Una vendetta cocinada a fuego lento. Macerada durante cuatro meses. Ni un solo miembro de la Ejecutiva de Ciudadanos vio venir el golpe. Lorena Roldán, sigilosa hasta el extremo, anunció que rompía su carné el mismo día que fichaba por el Partido Popular. En menos de veinticuatro horas, dejó de ser portavoz naranja en el Senado para convertirse en número dos de los conservadores por la provincia de Barcelona.
Según ha contrastado este periódico, el fichaje se consumó a lo largo de esta semana. Sin intermediarios. Conversaciones mantenidas entre la propia Roldán y Alejandro Fernández, candidato del PP en Cataluña. Se conocían desde hace años, cuando coincidieron como concejales en el Ayuntamiento de Tarragona.
"Más de uno no entendíamos cómo ella era capaz de soportar durante tanto tiempo esa humillación. La apartaron como candidata a la Generalitat y se limitó a decir que todo estaba bien y que era consensuado. Se ha tirado meses retuiteando el argumentario del partido. Jamás levantó la voz. Ahora, de repente, esto. Nadie se lo esperaba", sintetiza uno de los rostros más importantes de Ciudadanos.
Roldán ha elegido las negociaciones de Arrimadas con Sánchez como principal motivo de su marcha, pero nunca militó entre los llamados críticos. Cuando hubo tormenta, no dio la cara. Esperó a que escampara y se mantuvo cerca del aparato.
El primer capítulo de esta historia se escribe en julio de 2019. En ese momento, Lorena Roldán (Tarragona, 1981) es un valor al alza en Ciudadanos. Apoyada por Albert Rivera, gana las primarias catalanas con el 86% de los votos y se convierte en candidata a presidir la Generalitat.
Apenas tres días después, el entonces presidente de Ciudadanos la nombra portavoz nacional de la Ejecutiva. Comienza su etapa de mayor visibilidad. Ruedas de prensa, prime time... "La promocionaron un montón. La llevaron a todas las teles. Fue increíble", relata ahora un importante dirigente de la formación liberal.
En noviembre, tras el descalabro de Ciudadanos en las elecciones generales, Arrimadas se va haciendo con las riendas del partido. En marzo, una vez instalada, aparta a Roldán de la portavocía de la Ejecutiva. La mantiene como líder en el Senado, pero está a punto de dejarla sin el puesto que le había otorgado la militancia: el de candidata a presidir la Generalitat.
Agosto de 2020. El aparato advierte en sus sondeos internos que Ciudadanos corre el riesgo de estrellarse en Cataluña. Roldán no despega como candidata. Tampoco funciona como debería el grupo del Parlament. "No tejió complicidades. De los 36 diputados nuestros, podías contar con los dedos de una mano los que la apoyaban. No fue líder. No funcionó. Por una parte, no le dejaron; por la otra, no supo", revela un testigo de entonces.
Con ese "no le dejaron", esta fuente se refiere a la "mala relación" que siempre mantuvieron Lorena Roldán y Carlos Carrizosa, actual candidato de Cs en Cataluña. En este punto, como ocurre con todas las conspiraciones, unos señalan a Roldán como "víctima", pero otros la acusan de "inanidad".
Seguimos en agosto. El núcleo duro de Arrimadas consensúa su destitución. Un gesto que todavía algunos, incluso los partidarios de Carrizosa, tachan de "error": "Tendrían que haberse convocado otras primarias".
El silencio de Roldán
Para sorpresa de muchos, Roldán se agarra al escaño del Parlament y a su puesto en el Senado. No levanta la voz. No se queja. Apoya a Carrizosa e incluso concede entrevistas para argumentar que el relevo ha sido "pactado".
Aunque su exposición mediática se reduce, Roldán continúa su ronda de radios y televisiones. Tal es su oficialismo que Arrimadas, pese a haberla desplazado, sigue fiándose de ella. La traición no pasa por la cabeza de nadie. "Es que Lorena era muy disciplinada, muy trabajadora, muy de la línea que marcaba la dirección", narra sorprendido otro dirigente.
Llega diciembre. Roldán posa con el árbol de Navidad de Ciudadanos. Promociona al partido entre los jóvenes. ¡Incluso participa en un paseo electoral con Arrimadas por las calles de Barcelona! Sigue compartiendo en redes sociales las consignas de los liberales.
30 de diciembre: su cuenta de Twitter amanece con una carta de renuncia que, al mismo tiempo, exhibe su fichaje por el Partido Popular. Un grupo del que dijo recientemente en el Senado:
"Señores del PP, ¿ustedes a quién pretenden engañar? Ustedes han estado años pactando con los nacionalistas, han estado años haciendo la vista gorda en Cataluña porque les convenía. ¿Se creen que engañan a alguien? ¿Se creen que montando este paripé se nos olvidan todos los años de cesiones y cesiones al separatismo? No han aprendido nada, afortunadamente los catalanes sí. Han abonado el terreno del separatismo".
Esos cuatro meses de silencio de Roldán -entendiéndose el silencio como la ausencia de una reacción a su apartamiento del puesto que se ganó en primarias- han culminado con una de las vendettas más inesperadas de la llamada nueva política.
Un dirigente del PP sentencia: "Es lo que pasa cuando humillas así a la gente".