29 de junio de 2019. Se celebra el Orgullo Gay en Barcelona. Ciudadanos ha sido vetado del desfile por parte de los organizadores, pero aun así ha decidido sacar a pasear su autobús. Cuando el autocar llega a la altura de plaza Universidad una turba de radicales lo paralizan, rompen los retrovisores, pintan la chapa y amenazan con prenderle fuego. Todo esto, al grito de "fascistas".
Dentro del autobús, el conductor y tres afiliados al partido liberal sufren en sus carnes el hostigamiento y deciden denunciar lo sucedido. Este martes, más de un año después, el Juzgado de Instrucción número de 2 de Barcelona enjuicia a cuatro de los agresores por posibles delitos de coacciones y amenazas con agravante de discriminación ideológica.
"Los Mossos tienen identificados a esos cuatro, pero es probable que el juicio se suspendan si se presentan tres", anuncian fuentes de Ciudadanos a este medio.
Para más inri, colectivos radicales LGTB han convocado una concentración en la puerta del juzgado para manifestarse a favor de los acusados. "No se está juzgando a cuatro activistas LGTBI, se está juzgando a cuatro activistas totalitarios", censuran las mismas fuentes del partido naranja.
Los hechos
Arrojemos algo de contexto. El año pasado, Pride Barcelona vetó a Ciudadanos de la participación en el desfile de carrozas. Los organizadores remitieron una carta al partido liberal en la que alegaban que su decisión se basaba en "los pactos electorales" y en la supuesta "proximidad" del partido liberal con Vox. La decisión provocó la dimisión del presidente, Joan Juliá, que no estaba de acuerdo con prohibir la asistencia a un partido en la celebración de una jornada que supuestamente celebra la diversidad y la tolerancia.
Tras el veto, la formación naranja decidió sacar a pasear el autobús -ya lo habían alquilado y pagado- por las calles de Barcelona, haciendo una ruta alternativa a la del Pride, y así "participar de las acciones reivindicativas". Sin embargo, el conductor tuvo que finalizar la ruta cuando se topó con una veintena de radicales a la altura de la plaza Universitat.
Noemí de la Calle, diputada de Ciudadanos en el Parlamenta de Cataluña, estaba ahí cuando sucedieron los hechos. Así los relata a EL ESPAÑOL: "Bloquearon el autobús, le causaron daños y amenazaron a los que estaban dentro con quemarlo".
Durante los más de treinta minutos que el autobús quedó retenido, los radicales pintaron su cubierta con consignas como "fuera fascistas de nuestros barrios". Dentro, permanecían el conductor y tres afiliados a Ciudadanos, miembros del colectivo LGTB. "Inutilizaron con spray los retrovisores y el conductor no podía dar marcha atrás; estuvieron retenidos hasta que llegó la policía".
"Nosotros llevamos muchos años participando en la semana del Orgullo de Barcelona, yendo a actos y participando con la carroza. Nunca habíamos tenido ningún problema", relata la diputada liberal, que asegura que, para más inri, los propios agresores grabaron todo y lo colgaron en redes sociales.
Un Orgullo accidentado
La violencia sufrida por esos tres afiliados a Ciudadanos en la ciudad condal no responde a un hecho aislado, sino que se enmarca dentro del clima de hostigamiento que el partido liberal tuvo que sufrir en toda España durante el Orgullo de 2019.
Así las cosas, el autobús que Ciudadanos desplegó en la Comunidad Valenciana con motivo de la marcha del Orgullo también fue atacado con pintura. Toni Cantó denunció lo sucedido en Twitter.
Además, esa misma semana Ciudadanos Andalucía también sufrió amenazas e insultos en la marcha del Orgullo en Sevilla. Un "ataque intolerable" en palabras de la presidenta del Parlamento de Andalucía, Marta Bosquet.
El colofón a esta semana de coerciones tuvo lugar en la manifestación del 6 de julio de 2019 en Madrid, en la que los dirigentes de Ciudadanos tuvieron que ser escoltados por la policía para abandonar la Plaza de Colón. Un reportero de este periódico que los acompañaba resultó agredido.
"Jamás habíamos tenido problemas. Hubo una campaña que tuvo que ver con que las elecciones estaban próximas; querían calentar a la gente contra Ciudadanos antes de las elecciones", reflexiona Noemí de la Calle.
Desde Ciudadanos achacan la violencia sufrida a una campaña azuzada por la izquierda mediática, que justificó muchas de estas agresiones remitiéndose a "pactos de gobierno" con Vox en la Comunidad de Madrid, Andalucía y Murcia, donde gobiernan PP y Cs en coalición.
En este sentido, cabe resaltar que distintos dirigentes de Podemos utilizaron ambages para no condenar la agresión o directamente la justificaron. La responsable de la Secretaría de Feminismos de la formación morada, Sofía Castañón, aseguró que eso "no les ocurría" a los de Ciudadanos antes de "ir de la mano" de Vox.
"Este tipo de manifestaciones habían sido, hasta ahora, inclusivas", se queja la parlamentaria de Ciudadanos en Cataluña, comunidad en la que "hemos demostrado más que en ningún otro sitio que tener a un grupo de radicales intentando coaccionarnos para que dejemos de defender nuestros posicionamientos no nos amedrentará".