La rueda de prensa conjunta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido lo más parecido un combate de boxeo en traje de gala: magníficos en las formas del discurso, ambos mandatarios guardaron la distancia social para arrearse con los contenidos.
¿Estado de alarma en Madrid? "Está ofrecido", dijo Sánchez. "Eso es la muerte", respondió Ayuso. ¿El uno a la otra? No, lo hicieron con sonrisas ante las cámaras que emitía en directo y sin mirarse, sólo a través de las respuestas a la prensa. Como si fueran pataditas a la espinilla por debajo de la mesa. Hasta tres veces habló del asunto Sánchez... las mismas en las que lo rechazó Ayuso.
Así, desde su intervención inicial, el presidente agradeció que Ayuso lo hubiera recibido en Sol y ella que se acercara a la sede de la Presidencia regional... pero uno le advirtió que "debemos estar listos para otros escenarios"; en la segunda ya lo llamó por su nombre, "estado de alarma"; y en la tercera reconoció que "es el Gobierno de la Comunidad de Madrid el que debe decidir si opta por esa vía o no". Para rematar con "un deseo de corazón para que estas medidas sean efectivas y salven vidas".
Las medidas, en realidad, se resumen en tres pasos: dejar de tirarse los trastos a través de la prensa, hacerlo en directo sentados uno frente al otro y luego en la comparecencia pública y pasar, por fin y después, al trabajo conjunto.
"Plan Madrid"
Desde la misma tarde de este lunes, lo que se ha llamado Grupo de Trabajo Covid-19 con representantes de ambas administraciones al más alto nivel, se reunirá semanalmente para "evaluar datos y tomar decisiones". Entendiendo que "Madrid necesita un plan específico, dadas sus características".
Estas citas son, todas, del presidente del Gobierno, que amparó todas sus afirmaciones -hasta las más ácidas- bajo el paraguas de que "esta no es una lucha ideológica, sino epidemiológica". Eso sí, no explicó el presidente las razones de que haya tardado tanto ese plan específico, si Madrid es "capital, centro de las comunicaciones y puerta de entrada logística" desde antes de la pandemia, como le recordó Ayuso.
La presidenta, por su parte y una vez lograda la cumbre, rebajó tensiones sobre otro retraso, el de las seis veces que había pedido reuniones a Sánchez: "Lo importante es que está aquí, también hay muchos alcaldes que quieren verme y yo no puedo". Pero rechazó las sugerencias de Sánchez. Si admitió que "prevemos todos los escenarios", le añadió que "lo que hay que evitar por todos los medios es el confinamiento... hay que aprender a convivir con el virus".
Y es que la cumbre pretendía mostrar "unidad y cooperación", dijo él; "remar en la misma dirección, recursos compartidos", apuntó ella... pero en el fondo, y aunque el objetivo coincida, las estrategias son distintas: "Sólo tenemos un objetivo, salvar vidas", explicó Sánchez; "hay que preservar la economía, somos España en España", repuso la presidenta.
El presidente admitió que el refuerzo de medidas en Barajas se lo ha pedido Ayuso en decenas de ocasiones, y que "estamos dispuestos a estudiarlo en ese grupo de trabajo". Pero dejó caer su rechazo al asunto: "Sólo el 0,2% de los nuevos contagios tras la desescalada han venido del aeropuerto". Todo, un segundo antes de pedir "unidad a las administraciones" y aplazar "la dinámica política del enfrentamiento".
Decisiones
El grupo de trabajo anunciado integrará al ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la de Política Territorial, Carolina Darias, por el lado de Moncloa; y al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero y el vicepresidente, Ignacio Aguado, por el lado madrileño. Se asesorarán por dos Unidades de Apoyo, una territorial y otra técnica que, aunque también contabiliza miembros equilibrados de cada administración, se podía leer como una OPA desde los equipos de la Administración central sobre la autonómica.
En esas reuniones se deberá decidir qué efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de la Unidad Militar de Emergencias harán falta. Ayuso tiró con bala al menos dos veces: "Madrid arrastra un déficit de Policía y Guardia Civil, de unos 2.500 agentes", apuntó.
También cómo reforzar la atención primaria y hospitalaria. La presidenta se defendió: "Conocemos el problema de la atención primaria y lo estamos abordando, queremos subirle el sueldo a los sanitarios... pero si queremos unidad, dejemos también el activismo".
Y es que Ayuso se quejó de que "sólo aquí en Madrid tenemos huelgas por problemas que a todos afectan". La presidenta describió los "desdoblamientos" en los centros de salud; la "reducción más drástica de niños por aula de la historia" en los colegios; y que "las residencias ya son un lugar seguro", presumiendo de que "Madrid sabe lo que tiene que hacer, pero no tiene competencias".
Y ése era el motivo, presumió como un éxito, de la reunión, no la búsqueda de un estado de alarma regional: la búsqueda de la cooperación, el fin de la lucha partidista y que ninguno de los dos tenga que cargar con la culpa política de una decisión de cierre total que ambas partes otean en el horizonte... si "en una o dos semanas", según Ayuso, o "lo más pronto posible", según Sánchez.
"Debemos volver no sólo a la unidad que dice el presidente, sino a la solidaridad del principio de la crisis... Para Ayuso, "si sólo hay activismo y sólo contra el mismo Gobierno, no hay soluciones, no hay justicia y no hay verdad: el virus sigue aquí y debemos vencerlo juntos".