El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado su apoyo al Gobierno de España, sobre todo a la vicepresidenta Nadia Calviño, y ha afirmado que rechaza el pacto entre el PSOE y EHBildu para derogar la reforma laboral porque entiende que los actos que se consiguen en base a la "extorsión política o la tortura política" no tienen validez.
En un acto celebrado este viernes en Cuenca, García-Page se ha referido al acuerdo suscrito por el PSOE con Bildu para derogar la reforma laboral a cambio del apoyo en la prórroga del estado de alarma.
Page ha señalado que el mejor instrumento para salvar vidas durante la pandemia de coronavirus es el estado de alarma, por lo que ha manifestado que rechaza y da "por no hecho" cualquier pacto que se base en "la extorsión política o la tortura política".
El socialista ha escenificado su apoyo al Gobierno central alabando la figura de Nadia Calviño, que se opuso frontalmente al pacto con Bildu y a la "absurda" derogación de la reforma laboral que sí defendió Iglesias. "Mi apoyo al Gobierno, sobre todo a la vicepresidente económica, que tiene que defender a España en Europa", ha subrayado Page.
Crisis de autoridad
Si el Gobierno va a ser responsable de todas las decisiones, todos los partidos tendrían que estar obligados a permitirle tomar decisiones, ha dicho el presidente socialista, quien ha añadido que "no es el momento de que se pueda plantear una crisis de autoridad" porque hay que tomar decisiones aunque "algunas puedan ser erróneas".
"Hay que reconstruir los puentes y consensos en el diálogo social y mirando con luz larga", ha indicado Page, a quien le gustaría que los principales partidos de la oposición "tomaran ejemplo de Ciudadanos", que ha ayudado al país "sin extorsionar, desde la perspectiva del interés general" y con generosidad.
Ha dicho que para él, “los que han despreciado la vida y la han atacado, o han defendido políticamente el ataque a la vida, han sido una línea no roja, sino muy negra y lo van a seguir siendo, por lo que ha pedido que se reconstruya la autoridad del Gobierno, la confianza en las instituciones sanitarias y todo el mundo se ponga en el único objetivo de acabar con el virus.
Para Page, si la inmensa mayoría del país sabe que el estado de alarma es para salvar vidas, "lo extraño es que cuando esas decisiones llegan al Congreso, el Gobierno se vea sometido al chantaje".
El precipicio
Ha opinado que cuando se tiene a un Gobierno "al borde del precipicio, pudiendo ser responsable de las muertes y al mismo tiempo maniatado" por un parlamento que es el más diverso del planeta, el Gobierno necesita que se le apoye incondicionalmente, y está bien pedir y negociar cosas pero tienen que ser relacionadas con la pandemia y su repercusión económica.
Page ha apelado a trabajar para reconstruir el diálogo social, porque España necesita grandes acuerdos, "no cabe tomar medidas aisladas ni unilaterales", sino transversales y duraderas.
Cuando España "salga del virus" tendrá que afrontar una ruina económica y social, por lo que ha pedido a todo el mundo que trabaje para que se reconstruya el diálogo social con sindicatos y empresarios, y que los partidos sigan el ejemplo de Ciudadanos anteponiendo el interés general.