Como siempre que Pedro Sánchez da una entrevista -lo hizo hace tres días en La Sexta-, Pablo Iglesias da otra. En esta ocasión, para demostrar su desacuerdo con el acuerdo entre el presidente e Isabel Díaz Ayuso, escenificado el lunes en Madrid: "A Madrid le hemos dado más de 3.000 millones para reforzar los servicios sanitarios y la educación, y lo que pide son más policías... Ayuso criminaliza la pobreza y no es aceptable que Aguado le diga a los trabajadores que cogen el metro que son un virus".
El empeño de su equipo en empatar con el presidente tiene dos objetivos: demostrar que él también gobierna y compensar los mensajes. Este lunes, a cada sugerencia sobre un posible "estado de alarma" en Madrid de Sánchez, la presidenta de la Comunidad explicaba que "eso sería la muerte". Del mismo modo, el líder de Podemos tiró de listado de peticionarios en la prensa para hacerse un hueco en directo y recordar que, por ejemplo, los Presupuestos no se deben negociar con Ciudadanos, sino con lo que él llama "la mayoría de la investidura".
Este martes, antes de verse a las 9.30 en Moncloa, donde el Consejo de Ministros aprobará el decreto sobre el teletrabajo, el vicepresidente segundo del Gobierno visitó el programa mañanero de TVE. Y allí dejó muy claro que a su formación no le ha gustado el blanqueamiento a Isabel Díaz Ayuso escenificado en la cumbre con Pedro Sánchez: "Hay que hacer las cosas de una manera diametralmente opuesta a como las hace el Gobierno de PP y Cs, que se apoya en la ultra derecha", sentenció.
Y en ese sentido, el vicepresidente quiso reivindicar su trabajo desde la llegada del coronavirus y su empeño en ser el pegamento con los partidos separatistas que le dieron la investidura al gobierno que vicepreside: "Podemos ha estado a la altura del sacrificio de los españoles en la pandemia... estoy muy orgulloso del trabajo que hemos hecho con el PSOE. Con errores, hemos demostrado que se puede construir un escudo social y que esta crisis se afronte protegiendo a los trabajadores y a los más vulnerables".
El pacto con Ayuso
Iglesias jugó a los dos cargos que constan bajo su nombre en la tarjeta de visita: el de líder de Unidas Podemos y el de vicepresidente segundo. Así se puso en institucional al aceptar la cumbre como un hecho inevitable, porque "tenemos obligación de colaborar con todas las administraciones, independientemente del signo ideológico". Pero enmendó el mismo hecho de la tregua pactada en el Palacio de Correos asegurando que "eso no es estar de acuerdo con las medidas que están tomando Ayuso y Aguado".
Según el dirigente morado, "lo que hace falta son más sanitarios, más profesores, y que el transporte público no esté saturado... es decir, trabajar de una manera muy diferente a lo que hace el bloque de la derecha con Vox".
Iglesias desarrolló el argumento acusando de clasismo a los dirigentes madrileños, afirmando que Ayuso "criminalizó" la pobreza, que "mucha gente cree que esto es segregación" y que "no es admisible que Aguado diga que hay que elegir entre ser virus y vacuna".
De hecho, y a pesar de que sí hay barrios y localidades del sur que cuya movilidad se ha restringido pero también otras ricas del norte entre esas 37 zonas sanitarias, el vicepresidente abundó en el mensaje de la manifestación del domingo por la mañana: "No hay derecho a que un dirigente le diga a los trabajadores que son un virus. Hay personas que saben que pueden ir de Carabanchel al centro para servir las cañas de un bar, pero que no pueden llevar a sus hijos al parque en su barrio".
Y de ahí su desacuerdo de plano con la escenografía y el contenido de la cumbre del lunes. "Lo que faltan son profesores, rastreadores, sanitarios bien pagados... y a Madrid se le dio más de 3.000 millones para hacerlo. Pero lo que se ponen son controles policiales para saber de dónde vienen y adónde van los trabajadores".
Presupuestos
Con todo este caldo de cultivo argumentario, a Iglesias no le costó seguir su desarrollo por la vía de que la única opción "realista" para aprobar los Presupuestos es la de pactar con Bildu y ERC: "Soy optimista, porque los de la mayoría de la investidura están dispuestos a negociar: creo que será así".
Y todo porque el contenido de las cuentas públicas, según anunció, "demostrará que Unidas Podemos está en el Gobierno". Así, desmintió elegantemente las afirmaciones de Nadia Calviño, de que no habrá impuesto a los ricos, anunciando que "habrá medidas para que los ricos paguen más", que la mano de Nacho Álvarez -responsable económico morado- se traducirá en "avances muy interesantes en justicia fiscal" y sugiriendo que habrá una subida del impuesto de sociedades a la banca: "Los bancos tienen que devolver el dinero que les prestamos los españoles en la anterior crisis".
Es decir, que "nosotros queremos reforzar lo público, no depender sólo del ladrillo y el turismo, como han hecho siempre los gobiernos de la derecha". Y que por eso, "si Casado ha dicho que cuando gobierne España hará lo mismo que se está haciendo en Madrid" no tendría sentido que ellos acuerden unos Presupuestos "para adoptar esas políticas".
Iglesias sentenció el asunto de la siguiente manera: "No generemos expectativas absurdas, ya le dijo la ministra de Trabajo a los empresarios que no se puede tener ERTE sin subir impuestos".
Hacia la República
Otro de los desacuerdos flagrantes entre PSOE y Unidas Podemos es el modelo de Estado. Así, del mismo modo que "con 35 diputados no pudimos hacer que Bankia fuera un banco público", el vicepresidente admite que "aún no hay correlación de fuerzas para que se pueda votar al jefe del Estado". Pero eso cambiará, dijo Iglesias: "La sociedad misma lo está empujando, y serán los militantes del PSOE los que le harán dejar de ser un partido monárquico".
Con la connivencia de la entrevistadora, que le dio la razón al entrevistado en que "es absurdo que el CIS no pregunte sobre el modelo de Estado", Iglesias se jactó de que "empeñarse en no hacerlo nos da la razón, están haciendo el ridículo".
Acto seguido, el líder morado se refirió a otro asunto que le ocultó Sánchez, como lo de Bankia: la salida de Juan Carlos de España: "Esa huida del emérito a residir en una dictadura y con esa factura de hotel que se ha publicado es una vergüenza y la imagen internacional de España no puede ser peor".
Problemas judiciales
Finalmente, Iglesias tuvo que responder algunas preguntas sobre los problemas judiciales de su partido, y comprometió su palabra a que las acusaciones de Calvente "no son ciertas". Pero no sólo eso, dijo, "porque la palabra de un político queda ahí...", apuntó admitiendo que puede no ser creíble, "es que los jueces han archivado todas las denuncias".
Así, no quiso aclarar nada y apeló a los jueces: "Que lo aclaren ellos, que nos lleven allí... imagínese a Pablo Casado aclarando la Kitchen en la televisión".
El vicepresidente perdió las formas cuando la presentadora le sugirió que su partido cometió "un error" al contratar a Neurona, una consultora con un solo día de vida, para las elecciones de abril de 2019. "Usted dice que hemos cometido un error... y no, nosotros no podemos cometer uno solo, ¿no ve cómo nos persiguen?"
Ése fue su modo de escabullirse de las explicaciones que le pedían los periodistas en el plató: "Es que nadie me pregunta en las entrevistas por las 14 denuncias que nos han puesto y ya se han archivado. Así que mejor vayamos a los tribunales, que me llamen a declarar si quieren".