Pablo Iglesias no comunicó a Pedro Sánchez su decisión de dimitir como vicepresidente segundo del Gobierno hasta unos minutos antes de hacerlo público. Así lo ha podido confirmar este periódico en fuentes conocedoras de la conversación entre el presidente y su socio este lunes por la mañana.
El movimiento político del líder de Unidas Podemos pretendía cambiar el signo del terremoto político iniciado el miércoles pasado con la moción de censura lanzada en Murcia. Y lo ha llevado a cabo vengándose de "este nuevo intento de alianza entre el PSOE y Ciudadanos". Iglesias aprovechó que su socio se encuentra este lunes en la cumbre de Montauban con Emmanuel Macron.
Una cosa es que estos escasos 14 meses de Gobierno hayan "consolidado de forma evidente los liderazgos de compañeros y, sobre todo, de compañeras que tienen un inmenso futuro por delante" y otra cosa es que ellos y, sobre todo, ellas supieran lo que iba a pasar este lunes por la mañana. Ni Yolanda Díaz, postulada a vicepresidenta, ni Ione Belarra, propuesta para ministra, sabían de las intenciones de su jefe.
Tampoco en Moncloa se conocía la decisión de Iglesias, que implica una nueva crisis de Gobierno, como la que impulsó Sánchez en el Ministerio de Sanidad, ante las elecciones catalanas, para las que postuló a Salvador Illa, provocando las críticas de los morados.
Los equipos de Yolanda Díaz y de Ione Belarra no tenían ni idea del vídeo que se había grabado Iglesias en su despacho de vicepresidente segundo del Gobierno. No tenían ni idea de que sus puestos de trabajo promocionaban -de ministra a vicepresidenta segunda; de secretaria de Estado a ministra- hasta cinco minutos antes de que el líder hiciera pública su decisión.
Evidentemente, su hasta ahora número dos y en breve ministra de Derechos Sociales no reaccionó igual que Moncloa a no haber sido informada "hasta cinco minutos antes". Al contrario, Belarra elevó a su jefe a una "altura histórica" por su decisión de dejar el Ejecutivo a cambio de luchar contra las derechas en Madrid.
Ya está en campaña
Y en Moncloa, hasta el entorno del presidente Sánchez estaba aturdido por el salto mortal de su socio, tal como ha confirmado EL ESPAÑOL. Iglesias dejará el Ejecutivo "cuando dé comienzo la campaña electoral" y le ha comunicado en la mañana de este lunes a Pedro Sánchez su deseo de que, "en los días que quedan" se impulse definitivamente "la ley de Vivienda" y "otros compromisos clave".
Eso quiere decir que ya ha comenzado la campaña, en realidad, en la que Iglesias competirá con el candidato del PSOE, Ángel Gabilondo. Iglesias no quiere irse del Ejecutivo sin hacer una demostración de fuerza.
Su pelea con los socialistas en por la negativa del equipo económico de Nadia Calviño a aceptar "la intervención del mercado de los alquileres" ha provocado broncas públicas de alto voltaje en los últimos dos meses, mientras Sánchez evitaba recibir a Iglesias en sus -hasta entonces- habituales reuniones semanales mano a mano.
Que el líder morado haya colocado este asunto entre sus tareas antes de irse del Ejecutivo convertirá -al menos mediáticamente- cualquier avance en este campo en una victoria de Unidas Podemos. Y cualquier retraso en una ley que ya lleva mes y medio de demora sobre el calendario previsto, en una muestra de que -como dice siempre Podemos- "el PSOE sólo hace políticas de izquierdas si se ve presionado".
El exministro de Educación es, efectivamente, el cabeza de lista confirmado por los socialistas para las elecciones del 4-M en Madrid, a pesar de que Moncloa ya no lo tenía en su radar. Pedro Sánchez lo había apuntado en su lista de nuevos cargos -la que negociaba con el PP para la renovación de los órganos constitucionales- como Defensor del Pueblo.
Contra Errejón, el PSOE y Ayuso
Ahora, el líder de Unidas Podemos, experto en campañas electorales, confrontará con un cabeza de cartel del PSOE que no parece más que un descarte por la urgencia del adelanto electoral.
Así, Iglesias cambia el paso de la campaña, se venga de Íñigo Errejón -que no tiene más remedio que unirse a él, a pesar de que las encuestas daban el triple de escaños a Más Madrid que a Unidas Podemos- y gasta una penúltima bala en intentar el sorpasso al PSOE en la región con más foco mediático.
Iglesias se puso todas las medallas del Gobierno en estos 14 meses y las vinculó también al "horizonte republicano"... Curiosamente, Sánchez celebraba la cumbre hispanofrancesa en la localidad gala donde está enterrado Manuel Azaña, expresidente de la II República Española.
Al mismo tiempo, esconde que los sondeos electorales publicados hasta la fecha ponían en riesgo la misma presencia de los morados en la Asamblea madrileña -la lista que iba a encabezar Isa Serra caía a la frontera del 5%, bajo la cual no se obtiene representación- y polariza la campaña. El plebiscito que planteó Díaz Ayuso el pasado miércoles al convocar, colocando el eslogan "socialismo o libertad" se ha convertido ahora en Ayuso o Iglesias... o como ya ha dicho la lideresa madrileña, "comunismo o libertad".
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