Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. El presidente del Gobierno acostumbra a utilizar todo tipo de circunloquios para no felicitar la Navidad: si el año pasado se limitó a felicitar "las fiestas", este miércoles en el Congreso ha celebrado "las fiestas del afecto". Unas fiestas que, según dice, van "más allá de las creencias de cada cual".
Esto ha provocado la respuesta contundente de Pablo Casado, presidente del Partido Popular. "¿Fiestas del afecto? ¿Tanto les cuesta celebrar la Navidad, que es el nacimiento de Jesús, en un país cristiano, en una civilización occidental en la que creo que podemos reivindicar estas fiestas históricamente sin ningún problema? También usted felicita por Twitter a otras confesiones religiosas. Creo que en España hay que felicitar la Navidad sin problemas".
De este modo, el líder de la oposición afeaba al presidente del Gobierno su uso alambicado del lenguaje para evitar hacer referencia a la festividad católica. Unos ambages que no ha utilizado nunca, por ejemplo, a la hora de felicitar el Ramadán -el mes más importante para la comunidad musulmana- a través de su cuenta de Twitter.
Y es que llueve sobre mojado. Sánchez felicitó el año pasado la Navidad con un escueto "felices fiestas" en castellano euskera, catalán y gallego. "Y mis mejores deseos de justicia, paz y concordia para todos y todas", añadió junto a un vídeo en el que también felicita las fiestas en inglés. No hubo rastro de la palabra Navidad, como tampoco este miércoles en su discurso en el Congreso de los Diputados.