Fue el pasado 27 de febrero, antes de la emergencia sanitaria del coronavirus, cuando José Luis Escrivá anunció que su nuevo Ministerio de Inclusión y Seguridad Social "va a aprobar en esta legislatura un ingreso mínimo vital". Una medida que, ahora más que nunca, se hace necesaria ante la hecatombe económica generada por la pandemia.
Fuentes del Gobierno aseguran a EL ESPAÑOL que las cuantíasn aún no están aprobadas, en contra de lo que se publicaba en un borrador al que ha tenido acceso El Mundo, garantiza una renta mensual para personas en una situación vulnerable. "No pueden ser reales", porque "las cuantías individuales por tipo de hogar se están revisando a diario según avanzan los cálculos".
Según la información publicada, la renta base será de 462 euros y no se concederá a personas sino a la "unidad de convivencia". La cantidad aumentará si hay niños a cargo y podrá alcanzar un máximo de 1.015 euros mensuales. Además, se darán incentivos por lograr otros ingresos.
"Tenemos el diseño de la renta mínima vital muy avanzado, pero para aquilatar el número de hogares beneficiarios estamos cruzando datos con la Agencia Tributaria, hay que hacer algunos cálculos y depuraciones y tener claro hasta dónde podemos llegar", aseguró Escrivá hace 20 días.