Hoy se habla mucho del "ensanche del centro" por el que parece apostar el PP de Pablo Casado. Incluso de su velada oferta a Pedro Sánchez de este miércoles en el Congreso: "Eche a sus ministros radicales y construyamos un nuevo comienzo para España". Pero hace cuatro meses los intereses políticos estuvieron a punto de hacer tan extraños compañeros de cama como el PP y ERC, Ciudadanos y JxCat... sólo una promesa a última hora de Pedro Sánchez lo evitó.
Una promesa que el Gobierno no piensa cumplir. Este periódico ha podido confirmar en fuentes oficiales del Ejecutivo que no va a convocar la Conferencia de Presidentes que debía decidir antes del 9 de marzo si el actual estado de alarma se mantiene hasta el 9 de mayo.
"Es el PSOE, qué quieres, no cumple nunca nada", lamentaba este miércoles uno de los líderes indepes que se rebelaban el 28 de octubre. En el mismo escenario en el que explicaba aquel día los pormenores de sus negociaciones con Teodoro García Egea, número dos popular.
No hay que olvidar que esta comparecencia del presidente en el Congreso en un pleno monográfico es producto de un pacto de finales de octubre en el que Sánchez se vio obligado a prometer varias cosas a sus socios de legislatura para que no se aliaran con el PP y le tiraran abajo la prórroga de seis meses para su estado de alarma.
El PP con los indepes
Corría el 28 de octubre todavía de 2020 y el PP lideraba la rebelión contra el medio año largo de excepcionalidad constitucional, restricciones en la actividad comercial y limitación de la movilidad y las libertades de reunión. En el patio del Congreso, Laura Borràs anunciaba las conversaciones "muy avanzadas" de los independentistas de Junts con los populares de Casado. Y que el principio de acuerdo para tumbar el decreto de alarma incluía a Esquerra, Más País y Compromís.
Fuentes de JxCat confirman esta información y añaden que se está "negociando entre todos" con el objetivo de "presentar una enmienda conjunta".
Eso sí, el PP ponía como condición que nadie hablara con Bildu, que no aceptaban ningún acuerdo que incluyera a los herederos de Batasuna. Y por ahí, por ese resquicio, se coló Pablo Iglesias. En su labor de zapa con "el bloque de investidura" al que estaba convirtiendo en "bloque de legislatura", pues al mismo tiempo se negociaban los Presupuestos, logró romper la extraña rebelión en la que el PP tiraba de un carro de nacionalistas, independentistas e izquierdistas radicales.
Unidas Podemos habló con los independentistas vascos, que tienen acordada unidad de acción parlamentaria con ERC. Y a ambos les ofreció: cada mes, el ministro de Sanidad; cada dos meses, el presidente; y a los cuatro meses una Conferencia de Presidentes autonómicos decide si el estado de alarma se levanta o sigue adelante. Y Sánchez logró su pacto, sofocó el motín a bordo de su mayoría frankenstein.
En la sesión de control de aquel miércoles, Sánchez ya había llegado a ofrecer bajar de seis a cuatro meses la duración de la alarma "y que sea en el seno del Consejo Interterritorial de Salud donde se decida si se mantiene o no, el próximo 9 de marzo". Y la negociación final le añadió la promesa de que esa decisión se ratificara en una Conferencia de Presidentes.
Faltan apenas 12 días para esa fecha. La convocatoria de la Conferencia de Presidentes depende del Ministerio de Política Territorial, hoy ocupado por Miquel Iceta, a quien no se le ha vuelto a ver desde la semana de su nombramiento. El reglamento del foro presidencial, publicado en la web del Ministerio [consúltelo aquí en PDF], obliga a una convocatoria "con una antelación mínima de veinte días naturales", según su artículo 4.1.
Y así, ya no hay tiempo de hacerlo para cumplir con la promesa del presidente. Puesto en contacto con el departamento, este periódico ha podido confirmar en fuentes oficiales que el Gobierno, efectivamente, no tiene intención alguna de convocar a los líderes autonómicos.
"Asustar al PSOE con algo"
Ya este martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, María Jesús Montero apuntaba en esta dirección asegurando que "no se dan las circunstancias para una desescalada acelerada", porque "las CCAA necesitan las herramientas que les permite el decreto de alarma". Y, por tanto, "no hay motivo para levantarlo". Así, Sánchez mantendrá la excepcionalidad constitucional sin haber consultado con la Conferencia de Presidentes.
Y según ha podido saber este diario, sin comunicar la decisión siquiera a los gobiernos regionales. Al menos, así lo confirma un diputado de Esquerra, partido que ostenta en la actualidad la presidencia en funciones de las Generalitat catalana, y él mismo negociador habitual con el Ejecutivo.
"No, Moncloa no ha comunicado ni una convocatoria ni los motivos por los que incumple su promesa", explica a este parlamentario. "Tenemos que hacernos más fuertes con Podemos y asustarles con algo". Por ejemplo, ¿la Ley de Vivienda? "Para empezar, ya hemos pedido la comparecencia de Ábalos para explicar por qué se salta su compromiso de regular los alquileres... y sin nosotros, esa ley no se aprueba".