A efectos de campaña, pocas diferencias habrá entre la Inés Arrimadas candidata de 2017 y la Inés Arrimadas presidenta del partido en 2021. Una y otra coparán la agenda catalana de Ciudadanos durante las dos semanas previas a las elecciones. Así lo trasladan fuentes oficiales de la formación.
Desde este jueves hasta el 14 de febrero, Arrimadas trasladará su cuartel general a Barcelona, donde participará en actos junto al verdadero aspirante, Carlos Carrizosa, "casi todos los días". La única excepción que podría devolver a la líder liberal a Madrid sería un pleno en el Congreso de los Diputados, donde ocupa un escaño.
Arrimadas es consciente de la relevancia de esta cita para Ciudadanos. El primer motivo enraíza en el origen del propio partido: el combate del nacionalismo. El segundo entronca con su supervivencia: un sorpasso de PP o Vox hurtaría a los naranjas su principal razón de ser, lo que ellos llaman "la verdadera oposición constitucionalista".
De ahí que Arrimadas vaya a echar el resto, casi como si ella misma fuera la candidata. Las encuestas pronostican una fuerte caída de Ciudadanos, que podría pasar de los 36 escaños -ganaron las elecciones- a los 15. No obstante, distintas fuentes de la Ejecutiva consultadas por este periódico mencionan que, allí, el suelo electoral de la formación es "mucho más fuerte de lo que parece".
Dos argumentos principales capitalizarán el mensaje naranja: "Votar a Illa es votar un tripartito PSC-ERC-Podemos" y "Cs es la verdadera opción para echar al nacionalismo". Para sustentar lo primero, se remitirán a los pactos de Sánchez en el Congreso. Para afirmar lo segundo, señalarán a los socialistas y al PP por haber descartado una coalición electoral.
Lo único que no podrá hacer Arrimadas será protagonizar los debates: habrá varios. La Vanguardia, TV3, TVE, Atresmedia... Pese a su desembarco en Madrid, la jerezana sigue votando en Cataluña. Conviene mencionar que salió elegida diputada por Barcelona.
Debido a la pandemia, Ciudadanos se volcará en la promoción del voto por correo. Inaugurará el gesto la propia Arrimadas, que se desplazará a una sucursal para solicitarlo. Carrizosa, no obstante, votará de manera tradicional el 14 de febrero.
Tampoco habrá actos con público -salvo sorpresa de última hora-, así que el hábitat de Arrimadas y Carrizosa será una especie de set de televisión en el que, cada tarde, se analizará la actualidad catalana desde distintos puntos de vista -retransmisión vía streaming-.
Por allí pasarán también Begoña Villacís, Luis Garicano, Juan Marín, Toni Cantó, Ignacio Aguado... Incluso Paco Igea, pese a sus desavenencias con la dirección nacional -se enfrentó a Arrimadas en las primarias-. Este domingo, con el objetivo de sacar músculo, Ciudadanos celebrará también en Barcelona -y no en Madrid, como suele ser habitual- su comité ejecutivo nacional.
La estrategia
En el cambio de Illa por Iceta se esconde una clara derivada estratégica: Sánchez cree que con un candidato menos afín al nacionalismo puede birlar a Ciudadanos gran parte de sus votantes.
Arrimadas ya le ha lanzado una oferta: si ambas fuerzas suman, apoye un gobierno presidido por Ciudadanos. Las encuestas, de momento, dibujan la pregunta contraria: ¿Ciudadanos apoyaría un gobierno liderado por el PSC?
"Esto acaba de empezar. No vamos a entrar en ese marco mental que ha creado Moncloa. Cuidado con el efecto Illa y las encuestas. En 2017, nos daban empatados con el PSC", reseña un importante miembro de la Ejecutiva en charla con EL ESPAÑOL.
"La única posibilidad de que haya un gobierno constitucionalista en Cataluña es que Ciudadanos esté dentro. ¿Por qué? Porque el PSC no lo quiere, prefiere el tripartito. Si lo quisiera, ya nos habría declarado socios prioritarios para el día siguiente a las elecciones. Si lo quisiera, no habría pactado los Presupuestos con Bildu y ERC pudiendo haberlo hecho con nosotros", incide esta fuente.
"El PSC tiene un complejo monumental. No cree en la alternancia. Piensa que la única forma de gobernar Cataluña sin ahondar la fractura pasa por hacerlo con los nacionalistas", reiteran desde Ciudadanos.
La conclusión de los de Arrimadas es clara: "El PSC pretende utilizar el voto constitucionalista para pactar con ERC. Ese es su plan. El PSC es el caballo de Troya, no el voto útil para echar al nacionalismo".