Dos nombres propios: Carlos Cuadrado y José María Espejo. Vicesecretarios de Ciudadanos. Custodios del poder orgánico. Regidores de las negociaciones con el Gobierno. Supervisores de las corporaciones autonómicas y municipales. En la Ejecutiva de este lunes por la tarde -que se prolongó hasta las doce de la noche-, algunos de los dirigentes más notables de la formación han pedido a Inés Arrimadas que les aparte de la toma de decisiones.
A tenor de lo contrastado por este periódico, se han producido varias peticiones en ese sentido. Algunas muy directas. Otras entre líneas. Han hablado quienes venían reclamando ese gesto antes de las elecciones catalanas, pero también muchos de los que hasta hoy habían guardado silencio.
Inés Arrimadas no ha dado muestras de querer aceptar el ruego. Ha llamado a la unidad y ha celebrado lo intenso del debate, pero protege a Cuadrado y Espejo. Ciudadanos ha perdido en Cataluña un 86% de los votos y 30 de sus 36 escaños. Una debacle que, en gran medida, la jerezana endosa a Albert Rivera. Con el argumento de que, en noviembre de 2019 -últimas generales-, la intención de voto era la misma que ha cristalizado el 14-F.
"Inés tiene que reaccionar. No le queda otro remedio. No se puede permitir perder a la gente más importante de la Ejecutiva", cuenta a este periódico un mandatario de Ciudadanos. Ahora mismo, la calle Alcalá es un polvorín, y ni siquiera dentro descartan que la pasividad de Arrimadas termine por romper las costuras del máximo órgano del partido.
"Cuadrado y Espejo mandan en todo y sobre todo. Finanzas, posicionamientos políticos, organización... La calidad democrática dentro es bajísima. Los resultados de Cataluña son una catástrofe y ellos organizaron también la campaña. No pueden conservar sus responsabilidades", aduce otro notable dirigente.
Antes de que esto se convierta en "el principio del fin", importantes miembros de Ciudadanos ya se están organizando para dibujarlo como "el principio de un comienzo". Quieren caras nuevas. "Otra forma de hacer política". Y así se lo han hecho saber a Arrimadas en una cumbre que se ha prolongado mucho más allá del toque de queda.
Ya no son sólo los críticos quienes reiteran que Ciudadanos ha renunciado al "discurso épico" que, en su día, les aupó a ganar las elecciones en Cataluña. Sienten que sus propuestas estuvieron desaparecidas en campaña y que los eslóganes elegidos fueron "un desastre".
"Todas esas decisiones no se nos consultaron. Las tomaron Espejo y Cuadrado. En la Ejecutiva, anterior, en Barcelona, ni siquiera pudimos tomar la palabra. Nos llevaron para el posado gráfico", asevera otra de las fuentes consultadas.
"Si Inés se blinda y no toma decisiones, estaremos muertos. No es una cuestión ideológica, sino de actitud, de propuestas y emociones. Hemos cedido el campo de la firmeza y de la calle a Vox. No estamos sabiendo conectar con la gente", arguye otro de los líderes entrevistados.
De un tiempo a esta parte, el aparato del partido sostenía que las críticas contra Espejo y Cuadrado eran fruto de la ambición "del que no manda y quiere mandar". Sin embargo, ese argumento decae a la vista de los resultados.
En Galicia, Ciudadanos volvió a quedarse fuera del Parlamento. En País Vasco, confluyó con el PP para obtener media docena de escaños... y en Cataluña se ha consumado la mayor debacle de la Historia del partido. Un naufragio que ha hecho empalidecer el de Albert Rivera.
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