La guerra soterrada que viene manteniendo Ferraz con Susana Díaz salió a relucir este sábado en la celebración del comité federal socialista. En un claro aviso a la patrona del PSOE andaluz, Pedro Sánchez y los intervinientes de su cuerda alabaron la "generosidad" de Miquel Iceta, que se apartó para dejar paso a Salvador Illa en cuanto lo reclamó Moncloa.
La actual dirección socialista sigue trabajando para recuperar importantes feudos autonómicos en los próximos comicios regionales. Ahí entra la deriva andaluza, donde la coalición entre PP y Ciudadanos -con el apoyo externo de Vox- desbancó al PSOE tras cuatro décadas en el poder.
Susana Díaz, aun consciente de la opinión de Ferraz, ya ha decidido presentarse a las primarias. Sabe que la batalla será más desigual que la vez anterior, ya que ha perdido mucha influencia orgánica en detrimento de Sánchez.
Precisamente por eso, concibe que las primarias para decidir el líder del PSOE-A deben servir también para nominar al candidato. Un extremo que no interesa a Ferraz. Sánchez ya tiene en mente varios nombres para sucederla. Los dos favoritos parecen Felipe Sicilia -diputado por Jaén- y Juan Espadas, actual alcalde de Sevilla.
Miquel Iceta fue el encargado de prologar, en el Comité Federal, las intervenciones de Sánchez e Illa. El cónclave socialista sirvió, entre otras cosas, para convocar el gran Congreso -mediados de octubre-. A partir de ahí, las delegaciones autonómicas del PSOE tendrán noventa días para celebrar sus propios procesos internos.
Presión interna
Por tanto, Susana Díaz cuenta con aproximadamente once meses para fortalecer su equipo y recabar apoyos en territorio andaluz. De puertas hacia fuera, la expresidenta de la Junta reitera que enterró el hacha de guerra y que nada queda de aquel enfrentamiento.
Incluso alaba todo lo que puede a Pedro Sánchez, algo que sucedió este mismo domingo. En su intervención, Díaz situó al presidente como el gran valedor de la "España verde, feminista y cohesionada".
Aunque el presidente no se ha pronunciado en público sobre la tesitura andaluza, sí consta en las intervenciones de otros dirigentes destacados el argumentario deseado por Ferraz: exigir "renovación" en los liderazgos autonómicos. Ahí encaja Díaz, que en noviembre cumplirá ocho años como secretaria general del PSOE-A.
En respuesta, Susana Díaz arguye que sigue funcionando como candidata, que gana elecciones. Se remite también a las últimas, donde sólo pudo desbancarla "el pacto con la ultraderecha".
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, trasladó a los medios la idea de "renovación" y de actuar con "generosidad" después de reunirse con José Luis Ábalos, mano derecha de Pedro Sánchez.
A Díaz no le tiembla el pulso. Antes que cualquiera de sus posibles rivales, se ha adelantado para anunciar -sin el aval de Ferraz- que intentará revalidar su cargo orgánico y, al mismo tiempo, repetir como candidata del PSOE a presidir Andalucía.