A día de hoy se libran en la Comunidad de Madrid dos guerras políticas. La primera de ellas, a cuenta de la epidemia, se ha saldado con la victoria de la Comunidad en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y la imposición por parte del Gobierno de un estado de alarma muy cuestionado por amplios sectores de la opinión pública.
La segunda batalla, menos visible, pero de mayores consecuencias a largo plazo, se libra en el terreno de las finanzas. Es la batalla que enfrenta a aquellos que pretenden persuadir a los españoles de que la Comunidad de Madrid es una región 'vampiro' y a aquellos que dicen que Madrid es el motor económico de España por méritos propios.
La última escaramuza de esta batalla tuvo lugar el pasado 22 de septiembre, cuando el presidente socialista de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, afirmó en el parlamento regional que Madrid "es una aspiradora que genera desigualdades en España". Lo hizo basándose en las conclusiones de un estudio del Laboratorio de Análisis de Política Públicas del Instituto Valenciano de Investigaciones Económica (IVIE).
Madrileñofobia
La de Ximo Puig no es una opinión excéntrica. La idea de que el liderazgo madrileño se ha conseguido a costa del resto de comunidades lleva oyéndose desde hace meses en comunidades como la catalana –donde el mantra ha calado hondo, no ya en la Generalidad, sino también en diarios como La Vanguardia o El Periódico de Cataluña– y entre amplios sectores del socialismo y del entorno de Podemos.
Esa guerra ha provocado ya ramificaciones siniestras como la de la madrileñofobia. Ejemplos de ella son las declaraciones de Rafael Simancas cuando afirmó que si España era líder mundial en muertes e infecciones no era por culpa del Gobierno, sino de la Comunidad de Madrid. O las de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, cuando afirmó que Madrid es "una bomba radioactiva vírica".
A esa madrileñofobia, negada luego con rotundidad por los implicados, se llegaron a sumar presidentes regionales del PP. Es el caso de Alberto Núñez Feijóo, Fernando López Miras, Juan Manuel Moreno o Alfonso Fernández Mañueco, que exigieron este verano restringir la movilidad de los ciudadanos más afectados por la epidemia en el sobreentendido de que esos eran los de la Comunidad de Madrid.
Un informe de encargo
El informe del IVIE valenciano que pretende demostrar, entre otras tesis, que Madrid es un paraíso fiscal en el contexto español, es un perfecto resumen de los argumentos económicos que se suelen esgrimir contra la Comunidad.
Para comprender las conclusiones del informe del IVIE es necesario saber, sin embargo, que se trata de un informe de encargo y que el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas no es un organismo independiente, sino que depende directamente del Gobierno valenciano, ocupado en estos momentos por el PSOE y por dos partidos de izquierda populista como son Compromís y la rama valenciana de Unidas Podemos.
En dicho informe, que puede leerse aquí, no se niega la prosperidad de Madrid. Al contrario, se dice de ella que destaca por sus "menores tasas de desempleo, mayor crecimiento del número de ocupados (ha duplicado el número de personas empleadas entre 1980 y 2019) y, muy especialmente, por la mayor proporción de ocupados con estudios universitarios".
También se habla en el informe del IVIE de su "fuerte dinamismo empresarial", del protagonismo del sector privado, de su mayor productividad, de su enorme capacidad para atraer talento, del "mayor peso de las ocupaciones de alto nivel de cualificación y salarial" –45 de cada 100 empleados de Madrid desempeñan ocupaciones altamente cualificadas– y de la concentración de un 19,2% del PIB nacional en apenas el 1,6% del territorio nacional.
También se dice que el 44,5% de las 1.000 mayores empresas españolas tienen su sede en Madrid. Madrid concentra también el 29% de los empleados públicos, que suman unas 400.000 personas si se incluye en el cómputo a sus familias, y el 72% de las licitaciones del Sector Público Estatal, equivalentes a un 87% del importe total adjudicado.
Conclusiones de parte
El informe del IVIE, sin embargo, acaba ofreciendo unas conclusiones que coinciden, punto por punto, con los argumentos económicos y financieros de PSOE y Podemos en relación a la Comunidad de Madrid.
Según el IVIE, Madrid debería renunciar a su política fiscal de impuestos bajos e incrementarlos en unos 636 euros por madrileño para obtener unos teóricos ingresos extra de 4.100 millones de euros. "Con esta recaudación adicional, Madrid podría situarse nítidamente por encima de la media de ingresos por habitante, abandonando la última posición que ocupaba en 2017".
También afirma el IVIE que la Comunidad de Madrid debería renunciar a las ventajas fiscales que ofrece al tejido empresarial porque estas reducen los ingresos de otras comunidades. El informe concluye preguntándose de forma retórica si, dadas las supuestas ventajas de la capitalidad, "no debería renunciar Madrid a una estrategia fiscal en la que, apoyándose en las mismas, perjudica a otras comunidades".
Datos clave
Pero el informe omite algunos datos clave sin los cuales la interpretación del efecto capitalidad, así como sus conclusiones, pierden todo el sentido. Son los siguientes.
1. Madrid es la comunidad más perjudicada fiscalmente de España, precisamente por tratarse de la más próspera y pertenecer –a diferencia de las comunidades forales– al régimen común.
2. Madrid no disfruta de ningún privilegio fiscal o jurídico que la diferencie en lo más mínimo de otras comunidades. Todas aquellas medidas aplicadas por la Comunidad de Madrid en su territorio pueden ser aplicadas de inmediato, de forma simétrica, por cualquier otra comunidad española que lo desee. No puede existir competencia desleal cuando todas las comunidades del régimen común disfrutan del mismo –pequeño– margen para rebajar o aumentar impuestos en su territorio.
3. Si hoy se habla de la Comunidad de Madrid es porque esa política financiera y fiscal, la de 16 años de rebajas continuadas de impuestos, ha funcionado. Si no funcionara, ninguna otra comunidad habría puesto el grito en el cielo por la supuesta competencia desleal de Madrid.
4. En 2018, la Comunidad de Madrid recaudó 84.413 millones por IRPF, IVA e impuestos especiales. De ese total, sólo 19.000 millones se quedaron en la Comunidad de Madrid. El resto –65.000 millones– se destinó a financiar los servicios públicos del resto de comunidades autónomas españolas.
5. Madrid aporta el 68% de los fondos del Fondo de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales. Para hacerse una idea de la magnitud de la cifra, basta con saber que Cataluña aporta sólo el 25,5% y Baleares, el 6,5%. Valencia no aporta nada a ese fondo, pero sí recibe de él. Y cada vez en mayor medida: en 2009, Valencia recibió 740.000 euros. En 2018 recibió 1.141.000.
6. De acuerdo a criterios de ordinalidad, Madrid es la Comunidad que más aporta al fondo común, pero la novena en financiación por habitante.
7. Los ciudadanos madrileños recibe 300 euros menos que la media de los ciudadanos españoles a pesar de ser los que más aportan, en conjunto, al resto de España. Según datos de la Comunidad, en 2018 cada madrileño aportó 614 euros a la financiación de los servicios públicos de otras comunidades.
8. Dice el estudio del IVIE que Madrid recaudaría 4.100 millones de euros más si incrementara sus impuestos. Dando la cifra por buena, sólo una pequeña parte de esa cantidad se quedaría en Madrid. Concretamente, el 22,5%. El resto se destinaría a otras comunidades.
9. El incentivo de esas comunidades para que Madrid incremente impuestos, a costa del bolsillo de sus ciudadanos y de la competitividad de sus empresas, es por lo tanto evidente: la mayor parte de ese dinero de los madrileños se lo llevarían ellos.
10. Dice también el informe del IVIE que 100.000 contribuyentes se han mudado a Madrid por su baja fiscalidad. El informe no ofrece una fuente fidedigna para esos datos, pero caso de ser ciertos, esa cifra apenas supondría el 3,2% del total de contribuyentes madrileños.
10. La tesis, en cualquier caso, es insostenible. Pocos ciudadanos tienen la oportunidad de cambiar de lugar de residencia a voluntad manteniendo las mismas condiciones profesionales y personales de las que disfrutaban en su ciudad de origen. Los ciudadanos no se mudan de ciudad por un 1% menos de IRPF. Se mudan porque Madrid ofrece oportunidades laborales y personales que no ofrecen otras ciudades.
11. Dice el cliché que las rebajas fiscales aplicadas en Madrid benefician a las rentas más altas. Es falso. Esas rebajas han supuesto un ahorro del 25% a las rentas más bajas y de sólo un 2,3% a las rentas más altas.
12. En el caso de impuestos como el de Sucesiones y Donaciones, el 54% de las declaraciones madrileñas consisten en herencias de menos de 400.000 euros, cuando la herencia media en Madrid se sitúa en 160.000 euros. Existen comunidades en España, como por ejemplo la asturiana, donde una de cada cinco familias se ve obligada a renunciar a su herencia por no poder pagar las cantidades exorbitadas que exige el Gobierno regional para que estas puedan recibir lo que legítimamente les pertenece.
13. En cuanto al sector público, Madrid es en realidad la quinta región española con menor volumen de empleados públicos sobre el total de trabajadores. Concretamente, el 15,2%.
14. El Impuesto de Sociedades es estatal. Por lo tanto, no influye en los ingresos que proceden del sistema de financiación autonómica. Es decir, que las comunidades autónimas no se benefician de él.
15. En relación al aumento de contribuyentes derivados de contar con mayor volumen de empresas, y aunque gran parte de las retenciones del IRPF sea ingresada en Madrid porque las sedes de sus empresas se encuentran aquí, la distribución se hace en base al lugar donde el contribuyente es residente fiscal.
16. Desde un punto de vista más global, la tesis del efecto capitalidad se derrumba cuando se tiene en cuenta que Madrid lleva siendo capital española desde 1561. Y, a pesar de ello, Madrid ha pasado por épocas donde no sólo no era el motor económico español, sino que se situaba muy por debajo de las comunidades punteras.
17. En este sentido basta con señalar que Madrid ha ocupado el liderazgo económico español sólo a partir de la llegada de la democracia. Durante el franquismo, y debido a las políticas industriales y comerciales proteccionistas del régimen franquista, esas comunidades privilegiadas eran Cataluña y el País Vasco.
18. Ha sido la llegada de la democracia y el fin del proteccionismo –parcial, tanto País Vasco como Cataluña continúan disfrutando de privilegios con origen en viejas leyes medievales– el que ha llevado a Madrid a la posición de liderazgo que ocupa ahora.