La diputada y portavoz adjunta de Vox en el Congreso, Macarena Olona, ha afirmado este martes que quienes conocen al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, le describen como una persona "con profundos complejos y traumas" que salen a luz cuando ejerce su cargo "con soberbia" y ha pedido su dimisión, entre otros motivos, por haber cesado al coronel jefe de la Guardia Civil de Madrid, Diego Pérez de los Cobos.
En rueda de prensa, tras la Junta de Portavoces del Congreso, ha calificado de "indigno" a Grande-Marlaska por haber dicho que el cese Pérez de los Cobos no está vinculado a la investigación judicial sobre las posibles incidencias de las manifestaciones del 8-M en la expansión del Covid-19 y por intentar "acallar voces" y "sobornar" a los miembros de la Guardia Civil al haber anunciado en medio de la polémica que el Gobierno completa la equiparación salarial entre los distintos cuerpos policiales.
Olona ha opinado que "no queda ni la sombra de la toga" de la trayectoria de Grande-Marlaska como juez por su "ilegítima intromisión constante en el poder judicial" y ha sostenido que su figura provoca "rechazo absoluto" entre jueces y mandos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
"Aviso a navegantes"
Ha vaticinado que el cese de Pérez de los Cobos "es un aviso a navegantes" que no va a "conseguir el efecto pretendido", ya que "van a tener que cesar a todo el instituto armado" si el Gobierno pretende acabar con "la lealtad" que profesan los miembros de la Guardia Civil a España.
Para Olona, Grande-Marlaska "ha cogido por costumbre cesar y truncar" la carrera de "servidores públicos" que tienen "una hoja de servicio intachable" al haber sido "las bestias negras" contra el independentismo y el terrorismo y que ello "no es casualidad", sino que viene jaleado por sus propios socios de Gobierno.
Asimismo, la portavoz de Vox ha considerado que el ministro ha incurrido en delitos como "prevaricación y obstrucción de la Justicia" y ha añadido que, si "hay justicia", se le podrá ver "engrilletado" algún día por la propia Guardia Civil y custodiado por los funcionarios de prisiones, "quienes le vigilarán".