Políticos de todos los colores se dieron el sábado una tregua para hacer un frente común a la borrasca, que cubrió con un manto blanco buena parte de la geografía española. Sin embargo, la "colaboración mutua" que exhibían se derritió mucho antes que la propia nieve. Minutos después de que el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, planteara la posibilidad de declarar a Madrid zona catastrófica, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, neutralizaba sus aspiraciones: "No hay daños importantes a bienes públicos ni privados".
Sin embargo, este lunes, el ministro de Transporte, José Luis Ábalos, abria la puerta a la petición de Almeida, pero pedía tiempo para evaluar los daños. "Ya no existe esta figura, ahora tiene otra denominación, zona especialmente afectada. Hay una norma y antes de plantearse una declaración de este tipo hay que evaluar los daños cuando el temporal amaine. Ahí será el momento de plantearse una declaración de este tipo".
También el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, ha defendido que la posible declaración de Madrid como "zona catastrófica", es por lo pronto "apresurada" pero que "hay que considerarlo".
Madrid amanecía el domingo con las carreteras limpias de nieve pero amenazadas por el hielo. Los trenes empezaron a salir y entrar a la capital desde las dos de la tarde y el aeropuerto de Barajas retomaba poco a poco su actividad, aunque las autoridades han solicitado encarecidamente a los ciudadanos que no viajen en coche si no es absolutamente imprescindible. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presidió la reunión de protección civil que se celebró el domingo a primera hora en la sede del Ministerio del Interior con Marlaska y el ministro de Transportes, José Luis Ábalos.
El Partido Popular rompió la aparente tregua señalando al presidente y acusándole de "salir a hacerse la foto dos días después de la nevada". La oposición se queja de que Sánchez levantó el teléfono para interesarse por la situación de las autonomías más castigadas por la borrasca Filomena a las cuatro de la tarde del sábado, 24 horas después de que arrancara el temporal más difícil que se recuerda en los últimos 50 años. "El Rey llamó antes que el presidente del Gobierno. Inaudito", se quejan.
El ministro Ábalos tuvo que defender "con rotundidad" la acción del presidente Sánchez en la elaboración del sistema de coordinación ante el temporal. "Todas las actuaciones han sido supervisadas por él. Es el presidente del Gobierno quien ha seguido toda la operativa, y ha tenido presencia en la reunión para recibir información de primera mano y prever actuaciones futuras", reiteró el responsable de Transportes.
"Sobre el terreno"
Mientras el Gobierno se defendía de las acusaciones de inacción de Sánchez cuando descargó con furia la borrasca, los conservadores agradecían a los servicios de emergencias su labor y compartían en sus redes sociales la imagen del alcalde de Madrid empujando un coche que se había quedado atrapado con la nevada. El mensaje más compartido fue: "Uno sobre el terreno y otro en todoterreno", donde se comparaba a Almeida tras un vehículo particular empapado por la nieve y el presidente del Gobierno bajando de un coche de gran cilindrada.
Pablo Casado esquivó entrar en la polémica y optó por presentarse como un político que colabora. El presidente del PP se ofreció a limpiar la nieve acumulada en las inmediaciones de varios centros de salud de Madrid donde se hacen pruebas Covid. La imagen, pala en mano, se utilizó para comparar al líder de la oposición ayudando a despejar las aceras con la imagen de un presidente del Gobierno "que solo ha puesto un tuit".
Zona catastrófica
Ante la crisis que provocó la borrasca de nieve, el Gobierno optó por replicar la fórmula que utilizó para informar sobre la pandemia: dos ministros han informado dos veces al día sobre la situación metereológica. En la rueda de prensa del domingo por la tarde, el ministro del Interior echó por tierra el interés del alcalde de Madrid de declarar zona catastrófica a la capital por los daños causados por Filomena.
Marlaska insistió en que no existe como tal la "declaración catastrófica en España", sino el de "declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil". El ministro recordó que algunas zonas de España fueron declaradas afectadas por la gota fría del año pasado, pero los dos escenarios no son comparables porque Madrid, a su juicio, no ha sufrido como entonces.
El ministro corrigió al alcalde y puntualizó que esta es una situación de emergencia consecuencia de otra emergencia de protección civil. "Hay que garantizar la prestación del conjunto de los servicios públicos por parte de todas las instituciones que conforman el sistema nacional de Protección Civil. Y en eso estamos", zanjó Marlaska.