El Gobierno español y la Casa Real llevan meses de conversaciones discretas buscando soluciones para "darle estabilidad a la institución", tal como expresó Pedro Sánchez, el pasado lunes en televisión. En las últimas semanas, el Ejecutivo no ha ocultado públicamente su prisa por lograr que Felipe VI "dé nuevos pasos" en ese sentido. Y, según ha podido saber este periódico, el presidente espera que este movimiento se sustancie durante el mes de agosto.
"La Casa Real tiene sus tiempos", apunta una fuente del Ejecutivo a EL ESPAÑOL, tratando de explicar los motivos de que todavía Zarzuela no haya tenido el "gesto" que espera Moncloa.
Vale la pena explicar que cuando se habla del Gobierno y de Moncloa en estas líneas, referidas al empeño en que el Rey haga algún movimiento para separarse de los negocios oscuros de su padre, se habla de la parte socialista del Ejecutivo. La posición de los cinco ministros de Unidas Podemos es más que conocida, liderada pro Pablo Iglesias e insistente en forzar el debate a favor de una "república plurinacional" en España.
Pedro Sánchez calificó de "inquietantes y perturbadoras" las exclusivas de EL ESPAÑOL que en el último mes han revelado cómo Juan Carlos recibió en 2008 un "regalo" de 100 millones de dólares proveniente del rey de Arabia Saudí.
Los hechos
Más tarde, este periódico desveló toda la sucesión de hechos que se investigan en la Fiscalía suiza: que el Rey Emérito, todavía Jefe del Estado, ordenó "construir una estructura" en un banco suizo para ocultar el dinero; y que cuando en 2012 el país helvético acordó intercambiar información bancaria con la Unión Europea, decidió "donar irrevocablemente" los 65 millones de euros (al cambio) a su expareja, la alemana Corinna Larsen.
Ya había estallado la polémica varios meses antes, cuando en España se supo que los tribuales de Suiza estaban investigando por posible delito de blanqueo todos estos movimientos bancarios.
Y Unidas Podemos le sirvió a Sánchez a la vez como palanca y como coartada en este caso: su presión interna le impelía a colocar la decisión públicamente en manos de Felipe VI, pero al tiempo se erigía en estadista "defensor del pacto constitucional y de la Monarquía parlamentaria".
Los pasos
Ahora, en Moncloa esperan a que los los Reyes Felipe y Letizia terminen su gira autonómica, organizada para homenajear al pueblo español tras el fin del confinamiento. Y además a que el mes tradicional de vacaciones facilite una sencilla digestión mediática de la decisión.
"El Gobierno no tiene constancia" de cuál será el gesto concreto con el que Zarzuela tratará de erigir un cordón sanitario alrededor de Felipe VI, su esposa, la primcesa Leonor y su hermana Sofía. "Eso sí, aplaudimos la línea que ha seguido la Casa Real hasta ahora, y celebramos cualquier medida futura", apunta esta fuente del Gobierno en conversación con este periódico.
Nada más estallar el escándalo el pasado mes de febrero, el Rey aprovechó el primer día del estado de alarma para comunicar públicamente que un año atrás, al conocer algunos de los posibles negocios oscuros del Emérito, había renunciado a la posible herencia que le pudiera corresponder por ellos. Y posteriormente hizo saber que dedicaría al fondo de contingencia de Zarzuela la asignación anual retirada a su padre, que recibía en su condición de ex Jefe de Estado.
Las posibilidades que se abren ahora, una vez que estos gestos no han sido suficientes para acallar las intentonas de deslegitimar la Monarquía en España, van desde la salida de Juan Carlos de Zarzuela -donde aún reside- a un posible exilio acogido en alguna de las monarquías árabes y del Golfo con las que siempre mantuvo excelentes relaciones.
Otra opción, compatible con éstas y no descartada según los expertos consultados, es la de que el padre del Rey dejara de pertenecer a la Familia Real por decisión de Don Felipe. Este núcleo más cercano al Monarca fue reducido por Felipe VI a sus padres, su esposa y sus hijas tras su proclamación. Y fue uno de esos "gestos" que aplaude el actual Ejecutivo, en pos de la "ejemplaridad y la transparencia". En caso de tomarse esta decisión, la Reina Emérita Sofía sí permanecería en la Familia Real.
Factor sorpresa
Las fuentes citadas de Moncloa insisten en que el mensaje está claro, que el Gobierno "celebra que la Casa Real adopte medidas" y que creen que "es bueno dar cuantos más pasos mejor en favor de la estabilidad de las instituciones". Y que a buen entendedor, pocas palabras bastan.
"Si Zarzuela tiene pensado algo, utilizará el efecto sorpresa", señalan para corroborar que agosto puede ser el mes elegido, con las Cortes cerradas, y con los diferentes grupos políticos opositores en modo verano, es decir, con poco personal para movilizar más campañas como las sufridas en los últimos meses.
Lo que sin duda descartan es que alguno de esos grupos políticos haya exigido una solución al caso Juan Carlos para sentarse a negociar los Presupuestos de 2021: "Nadie lo ha siquiera sugerido, son cosas que no tienen nada que ver". Y, además, el Ejecutivo insiste, la decisión está en manos de Felipe VI.
"En estos meses, hemos visto que los medios ya no miran para otro lado y que la Justicia es igual para todos", insisten los ministros consultados por este periódico al calor de las últimas revelaciones de EL ESPAÑOL. "Pero eso también implica la presunción de inocencia", apunta alguno más prudente, que recuerda que la Fiscalía del Supremo "aún no ha decidido si los hechos que estudia son o no constitutivos de delito".
Aunque, eso sí, aunque lo fueran, aún quedaría dilucidar si son perseguibles, o si la inviolabilidad de Juan Carlos como ex Jefe del Estado sigue operando una vez que abdicó. "Llevamos meses hablando con la Casa Real, y lo que tenga que pasar pasará", concluyen las fuentes.