Pablo Iglesias abandona el Gobierno y se postula como candidato de Unidas Podemos a la Comunidad de Madrid el próximo 4 de mayo, en las elecciones convocadas por la líder del PP madrileño, Isabel Díaz Ayuso.
El líder morado ha propuesto a Pedro Sánchez que Yolanda Díaz "ocupe la vicepresidencia segunda del Gobierno que le corresponde a Unidas Podemos" y que Ione Belarra lo sustituya a él "al frente del Ministerio de Derechos Sociales y para la Agenda 2030". Pero -lo más llamativo en el espacio de la izquierda radical-, además, Iglesias ha hecho un llamamiento público invitando a Íñigo Errejón a que se sume a su proyecto.
Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, el vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030 abandona su puesto, una decisión "muy meditada en los últimos días" después que Isabel Díaz Ayuso convocara elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid el pasado miércoles, tras la moción de censura de PSOE y Ciudadanos al PP de Murcia.
Iglesias confirma, así, el plan de las izquierdas de aceptar el reto de que las elecciones en Madrid sean un plebiscito. Si Ayuso planteó una dicotomía entre "socialismo o libertad" -ahora, recrecido a "comunismo o libertad"-, fuentes de Gobierno confirmaron a este diario que su respuesta sería una campaña basada en "ultraderecha o libertad". Aunque lo cierto es que ése era el plan del ala socialista del Ejecutivo, y ahora Iglesias ha tomado la delantera al PSOE.
Iglesias dejará el Ejecutivo "cuando dé comienzo la campaña electoral" y le ha comunicado en la mañana de este lunes a Pedro Sánchez su deseo de que, "en los días que quedan" se impulse definitivamente "la ley de Vivienda" y "otros compromisos clave".
La heredera
La noticia ha sido anunciada por el propio Iglesias en un vídeo de más de siete minutos remitido a los medios de comunicación. En él no sólo postula a Yolanda Díaz a la vicepresidencia segunda del Gobierno, sino que la designa heredera, y consolida su candidatura a la sucesión en el liderazgo de la izquierda a la izquierda del PSOE.
"A la persona en la que todos estamos pensando", plantea Iglesias en su discurso antes de nombrarla, "debemos animarla a que lidere el proyecto y sea la próxima presidenta del Gobierno de España".
Según Iglesias, su bagaje como vicepresidente segundo "en este tiempo en el Gobierno", le da legitimidad para presentarse como "líder y unificador" de la izquierda "para echar a Ayuso" y evitar "el asalto de la derecha trumpista a las instituciones". El todavía vicepresidente segundo del Gobierno considera que "España está en transición" y que, en este proceso, es perentorio "evitar que los criminales de ultraderecha tomen el poder apoyados por los poderes económicos y mediáticos".
El líder morado se muestra a sí mismo como un "valiente" que sabe "elegir dónde es más útil como militante" para su causa. Y además presenta la oportunidad como la adecuada para "entender que ha llegado el momento de nuevos liderazgos", y que éste es el de "la mejor ministra de Trabajo de la historia".
Nuevo intento de 'sorpasso'
Lo que está claro es que las elecciones en la Comunidad de Madrid del 4-M se están consolidando como una suerte de primarias. Una vez más, la nueva política trata de consolidarse a través de ensayos generales, como ya hizo Podemos en su primera comparecencia electoral, las europeas de 2014, y después en las municipales y autonómicas de 2015.
No en vano, Iglesias no ha dejado escapar la oportunidad de recordar "las candidaturas de unidad popular que impulsamos en los municipios" y los gobiernos autonómicos que lograron consolidar después.
Con su movimiento, el líder de Unidas Podemos aprovecha la confirmación de Ángel Gabilondo como candidato socialista para intentar un nuevo asalto al soñado sorpasso al PSOE. Iglesias en la papeleta es una apuesta arriesgada pero, sin duda audaz, frente a un líder que nunca ha ejercido como tal y que el propio Sánchez estaba postulando a Defensor del Pueblo, para iniciar un proceso de renovación en Madrid... y al que este adelanto electoral ha pillado con el pie cambiado.
Fuentes de la formación morada llevan desde el miércoles pasado, cuando todo este terremoto político dio comienzo, recordando que es el PSOE el que quiere tener "siempre a mano a Ciudadanos". Y eso es lo que comenta Iglesias en su vídeo para justificar su cabriola electoral: "Este nuevo intento de alianza entre PSOE y Ciudadanos no es la vía para parara a la ultraderecha", sentencia el socio de Pedro Sánchez, "porque eso no se hace de la mano de partidos tránsfugas", sino con una candidatura fuerte, afirma Iglesias.
Errejón, invitado
"Ésta es la oportunidad de un nuevo gobierno de izquierdas en Madrid, un gobierno que defienda lo público, la justicia fiscal y que atienda a la gente trabajadora".
Y para eso, Iglesias invita a su antiguo amigo Íñigo Errejón: "Los compañeros de Más Madrid pueden pensar de manera distinta, y será difícil porque quedan cicatrices", admite el vicepresidente saliente del Gobierno, "pero creo que soy útil liderando esta candidatura".
La jugada le cuadra a Podemos también para fagocitar la aventura del hasta hace unas pocas horas todavía "traidor" Errejón. Porque soslaya a la líder del errejonismo, Mónica García, actual líder parlamentaria de Más Madrid pero desconocida y con un tirón indudablemente menor al de Iglesias.
"El 4-M se decide si la ultraderecha consuma su asalto a Madrid o si los paramos", plantea Iglesias como marco de actuación. "Y si hay una oportunidad es ésta". Además, con este volantazo, según las fuentes de su entorno, Iglesias trata de transmitir "su falta de apego al poder personal". Y su empeño por ir dejando las labores de Gobierno, como ya informó este periódico.
Salvar a Podemos
Pero también hay que leer este movimiento como un salto mortal de Iglesias para salvar a Podemos. El líder morado sabe bien cómo funciona la política en España, no en vano presume de su manejo de los tiempos y de "decir la puñetera verdad" sobre "los poderes políticos y mediáticos". De ahí que tuviera conciencia real de que, a pesar de que en Cataluña su candidatura logró sostenerse -por primera vez desde 2015, los morados no perdieron posiciones- las expectativas de su partido en Madrid eran de desastre.
Los sondeos le estaban dando a la previsible candidata de Podemos, Isa Serra, un resultado terrible. Ni siquiera el foco de ser la actual portavoz nacional del partido estaba logrando que Serra mejorara sus resultados de 2019. Incluso se arriesgaba a quedar por debajo de la frontera del 5% y, por tanto, fuera de la Asamblea.
Así, Podemos trata de salvarse con un órdago que lo vuelva a colocar en la punta de lanza de la izquierda, aun a riesgo de polarizar el mapa electoral. Jugará a presentar la dicotomía de "contra la ultraderecha, mejor la ultraizquierda". Trata de eliminar a su rival interno, Errejón, y de golpear duro a su socio, Sánchez. Ya lo dice Iglesias al acabar su vídeo: "Que no nos digan a nosotros que hay nada imposible".