La Ley de Memoria Histórica que se aprobó con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha provocado que, en algunos casos, las autoridades, en su afán de restituir la dignidad de las víctimas, confundan algunas figuras históricas con personas afines al régimen franquista o identifiquen erróneamente la divisa del franco -anterior al euro- con el dictador Francisco Franco.
Este es el último caso de una lista de errores o excesos en la interpretación de la legislación de 2007 por parte de políticos o miembros de las comisiones de Memoria Histórica creadas por los gobiernos locales.
El senador por Castellón de Compromís, Carles Mulet, pidió al alcalde de Alicante, Luis Barcala, del PP, que retirase la Calle del Franco de la nomenclatura de las vías del municipio. El primer edil rechazó la propuesta ya que el nombre hace referencia a la moneda que se usaba en Francia antes de la llegada de la moneda común.
Consciente del fallo, el senador de Compromís admitía que era un “error puntual” en el método usado para eliminar de las calles todos los nombres franquistas, pero Barcala exigió “más rigor por parte de nuestros representantes en la Cámara Alta a la hora de plantear cuestiones que son fácilmente contrastables”.
Situación parecida sucedió con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cuando tildó al Almirante Cervera de “facha”. Pascual Cervera y Topete fue un almirante español reconocido por dirigir a la Armada española durante la guerra de independencia de Cuba, en 1898. Con unos efectivos muy inferiores en número y calidad a los estadounidenses, su escuadra fue destruida frente a Santiago de Cuba por los barcos del almirante William Sampson. Cervera fue tomado como prisionero junto al resto de supervivientes en la batalla.
"Facha"
La alcaldesa de Barcelona decidió retirar su nombre y sustituirlo por el del humorista Pepe Rubianes, fallecido en 2009. Durante el acto de inauguración, Colau destacó que al actor le habría gustado que "su amado público se haya reunido para quitarle el nombre de esta calle a un facha".
Suma y sigue. Celia Mayer, la exconcejal de Igualdad durante el Ejecutivo de Manuela Carmena en la ciudad de Madrid, reclamó retirarle la calle a José Calvo Sotelo, que fue asesinado cinco días antes del comienzo de la Guerra Civil y, en consecuencia, no pudo participar en la sublevación del 18 de julio.
La actual portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, la disculpó alegando que “los seres humanos somos imperfectos y cometemos errores. Se pueden hacer dos cosas cuando uno asume que es imperfecto y comete errores, aceptarlos o no aceptarlos. Lo que nosotros hacemos y es señal de lo que es la nueva política y es reconocerlo, ofrecer las explicaciones necesarias y reparar el error”.
Esta no fue, sin embargo, la única decisión de la que se tuvieron que retractar los dirigentes de Ahora Madrid cuando estaban al frente del gobierno local. Manuela Carmena tuvo que reponer una placa de homenaje a ocho beatos carmelitas fusilados durante la Guerra Civil.
Fuentes municipales indicaron que la corporación municipal tomó la decisión tras una reunión del equipo jurídico municipal, y llegaron a la conclusión de que por un “error interno” se quitó la placa cuando esta no incumple la Ley de Memoria Histórica.
En la misma línea, confundieron al metalúrgico de Vallecas Francisco Iglesias Angelina con Francisco Iglesias Brage, piloto que se puso al lado de los sublevados durante el golpe del 1936. El propietario de Fundaciones Francisco Iglesias fue muy conocido a principios del siglo XX y murió en 1917. Pese a ello, el ayuntamiento le quitó su nombre en el distrito de Vallecas.
Otro de los damnificados fue Juan de la Cierva, ingeniero de caminos, canales y puertos e inventor del autogiro, precursor del helicóptero. Iba a dar nombre al Aeropuerto de Corvera, en Murcia, pero el Ministerio de Fomento decidió dar marcha atrás al asociarlo con el golpe de Estado de 1936.
De la Cierva falleció en un accidente unos meses antes de que estallara la guerra. Durante su vida vendió sus aparatos a la II República, y parece que nunca tuvo contacto con Franco, ni siquiera vivía en España cuando empezó el conflicto.
Si en algún momento pensó en sumarse a la conspiración contra la República no hay prueba documental que lo certifique y murió antes de que sucediera. Asesoró en temas de aviación tanto a la República como a militares cercanos a Franco pero sin saber con qué fines usarían su ayuda.
El Ayuntamiento de Coslada también decidió quitarle la calle que tiene en esta localidad en aplicación de la Ley de Memoria Histórica. La concejal de Hacienda y presidenta de la Comisión Técnica de Memoria Histórica, Macarena Orosa, aseguró que fue “un colaborador de Franco, sin cuya ayuda es posible que no se hubiera producido la Guerra”.
Héroes de Filipinas
El Ayuntamiento de Cáceres confundió a los héroes de Filipinas con franquistas. En un pleno del consistorio, uno de los puntos a tratar era el cambio “de la Travesía Héroes de Baler por Calle de la Cruz Roja”.
La intención del consistorio era reemplazar los nombres de las calles con referencia a la época franquista y fue ratificada por el propio portavoz del equipo municipal, Lorenzo de la Calle.
El dirigente socialista aseguró que “el proceso de cambio de nombres con reminiscencia franquista comenzó durante el anterior gobierno del PP”. Y que el actual ejecutivo continuaba con los trámites “de las calles que faltaban”.
Estas vías que faltaban eran la de 18 de Julio; la del General Varela; y la de Travesía Héroes de Baler. Esta última nada tenía que ver con la etapa franquista.
Revisionismo
Más allá de los errores y confusiones con el pasado de algunas figuras históricas, otros de los dilemas que se han producido a la hora de aplicar la Ley de la Memoria Histórica versan sobre la necesidad o no de eliminar el nombre de personas que pese a haber tenido algún vínculo con la dictadura se retractaron de ella o fueron célebres por sus logros profesionales fuera del ámbito político.
El escritor Andrés Trapiello, que formó parte del Comisionado Histórico del Ayuntamiento de Madrid, defendió que el criterio para cambiar los nombres de personajes se basara en que fueran conocidos principalmente por su labor criminal.
De este modo, nombres como Juan Antonio Samaranch, figura clave para llevar los Juegos Olímpicos a Barcelona en 1992 o el genio catalán Salvador Dalí no formarían parte de esta criba.
En distintos momentos se planteó otorgar calles a Samaranch o Dalí pero el consistorio de Colau lo rechazó. En Madrid, se barajó liquidar la vía con el nombre de Samaranch pero finalmente se descartó.
Otra figura damnificada fue el capitán Carlos de Haya, piloto de Franco, inventor del horizonte artificial, que es la herramienta que permite a los aviones viajar de noche. Se trata en algunos casos de personas que, en un momento dado, tuvieron que elegir bando y a los que su ideología política o su cercanía al régimen eclipsa ahora sus logros.
Los autodenominados gobiernos del cambio, como el de Colau en Barcelona o el de la en su día alcaldesa Manuela Carmena en Madrid, fueron los principales promotores de esta modificación de nomenclatura del callejero.