El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves la Ley Orgánica de regulación de la Eutanasia con el apoyo de los partidos que componen el bloque del Gobierno y Ciudadanos, pero con la oposición de Partido Popular y Vox.
La norma ha sido aprobada con 198 votos a favor, 138 en contra y tan sólo dos abstenciones. Ahora, todavía debe pasar por el Senado antes de publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE). A partir de entonces, España será el cuarto país de Europa -sexto del mundo- en despenalizar la ayuda médica para morir.
El debate en el pleno, tal y como se preveía, ha sido muy apasionado. Prácticamente cada intervención era respondida con aplausos y/o abucheos. Pero eso no ha impedido que por momentos se produjera una interesante discusión sobre el sentido de la vida y la muerte. Una discusión que por parte del Gobierno sólo ha presenciado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, único miembro en la bancada azul.
La impulsora de la norma, la exministra de Sanidad María Luisa Carcedo (PSOE), la ha defendido desde la tribuna de oradores como una ley de "consenso" y "acuerdo". Por ello, ha sostenido que "hoy es un día muy importante para las personas que sufren, que sufrieron y para quienes padecieron impotentemente y con frustración el dolor de sus familiares".
La Ley Orgánica de regulación de la eutanasia, según Carcedo, es una norma "que piensa en la condición humana" ya que ésta es "vida y muerte": "Nadie puede obligar a otra persona a alargar una vida con sufrimiento".
Ciudadanos, que no apoyó al bloque del Gobierno en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, ha justificado su sí a esta ley en "favor de la libertad" alegando que "no impone creencias, sino que respeta las de cada uno". Así lo ha defendido Inés Arrimadas, que se ha mostrado "emocionada de participar" en el debate que supone la aprobación de una norma que siempre han defendido desde el partido liberal -también durante la etapa de Albert Rivera como líder-.
Ley "injusta" y "criminal"
El Partido Popular, por boca de su diputado José Ignacio Echániz, ha criticado al Gobierno por organizar un pleno "convocado con prisas" para aprobar una ley "con nocturnidad y alevosía". "Es una ley injusta, inoportuna e inconstitucional", ha sentenciado. Y es que los populares abogan por universalizar los cuidados paliativos y se remiten a que la muerte digna está recogida en el testamento vital para censurar que esta ley "es una derrota para todos".
Vox, el partido que más duro ha sido con la norma, ha criticado "a los herederos del terrorismo y los enemigos de España" por aprobar una ley "despiadada e ilegítima" que "repugna a la razón" e instala una "industria de la muerte". Por ello, la diputada Lourdes Méndez ha anunciado que la recurrirán ante el Tribunal Constitucional.
La imagen anecdótica de la sesión se ha producido, paradójicamente, fuera del Hemiciclo. Y es que mientras se votaban las enmiendas a la ley, varias decenas de personas se han manifestado en las inmediaciones de la Cámara Baja para protestar contra el "Gobierno de la muerte". A esta concentración se han unido para mostrar su apoyo Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros.
Los manifestantes, convocados por la campaña Vividores (impulsada por la Asociación Católica de Propagandistas), han portado máscaras de Dalí -al más puro estilo de La casa de papel- y pancartas en las que se leía "Eutanasia igual a recortes en pensiones, a recorte sanitario y a recortes en dependencia".
Antes de levantar la sesión, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha deseado "unas felices fiestas" a todos los diputados, instándoles a "minimizar los riesgos" y hacer "más grandes los afectos". De este modo, el último pleno del año se ha saldado con la eutanasia encarrilada para su implantación definitiva en 2021.