendo”, continúa el texto
La médico asegura que “vivir con esta culpa es lo peor que le puede deparar a un ser humano”, sobre todo cuando “algunos sonríen y dicen que no se pudo hacer nada”. “Rezo cada noche para que mi padre, también positivo, mejore. Y que mi niño, gracias a Dios libre de contagio pueda olvidar cuanto antes”.
Desde ese confinamiento asegura “que no para de llorar” y pide a los políticos que dejen de “discutir” y que “tengan la dignidad de no pedir perdón para liberar sus conciencias”.
“Dígales, por favor, - transmite a Zaplana- en mi nombre pero seguro que en el nombre de muchos más que no nos merecíamos su desprecio cuando tenían que habernos dado el material que necesitábamos”. “No nos lo dieron, cuando reclamábamos test o pruebas nos los negaron. Dígales que aunque ellos puedan pasar página y seguir con sus trabajos, para mí parte de la muerte de mi madre siempre la llevarán con ellos. En política nadie dimitirá, nadie asumirá sus responsabilidades”.
El profesional sanitario es el colectivo con más infectados del mundo, con un 15% de contagios a nivel nacional. En Valencia, este índice está por encima de la media (17%).
EL ESPAÑOL ha desvelado esta semana que la Consejería de Salud valenciana adquirió 16.000 unidades de mascarillas para albañiles y las repartió en distintos hospitales de la Comunidad para uso por personal sanitario. Durante al menos cuatro días estas unidades sin homologación ni certificación europea se usaron en hospitales de Alicante y Valencia.