Isabel Díaz Ayuso se desplazó al Be Mate Plaza de España para alojarse en uno de sus apartamentos el pasado 16 de marzo, justo el día en el que la Comunidad de Madrid y ella misma anunciaron que había dado positivo por coronavirus.
En principio, y según sus propias palabras, se desplazaba a ese apartamento de cinco estrellas -considerado de lujo en la cadena hostelera Room Mate- para pasar su convalecencia. Pero lo cierto es que el este establecimiento está abierto para ella incumpliendo la normativa vigente. Al menos, hasta que Madrid no pase a la fase 1 de la desescalada. Aun así, ya habría acumulado una deuda de 4.640 euros con el aparthotel de la cadena de Kike Sarasola.
En los primeros días de la emergencia sanitaria por el coronavirus, el Gobierno legisló a golpe de real decreto de una manera muy profusa. Y, tras dos consejos de ministros extraordinarios -que lanzaron las primeras ayudas e impusieron el estado de alarma- y otro ordinario, el jueves el 19 de marzo Sanidad emitía la orden ministerial SND/257/2020 [consúltela aquí]. En ella se ordenaba el cierre de todos los establecimientos hoteleros y similares dando "el plazo máximo de siete días naturales desde la entrada en vigor de la presente norma.
Había una única salvedad, en el apartado segundo del texto: quedaba permitida la apertura al público de aquellos establecimientos "que alberguen clientes que, en el momento de declaración del estado de alarma, se hallen hospedados de manera estable y de temporada". El estado de alarma se decretó el 14 de marzo, sábado, pero Ayuso no llegó al apartamento hasta el lunes 16, por lo que mantener su alojamiento no cumplía la norma.
Reserva previa
El dueño de la cadena hotelera, el empresario Kike Sarasola, ha dado explicaciones a este extremo, alegando que "cuando el presidente [Sánchez] dijo que íbamos a estar todos confinados, ellos [el equipo de Ayuso] ya empezaron a buscar apartamentos y empezaron a hablar conmigo. Sería el 11, el 12, el 14, antes del confinamiento". Pero eso no invalida la irregularidad, porque esta orden se militaba a desarrollar lo que ya había explicitado el propio decreto de estado de alarma 463/2020, de 14 de marzo [consúltelo aquí] en su artículo 10.4) "Se suspenden las actividades de hostelería y restauración, pudiendo prestarse exclusivamente servicios de entrega a domicilio".
Es decir, que en ningún caso se podía alojar nadie en un hotel en una fecha posterior al Consejo de Ministros extraordinario del sábado 14 de marzo.
Así, aunque Isabel Díaz Ayuso o su equipo de Presidencia hubieran confirmado la reserva de la habitación antes de la entrada en vigor del estado de alarma, el mismo día 14 de marzo al ser publicado en el BOE, el Be Mate Plaza de España no podría haber seguido alojando más allá del 26 de ese mismos mes a la presidenta de la Comunidad de Madrid ni en la mejor de las interpretaciones de los textos legales, al cumplirse los siete días de plazo otorgados por la orden ministerial antes reseñada.
La líder de Unidas Podemos en Madrid, Isa Serra, ha reaccionado a preguntas de este periódico, a la polémica cailficándola de "corrupción", como hacía en el Congreso Pablo Iglesias el miércoles, durante la sesión de control: "Estamos asistiendo una vez más a un escándalo de un miembro del Partido Popular. No hay un expresidente del PP libre de casos de corrupción. Nunca cambiarán".
Anulación sin cargos
En todo caso, y para proteger a los consumidores, el Real Decreto 11/2020, de 31 de marzo [consúltelo aquí], dispuso unos días más tarde los procedimientos para que la presidenta y el hotelero pudiesen cancelar el contrato de una manera reglada.
Éste fue el decreto que presentaron conjuntamente la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, con el segundo, Pablo Iglesias, porque aunaba medidas económicas y medidas sociales como ésta del artículo 36 sobre el "derecho de resolución de determinados contratos sin penalización por parte de los consumidores y usuarios".
Todo esto no tendría razón de ser si Ayuso se hubiese alojado en alguno de los dos hoteles de su cadena que Sarasola ofreció al Gobierno de la Comunidad de Madrid para que se medicalizaran: el Room Mate Alicia y el Room Mate Alba, sitos en la calle del Prado y la de las Huertas, respectivamente. Pero ella, a pesar de estar convaleciente por el Covid-19, optó por pasar su enfermedad trabajando en el Be Mate Plaza de España de la calle Cadarso.
Una enferma no paga
En ese caso, de hecho, la presidenta madrileña no habría generado ninguna deuda con la compañía hotelera. Habría sido una más de las infectadas atendidas por los servicios contratados por su Gobierno a la Coordinadora del Tercer Sector de la Comunidad de Madrid.
Según la información publicada por el Portal de Contratación de la Comunidad de Madrid [consúltela aquí], esta entidad sin ánimo de lucro oficialmente será retribuida con 240.433,57 euros por los servicios prestados desde que se emitió la orden 387/2020, de 7 de abril [consúltela aquí] por la Consejería de Políticas Sociales.
El texto legal preveía un presupuesto de 275.000 euros mensuales "para la puesta en marcha y funcionamiento de estos dos recursos residenciales" que debían "alojar a residentes de centros de personas mayores que no presentan sintomatología de infección por COVD-19 [sic] y no han tenido contacto estrecho con caso posible o confirmado" en los dos establecimientos de la cadena Room Mate.
Sin embargo, después de trascender que Ayuso estaba alojada en régimen de clienta, "con un precio por el paquete contratado", tal como ha explicado el propio Sarasola, la presidenta madrileña ha admitido que aún no ha pagado pero que lo hará "de su bolsillo".
Tiene sentido que aún no haya saldado la deuda, pues en la actualidad aún sigue "ocupando una habitación, utilizando un salón y disfrutando del parking, la seguridad" y la limpieza "cada dos días" que cerró con el propietario a razón de 80 euros al día. "Es un precio por el paquete completo de los servicios que le prestamos", ha explicado Sarasola en una entrevista para a¡el canal Cuatro.
"No hay cochecho"
"En realidad, son 2.400 euros al mes, por los dos meses que ella buscaba para poder trabajar durante el confinamiento", ya que su domicilio es pequeño y sin facilidades para "poder ejercer su trabajo".
Sarasola defendía en esa misma entrevista que no se ha producido "ningún tipo de cochecho" porque a él no le "han adjudicado nunca ni un solo euro de la Administración". Y además dice no haber dado ningún trato de favor a la presidenta. "Es simplemente una clienta más, a mí me da igual el color o el signo político", alegaba. "Y hay que tener en cuenta que estoy ingresando cero euros, me viene como anillo al dedo que me paguen ese dinero, cuando tengo el hotel vacío" por el cierre de la hostelería a causa del estado de alarma.
Pero Serra, recientemente condenada por haber agredido e insultado a agentes de la Policía mientras trataba de parar un desahucio, no se lo cree: "Todas las excusas que se han ido inventado desde el gobierno para tratar de tapar que Ayuso ha recibido un regalo a cambio de regalar nuestros recursos a sus amigos van demostrándose mentira. Tiene que dar explicaciones ya".
El hotelero rechaza estas acusaciones y, de hecho, se mostraba "triste y jodido" con toda la polémica levantada a causa de haber dado alojamiento a Isabel Díaz Ayuso en uno de sus hoteles. "Hemos donado 13 hoteles en todo el mundo, y no he cobrado nada, he pagado yo todo lo que es la hotelería", en los establecimientos medicalizados que cedió. "La luz me la ha regalado EDP, Acciona ha hecho la limpieza... Hemos hecho un pool para ayudar y a mí me ha costado muchísimo dinero".
Pero lo cierto es que el alojamiento de Díaz Ayuso no cumple con lo que estipulan el real decreto de alarma del 14 de marzo y la orden ministerial de Sanidad del 19 del mismo mes.