"Podemos estar orgullosos y satisfechos", decía Fernando Grande-Marlaska este lunes en una rueda de prensa para evaluar la acción del Gobierno ante el rastro de Filomena, la durísima borrasca Filomena, con nevadas y frío polar que se abate sobre España.
Orgullosos "del trabajo de los servidores públicos" y satisfechos "de la coordinación" en las labores de lucha "contra las inclemencias meteorológicas más graves de los últimos tiempos"... Hasta siete décadas se remontó, junto a él, José Luis Ábalos, "para encontrar una emergencia así".
El ministro del Interior comparecía junto a sus comañeros Ábalos y Margarita Robles. Y junto a la titular de Defensa anticipó que -pese a las peticiones del alcalde- no está prevista la declaración de zona catastrófica para Madrid.
"No se puede utilizar las emergencias para una finalidad partidista", advertía Robles, interpretando así la reclamación de José Luis Martínez Almeida. "Los ciudadanos piden unidad, y no es aceptable caer en la tentación de usar estas inclemencias políticamente", sentenció.
Las ayudas tendrán que esperar
Eso sí, inmediatamente la ministra ofreció su cara amable: "El Gobierno siempre tenderá la mano". Pero antes de declarar zonas catastróficas o de habilitar ayudas a los ciudadanos o a los comercios afectados, el Gobierno quiere evaluar los daños con calma. "Habrá que cuantificarlos para atender las peticiones que lleguen... pero ya estamos tomando datos en cada actuación" para asegurar los servicios esenciales. A pesar de haber activado la Preemergencia 1 el jueves -ya empezada la nevada-, aún hay cortes de electricidad en 10 zonas de Madrid y Castilla-La Mancha.
Y es que a la enorme nevada de 48 horas continuadas se encadena ahora un desplome de temperaturas, que convertirá en hielo los más de 20 o 30 centímetros de nieve acumulada, provocando bloqueos en los transportes, desprendimientos de árboles y cornisas, accidentes y desabastecimiento.
La Preemergencia 1 ante las inclemencias, activada el pasado día 7 -cuando comenzó la gran nevada- sigue vigente y, "por ejemplo en Madrid, hay más 1.000 efectivos de la UME desplegados, con el apoyo del Ejército de Tierra", dijo Robles: "No regatearemos ningún esfuerzo". Entre otras cosas, porque "aún quedan días muy complicados", razón por la que pidió mantener la prudencia.
La magnitud de la emergencia ha sido magnificada por los tres miembros del Gobierno. "Es lo que la diferencia de cualquier otra en los últimos años", explicaba Ábalos. "Han pasado más de 70 años desde un episodio similar", dijo antes de extraer "una enseñanza" de esta emergencia: "Necesitamos que las Administraciones se doten de más recursos para hacer frente a situaciones como ésta".
130 carreteras, 5.000 camiones...
Aun así, a pesar del orgullo y la satisfacción del Ejecutivo, aún hay "una decena de zonas urbanas sin electricidad", todavía quedan "más de 130 carreteras cerradas", ha habido cuatro "accidentes por vuelco de quitanieves", y hasta este lunes por la mañana no se ha podido "liberar el paso a Mercamadrid", el mayor polo logístico de España. Es más, Ábalos ha admitido que alrededor de 5.000 camiones siguen bloqueados, "de los 13.000 que se vieron afectados por la nevada" desde el pasado viernes.
El ministro de Transportes ha explicado también los ofrecimientos a los Ayuntamientos para despejar las vías necesarias para "la distribución de alimentos". Sobre todo en el municipio de Madrid y su corona metropolitana, "la más afectada por la nevada". Permanecen desplegadas las más de 1.300 quitanieves en las dos mesetas y el noreste para liberar las vías, que en muchas zonas aún prohíben el paso a vehículos pesados y articulados o exigen cadenas a los ligeros: "Las placas de hielo aún suponen una gran amenaza", dijo el ministro Ábalos, "la emergencia no ha acabado".
Y es que tras la mayor nevada en décadas, ahora viene "el desplome de las temperaturas", que supondrá un gran riesgo para la seguridad de las personas, dijo Robles. Los termómetros caerán "a los 13 bajo cero este martes previsiblemente", advirtió Marlaska.
Pedro Sánchez, presidía este lunes por segundo día consecutivo la reunión del CECOD este lunes tras las enormes nevadas del fin de semana y en el primer día de la caída brutal de temperaturas "hasta los 11 grados bajo cero" que este martes "puede llegar a los 13 grados bajo cero". Fernando Grande Marlaska, en rueda de prensa, reconocía el dato de que aún hay 391 carreteras afectadas, con 260 de ellas obligadas al uso de cadenas y las otras 138 aún cerradas.
Las vacunas y los alimentos
"La mayoría son vías de acceso a polígonos industriales y a grandes núcleos urbanos", reconocía Marlaska. "Es necesario evitar los movimientos innecesarios", reclamó el ministro. "Son las condiciones meteorológicas más adversas de los últimos tiempos". Y aun así, anunció que "ya ha comenzado la desescalada en varias Comunidades Autónomas".
...en realidad, sólo son Cantabria y Cataluña las que han comunicado que cancelan la emergencia por nevadas, "aunque pendientes del desplome de las temperaturas que se cierne ahora".
Los aviones que traían la vacuna de Pfizer este lunes, las más de 350.000 dosis de cada semana, "han llegado a su hora y la distribución se está realizando con toda normalidad por la Guardia Civil", dijo el ministro del Interior. Si bien es cierto que los aviones no pudieron llegar a Madrid-Barajas, su estación inicial, como estaba previsto.
El Gobierno, a través de Protección Civil, se ha centrado estos días en "asegurar el funcionamiento de las actividades esenciales y los servicios públicos fundamentales", la sanidad, la seguridad y la distribución de alimentos y medicinas. Y a garantizar los suministros energéticos, "lo hemos logrado salvo en una decena de zonas urbanas que aún tienen cortes de electricidad".