La enmienda entró a última hora, en los dos días finales de negociación. Era un empeño del Partido Popular llevar la reivindicación de la soberanía española sobre Gibraltar al dictamen sobre Unión Europea de la comisión de reconstrucción. Y finalmente lo consiguió, vía transaccional, es decir, negociando con el PSOE.
Pero los 35 diputados de Unidas Podemos se negaron a apoyar que España "aproveche la oportunidad histórica del brexit para alcanzar un acuerdo sobre Gibraltar, que tena en cuenta las reivindicaciones históricas de todos los gobiernos democráticos de España y que impulse la prosperidad en el Campo de Gibraltar". Todos, desde los líderes Pablo Iglesias a Irene Montero, pasando por los ministros Yolanda Díaz y Alberto Garzón, el portavoz Pablo Echenique y los demás, votaron no.
Mientras, este jueves la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, recibía las críticas más feroces del Partido Popular, tras reunirse con el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, lo que para el PP es "un error histórico". Picardo apareció en la cita ataviado con una curiosa mascarilla "inclusiva", que le dejaba a la vista la boca. Este diseño está especialmente pensado para que las personas sordomudas puedan leer los labios de sus interlocutortes.
La tregua con los populares a cuenta de la Roca ya se a ha acabado, en menos de 48 horas. El PP pedirá este mismo viernes la comparecencia de la jefa de la diplomacia española en el Congreso para que explique "el motivo" de la reunión y "qué es lo que han tratado" en la misma.
Fuentes de Exteriores han explicado a este periódico esos motivos. "El viaje de la ministra buscaba conocer la situación de primera mano con los alcaldes y autoridades del Campo la situación", apuntan. "Y el encuentro con Picardo, en Algeciras y sin banderas de ningún tipo, meramente informal, se dio en el marco de esta visita". Las mismas fuentes aclaran que en la reunión se habló de la aplicación práctica de los Memorandums entre las tres partes: España, Reino Unido y la colonia.
"El PSOE no quería perder"
A pesar de que el documento original de las conclusiones era un texto conjunto de socialistas y morados, esta negociación la llevaron a cabo directamente, a dos bandas, PSOE y PP.
El miércoles se votaban las conclusiones finales, después de los "cuatro días extenuantes de trabajo" de Pedro Sánchez en Bruselas, sacando adelante el acuerdo del fondo de recuperación de la Unión Europea. Y, tras el pasillo de aplausos con el que había sido recibido en Moncloa, el Gobierno quería un pleno de aprobaciones en el Congreso para abrochar la gestión de la crisis del coronavirus y ponerse "manos a la obra" a la reconstrucción.
Pero la tarde se torció: el Gobierno perdió la votación del dictamen social y ahora arriesga una derrota en el de medidas económicas, cuya votación se repetirá previsiblemente el próximo miércoles, en un pleno extraordinario. Sánchez, finalmente, sólo sacó adelante los dos dictámenes que pudo acordar con el PP, el sanitario y el de la UE, que incluía la enmienda de Gibraltar.
"Los socialistas necesitaban apoyos como fuera, no querían perder la votación, y a pesar de que no querían de inicio incluir el punto de Gibraltar, finalmente accedieron", explica una fuente popular conocedora de las negociaciones. En la mesa estaban Félix Bolaños y Adriana Lastra por el lado socialista y, del lado popular, Ana Pastor, Guillermo Mariscal y Mario Garcés.
"Aceptable por todos"
Fuentes de Moncloa, en conversación con este periódico, se muestran extrañadas con el voto de Unidas Podemos. "La redacción era aceptable para todos", explican al tiempo que califican de raro ese voto negativo.
La negociación fue maratoniana entre el lunes y el martes, antes de la votación final, el miércoles. El texto original con el que los negociadores el Partido Popular habían llegado a la mesa de discusión era bastante más reivindicativo:
"España debe aprovechar la oportunidad histórica del brexit para alcanzar un acuerdo sobre Gibraltar que ambicione la reivindicación histórica de la soberanía sobre el Peñón y que impulse la prosperidad, la protección medioambiental, la lucha contra los tráficos ilícitos y la cooperación contra el fraude fiscal en el Campo de Gibraltar".
Finalmente, ambas partes buscaron el consenso y el voto positivo de la mayoría de los grupos de la Cámara. Pero el socio del Ejecutivo optó por oponerse a la "reivindicación histórica" de España sobre Gibraltar. Unía así sus votos a los socios de la investidura, es decir, Esquerra, PNV, EH-Bildu, Más País, Compromís, además de los independentistas de JxCat.