Hace menos de dos semanas, el Gobierno de España anunció de manera sorpresiva que imponía una cuarentena de 14 días a todos los turistas que entraran en nuestro país. La decisión, a causa de la epidemia de coronavirus, encendió las alarmas de todo el sector turístico, y provocó una respuesta recíproca proveniente de Francia ante cualquier viajero procedente de España: si tú me la impones, te la devuelvo.
La medida "por necesidades sanitarias, por prudencia y cautela en la desescalada, para evitar dar pasos atrás", ha durado menos que la primera de esas cuarentenas: 13 días.
Diez en realidad, de manera efectiva. Porque fue en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado 12 de mayo en la que el Ejecutivo explicó que a partir del día 15 de este mes se aplicaría este control, independientemente de si son turistas extranjeros o ciudadanos con nacionalidad española que regresan al país, según una Orden del Ministerio de Sanidad publicada este martes en el Boletín Oficial del Estado.
Y ha sido mediante una nota de prensa de Moncloa que hemos sabido que en estos momentos se encuentra reunida "una amplia comisión interministerial" para estudiar la "reactivación inminente del potente sector turístico español", tanto nacional como internacional. Y que esa cita está estudiando "el futuro levantamiento de la cuarentena para visitantes que procedan de otros países, de acuerdo a la evolución de la pandemia".
Y es que pocos días después de que el Gobierno decidiera confinar dos semanas a cualquier viajero que llegara a nuestro país, Italia tomó la decisión opuesta. "Esto es lo que hay y nos tenemos que arriesgar", anunció el primer ministro Conte, "no podemos estar más tiempo parados". La competencia italiana se sumaba a la respuesta francesa y, por eso, Pedro Sánchez acumuló anuncios este sábado en rueda de prensa con "la recuperación de la temporada turística" como estrella de su alocución.
Según las citadas fuentes de Moncloa, la vicepresidentas Teresa Ribera y Nadia Calviño; la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el ministro de Transportes, José Luis Ábalos; el ministro de Sanidad, Salvador Illa; y la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, están en este momento apretando el acelerador de las "medidas que permitan al sector organizar la temporada veraniega y garantizar las vacaciones de millones de personas en España".
El remate fue este domingo, cuando la ministra de Transición Ecológica e Inclusión del Gobierno francés, Élisabeth Borne, irrumpía en el debate sobre el turismo de verano con unas declaraciones en las que "invitaba" a sus compatriotas a no viajar a España por sus medidas "contradictorias".
Esta reunión interministerial, que se celebra por videoconferencia, pretende hacer creíble tanto anuncio sin concreciones: bajar al detalle los plazos, las condiciones de seguridad para los huéspedes -los turistas- y sus anfitriones -los españoles-, las normativas hoteleras, de playas, piscinas, ocio... los corredores srguris, y la cobertura sanitaria.