Sánchez pierde el apoyo de las principales autonomías y ni siquiera negocia con Casado el estado de alarma
El PP, harto de ser la muleta del poder de un presidente que ni siquiera los informa. Los nacionalistas pasan sus facturas para seguir dando soporte.
4 mayo, 2020 02:59Noticias relacionadas
Pedro Sánchez inicia una semana dura, en la que pedirá al Congreso la cuarta prórroga del estado de alarma con el único apoyo asegurado de los dos grupos del Gobierno: PSOE y Unidas Podemos. El PP y Ciudadanos se lo piensan, hartos de ser la muleta del poder excepcional contra el coronavirus de un presidente que no es que no negocie, es que no cuenta con su opinión y ni siquiera los informa. Y los grupos minoritarios de corte independentista, nacionalista o regionalista empiezan a pasar sus facturas propias para seguir dándole soporte.
Hace ya casi dos semanas, lo advirtió Gabriel Rufián: "¿Cuánto les importa la legislatura?". Insistió Laura Borràs: "Devuelva las competencias usurpadas... una república catalana habría sido más eficiente". Le secundó Aitor Esteban: "No le volveremos a votar a favor de otra prórroga si no le da al Gobierno vasco la competencia para la desescalada".
Unos se abstuvieron, otros votaron no y los últimos aprobaron 15 días más de estado de alarma contra el coronavirus... pero todos empezaron a explicitar que se acabó la tregua nacionalista y que el Gobierno tendría que volver ganarse sus apoyos.
Así que Sánchez se presentó este domingo, en la octava videoconferencia de presidentes, como quien va a un examen de reválida: A Íñigo Urkullu le dijo que sí a la "cogobernanza", a Quim Torra que el Gobierno ofrece un fondo de 16.000 millones de euros para tratar de contentarlo. Pero mientras todos piden más, la Generaltat ya se ha pedido la cuarta parte. Y a todos que esa tarde habría una orden ministerial con las instrucciones para que las CCAA tengan voz en la desescalada.
Los arietes del PP
Pero ni así lograba el presidente calmar a los líderes nacionalistas. Ni a ellos ni al otro gran barón regional, Alberto Núñez Feijóo. El presidente de la Xunta de Galicia ha ido endureciendo su posición gradualmente con el paso de las semanas. Y ya lleva varios domingos mostrando su desacuerdo con la gestión del Ejecutivo central.
En esta ocasión las palabras que emitió en su rueda de prensa posterior fueron especialmente agresivas: "Es un plan cuanto menos surrealista, no lo conocemos y no está publicado, no podemos apoyarlo". Para el líder popular gallego, ha llegado el momento de "cogobernar" y poner fin a un estado de alarma que, ha dicho, se parece más "a un estado de excepción".
Feijóo, junto a Juanma Moreno, el presidente andaluz -que reclamó el desconfinamiento de 25 de las 33 zonas sanitarias de su autonomía- han ejercido en las últimas reuniones autonómicas de ariete del PP en ese foro. Una voz que se escucha cada semana, al contrario que la del líder conservador. Pablo Casado sigue a la espera de una llamada del presidente Sánchez.
Y es que en Moncloa no se marca el número del líder de la oposición desde hace dos semanas. Dijo Sánchez el sábado que habla "cada lunes" antes de pedir la prórroga del estado de alarma al Congreso con él. Pero fuentes oficiales de Génova confirmaron a este periódico que eso "es mentira".
El Partido Popular aún no ha decidido si aprobará esta semana la cuarta prórroga de la ecepcionalidad "y el poder omnímodo", como lo definió el secretario general popular, Teodoro García Egea: "¿Cómo puede decir que no tiene un plan B?", se preguntó en alto el número dos popular. Sienten en la sede del PP que Sánchez, nuevamente los está obligando a una adhesión acrítica, con la apelación a "la unidad" al tiempo que los arrincona "atendiendo sólo a su agenda política".
La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistieron en rueda de prensa en que "no hay otro instrumento jurídico que permita poner restricciones al confinamiento". E incluso vincularon todas "las medidas socioeconómicas del escudo social" a la vigencia del estado de alarma.
Pero el portavoz económico del PP en el Congreso, Mario Garcés, señala que "éstas no dependen de esa medida excepcional, sino de la norma que las establezca". Aunque lo cierto es que la inmensa mayoría de los decretos con subvenciones, prestaciones, avales y ERTE están vinculados a la "vigencia del estado de alarma".
Tampoco Cs
Tampoco Ciudadanos está ya cómodo al apoyar la cuarta prórroga de esta excepcionalidad de poder en manos del Ejecutivo. La semana pasada, Inés Arrimadas amagó con retirar su apoyo a Sánchez en lo que se refiere a la prórroga del estado de alarma.
Sin embargo, en su primer gran discurso como presidenta de Ciudadanos aseveró que el miércoles, en el Congreso, se guiará por el "interés general". Casi como dejando entrever que votará a favor.
La líder de los liberales, igual que Casado, recrimina al Gobierno que pida "consenso" en la televisión, pero que no llame a sus adversarios políticos. A ella, en concreto, no la contacta desde hace 17 días. "Se les va acabando el tiempo de demostrar que realmente quieren el pacto". Pero para Casado, el tiempo ya se ha acabado.