El PSOE ha estampado su firma junto a Unidas Podemos, Bildu, la CUP y el resto de partidos nacionalistas del Congreso de los Diputados en un "manifiesto en favor de la democracia" que dice rechazar "los discursos de odio" de la "extrema derecha y la derecha extrema".
El documento en cuestión constituye una respuesta al discurso de Santiago Abascal e Ignacio Garriga en la moción de censura presentada por Vox este miércoles. Éste expresa el "compromiso" de los diez grupos parlamentarios firmantes con "los derechos humanos, la democracia, la justicia social y la igualdad entre todos los ciudadanos y ciudadanas".
"Los dicursos racistas, xenófobos, machistas que hemos escuchado en lo que va de legislatura por parte de la extrema derecha y derecha extrema son incompatibles con los valores propios de un sistema democrático", abunda el texto, que también critica "las estrategias y discursos negacionistas" de la pandemia del coronavirus.
La paradoja está servida. El documento, que censura "actitudes radicales e intolerantes", está firmado por un grupo antisistema como la CUP y por los herederos de Herri Batasuna -brazo político de ETA-, que siguen utilizando ambages para no condenar el terrorismo de ETA.
Para más inri, todos los grupos nacionalistas del Hemiciclo suscriben un manifiesto que aboga por la defensa de "la igualdad entre ciudadanos sin importar el lugar donde hayan nacido".
Los diez partidos firmantes han anunciado que solicitarán ante la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la apertura de los procedimientos de infracción y sanción que correspondan -en función al Código de Conducta de las Cortes Generales- ante comportamientos de diputados que puedan vulnerar los principios de responsabilidad y respeto.
Esto supone un nuevo acercamiento entre el PSOE y EH Bildu. Ambas formaciones ya firmaron en su día la derogación de la reforma laboral, despertando la repulsa de las asociaciones de víctimas del terrorismo. Aunque, eso sí, en aquella ocasión el partido socialista rectificó a las dos horas.