Ciudadanos prosigue con su estrategia de la "mano tendida pero exigente" al Gobierno. Los liberales han cerrado un encuentro con Moncloa para escenificar la política de pactos que les ha llevado a suscribir todas las prórrogas del estado de alarma solicitadas por Pedro Sánchez.
Edmundo Bal departirá con Carmen Calvo este viernes a las 10h acerca de las claves de estos acuerdos. También hablarán de futuro y de la relación estrenada entre ambas fuerzas con motivo de la pandemia. Se trata de garantizar "una salida ordenada" del Covid-19 y estudiar "un posible rebrote".
Por parte de Moncloa, además de la vicepresidenta primera, estarán la ministra de Política Territorial y Administraciones Públicas, Carolina Darias; el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Antonio Montilla; y el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños. A Bal le acompañarán Marina Bravo -secretaria general-, Carlos Cuadrado y José María Espejo -ambos vicesecretarios-.
El abogado del Estado, líder in pectore de Ciudadanos mientras dure la baja de Inés Arrimadas, será quien represente de nuevo el proyecto nacido en Cataluña, tal y como viene haciendo en las últimas sesiones parlamentarias.
El propio Bal, en estos debates, ha sido el encargado de reafirmar que Ciudadanos "no se fía de Sánchez", pero que los españoles "necesitan estabilidad en un momento como este".
La imagen del encuentro contribuirá a sepultar ese Ciudadanos aferrado al "no" que dibujó Albert Rivera -su cambio de opinión en el último minuto no le salvó del desastre electoral de noviembre-.
La actual dirección liberal, capitaneada por Inés Arrimadas, considera que el "verdadero centro" puede aprovechar ese camino que le están abriendo los "bloques de la crispación".
"Defendemos este mensaje con mucha confianza. Creemos que es la postura más acertada. Hay mucha gente cansada de los insultos y de la oposición inútil", confiesan fuentes autorizadas de Ciudadanos a este diario.
En más de una ocasión, Bal ha criticado la postura del Partido Popular, que hace tiempo se borró del bloque del consenso y se colocó, junto a Vox, en la oposición más dura al Ejecutivo.
Bien es cierto que Casado cambió el guion este miércoles y volvió a ofrecer varios pactos a Sánchez, aunque justo después Cayetana Álvarez de Toledo fustigó, como acostumbra, a Carmen Calvo.
Ciudadanos cree que puede crecer electoralmente a lomos de la "desorientación" del PP y del "extremismo" de Vox. Los de Arrimadas conciben que el centro se ha granjeado su espacio durante la pandemia.
Su posición, sin embargo, no es sencilla en clave interna. El último apoyo a la prórroga del estado de alarma -cuando sus votos no fueron aritméticamente necesarios- desató una ristra de desavenencias en el chat de la Ejecutiva.
Hasta media docena de pesos pesados de la formación se quejó internamente de que no se les informaba del transcurso de las negociaciones y de que "los españoles no les perdonarían situarse junto al bloque de la moción de censura".
Varios de los descontentos ostentan los cargos institucionales más importantes del partido. Les enervó "enterarse por la prensa" de una postura tan importante y solicitaron que se debatiera "en la Ejecutiva".
Finalmente, esta semana, las aguas volvieron a su cauce. La dirección, precisamente en la Ejecutiva, dio la oportunidad a los discordantes de que exteriorizaran su desazón. Ninguno de ellos lo hizo. "Ese silencio tan elocuente significa que iremos todos a una a pesar de que algunos estemos de acuerdo", reseña en charla con este diario uno de los presentes.