El pacto con Pedro Sánchez ha resquebrajado la Ejecutiva de Ciudadanos. La dirección del partido liberal ya ha anunciado un nuevo acuerdo con Moncloa a pesar de que los socialistas resucitaron días antes su pacto con Esquerra Republicana y el PNV.
Los de Inés Arrimadas ya no eran imprescindibles numéricamente para prorrogar el estado de alarma. ¿Quién lo ha decidido y cómo? No lo saben siquiera algunos de los dirigentes más importantes de la formación. Se ha cocinado, tal y como ha contrastado este periódico, en el llamado "Comité Permanente", un grupo de siete personas que actúa como máximo órgano rector.
"¡Queremos debatir! Nos estamos enterando por la prensa. Desconocemos hasta los interlocutores con los que negociamos", relatan algunos de los mandatarios descontentos en conversación con este diario. Antes del confinamiento, la Ejecutiva -un total de 38 personas- debatía en su seno las decisiones de calado.
La abolición del veto a Sánchez es la decisión más importante del nuevo Ciudadanos. Destacados miembros de la organización han exigido a través del grupo de WhatsApp de la Ejecutiva la reaparición de espacios donde se puedan intercambiar opiniones y evaluar riesgos. Más y cuando atañen a los vectores clave.
Lo sucedido es más que reseñable, ya que los intervinientes que se han plantado han sido algunos de los rostros más conocidos de la formación. De ahí que la enmienda del aparato haya sido mesurada.
En ese "Comité Permanente" que toma las decisiones, además de Inés Arrimadas, figuran José María Espejo -vicesecretario y diputado-, Marina Bravo -secretaria general-, Joan Mesquida -vicesecretario-, Melisa Rodríguez -portavoz nacional-, Edmundo Bal -portavoz en el Congreso y líder provisional mientras dure la baja maternal de la presidenta- y Carlos Cuadrado -vicesecretario-.
Éste último es quien lleva las riendas de los acuerdos con Moncloa. A su lado trabaja Espejo. Ambos, según las fuentes consultadas, ejercen una gran influencia sobre el devenir de Ciudadanos. Los dos fueron hombres de la confianza de Albert Rivera, únicos supervivientes de su núcleo duro tras la debacle de las últimas elecciones generales.
Fuera de esa especie de mando único quedan, por ejemplo, los cargos institucionales más importantes: Ignacio Aguado -vicepresidente de la Comunidad de Madrid-, Begoña Villacís -vicealcaldesa de la capital-, Juan Marín -vicepresidente de Andalucía-, Marta Rivera de la Cruz, Toni Cantó -líder en Valencia- o Lorena Roldán -número uno en Cataluña-.
Todos ellos se ven obligados cada día a desmigar ante los medios esa postura dictaminaba por el "Comité Permanente" que, a veces, no conocen hasta que ya circula por radios y televisiones.
"No queremos ser segundo plato"
El mando de Espejo y Cuadrado -tolerado y bendecido por Arrimadas- abre un segundo melón: ¿cuál es la diferencia entre el Ciudadanos de hoy y el anterior? Las fuentes consultadas mencionan, por ejemplo, que Marina Bravo y Melisa Rodríguez "apenas determinan el rumbo del partido".
Muchos de los dirigentes que ruegan la celebración de una Ejecutiva para analizar la relación con Sánchez están en contra de seguir negociando. El nuevo acuerdo con Sánchez habla de "medidas idénticas para toda España", de un millonario plan de ayudas al sector del turismo y de la digitalización de la relación entre Hacienda y sus contribuyentes.
No obstante, los mandatarios críticos consideran que el último pacto no sale a cuenta, ya que Sánchez "se rindió antes a los nacionalistas" y devolvió, por ejemplo, la gestión a las gobiernos regionales para la última fase de la desescalada. Ciudadanos -lamentan estos dirigentes- engrosa una mayoría con Moncloa, ERC y PNV, pero además lo hace como "segundo plato".
Algunos de ellos conciben que las cuatro primeras prórrogas fueron necesarias por motivos sanitarios. Disculpan la quinta porque fueron "engañados por el Gobierno", pero reiteran que no encuentran "ni un solo argumento" para volver a votar "sí".
"En teoría, Sánchez nos convirtió en socio preferente. No sólo nos engañó con lo de EH Bildu, sino que ha pactado con ERC y el PNV antes de llamarnos. ¡Les ha dado lo que pedían! Ya ni siquiera somos necesarios aritméticamente. Es un delirio", resume un importante miembro de Ciudadanos.
"Por más que arranquemos buenas medidas, eso se queda en la burbuja político-periodística. La gestión está siendo nefasta. ¿Queremos hundirnos nosotros con él?", concluye otro.